Última caminata a La Llave

Llovizna, es sábado y la ciudad se cubre de esa rara
atmósfera que tienen los policiales negros. Las calles mojadas reflejan las
luces y el semáforo se proyecta varios metros, como si fuera sangre. Es
necesario que acompañe ese tono con un sobretodo impermeable, caminando bajo la
lluvia como si fuera un detective noir, un Bogart sin sombrero en un extendido
plano secuencia.
Philip Marlowe no se resfría... No tengo el estilo de Bogart
y ninguno de los dos estaría en un recital de Kevin Johansen. Eso es algo que
no te enseñan en las películas. Adquiero una entrada fuera de horario, por una
puerta lateral. Ingreso, un patova me obliga a sentarme. Tengo cierta rebeldía
ante la autoridad, pero no es el momento.
Es raro ver a un artista nac & pop, cerrando la Bienal y más en el
escenario de ATE Casa España. Todo es raro últimamente.
El clima del recital es particularmente muy lindo, las
personas parecen felices y ante la melodía romántica, se reparten besos
diversos. Liniers dibuja y todo suma. Por momentos me parece escuchar a Roberto
Galán: “hay que besarse más, hay que besarse más”. Por momentos pienso si la
felicidad es real o si están haciendo un esfuerzo.
El recital termina. Bajo por la escalera, un novio enojado
discute con su pareja, al final Liniers es la mascota de Kevin. Ella, solo se
ríe.

Afuera, la llovizna continua. Encaro, saco un cigarrillo y
lo enciendo. En la primera pitada intento imitar a Humphrey, dedo pulgar e
indice llevándolo a la boca, inhalo y largo levemente el humo. “Si la cabeza
dice una cosa, y tu vida dice otra, la cabeza siempre pierde”. El destino es
caminar hacia el fin de La Llave,
hoy cierra. Es temprano, el Chino pelea y lo miro en El Japo. Un porrón, Santa
Fe. Ingresan tres rubias, desconfío. Quizás porque en el cine negro la femme
fatale es generalmente rubia. El chino no acierta los golpes, los presentes
sabemos que no es posible su victoria, el round es el número 10 y los números
le caen mejor a su rival. No gana, aun queda medio vaso de cerveza. Es momento
de retomar el destino, camino y pienso en cosas sin mucho sentido: pienso en el
precio de la cerveza, en una frase del Rebo y la forma de medir la inflación.
Un policía juega con un chupetín, lo miro, ambos nos sostenemos la mirada...
pienso en decirle que se parece a Kojak. Pero es muy pequeño para haber visto
esa serie. Sigo mi camino al lugar donde por primera vez conocí al Chuka y a la Kari despidiendo Lobos de
Ciudad, lugar donde los Redondos sonaron más que en cualquier otro espacio,
donde La Perspectiva
se cae y Alto Verde es magnífico, espacio donde ciertos personajes siempre
habitan las mismas butacas, donde tremendos besos me terminaron enredando entre
baile de murga en una hermosa noche. Llego a la puerta, en otro tiempo me tocó
cobrar la entrada, luego de ese horrible trabajo tranquilamente podría haber
ingresado en la Afip. Por
suerte, luego Marylin me pasó a la barra. ¡Ay que lindo está, ay que lindo
está! Están todos o casi todos, la saludo a la Colo, le pido una cerveza a Ivana. En ese mismo
patio, hace unos días en una mesa de galanes un Mattungo me dijo: “todos
estamos en la misma, somos familia”. Tengo los ojos colorados... Soy un
resentido. Vendrán más amigos, más abrazos y cierto descontrol. La Llave es eso, una escena de
Robert Rodriguez donde Querelle es Salma Hayek. La sinergia de las drogas
posibles hacen su efecto, se me apaga la tele. No signal. Cierra La Llave, fin de ciclo.
El film termina bien sólo en las de Humphrey Bogart.

En Pausa #142, miércoles 24 de septiembre de 2014. Pedí tu
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Un solo comentario

  1. No es mi intención caer en un reduccionismo papista, pasé muchas noches geniales en la llave y no me pienso poner en careta y decido olvidarlas, desconozco de buenas a primera el motivo que llevó a su cierre y me da un cacho de cosa, pero ¿alguien se pone a pensar que es un lugar que no cumplía una mínima regla de seguridad?. No me vengan a decir que en tal otro lado tampoco lo hacen, "gente que no" no tiene ni inodoros ni canillas en los baños y eso no justifica a "la llave", pero "la llave" era ese lugar donde muchos años después todavía seguían metiendo gente hasta el techo , no tenían una puta puerta de salida de emergencia y el techito todavía tenía mediasombra. O sea, entiendo que puede haber ciertos favoritismos de parte del gobierno municipal hacia ciertos lugares y cierto "desprecio" hacia otros (algo de esto salió cuando cerraron unas noches a gente que no), pero no seamos ciegos tampoco, no era moco de pavo la seguridad en la llave, así como no tiene que serlo en ningún lado. Seamos un poco mas concientes (o mas cagones?) y hagamos que los lugares que no tienen salida de emergencia la tengan, y no em vengan a boludear con los costos porque ninguno de todos estos lugares juntan poca plata durante las noches de los fines de semana.

    En fin, sonó a que no quería a la llave pero si lo hacía, de hecho una vez terminé entrando con un fernet comprado en otro lado (#rata) porque me dejaron entrar con la mochila y no me dijeron ni mú, pero así como yo fuí así de rata cualquier otro podría haber entrado con algún arma o con folletos de campaña de del sel, lo cual no es un asunto menor.

    R.I.P Llave.

    Pd: gracias por haber traído a "hacia 2 veranos"

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