Ácido santafesino

Rebo presenta su segundo libro: Re-flashero. Una charla con
el dibujante de las contratapas de Pausa.
Re-flashero es el nombre de la segunda publicación realizada
por Sebastián Pérez, más conocido como Rebo, responsable de las hilarantes
contratapas de Pausa.
Rebo es uno de los humoristas gráficos más novedosos de las
últimas generaciones. En sus trabajos combina cinismo, reflexiones profundas,
diálogos bizarros y pincelazos críticos sobre su época y su lugar: los barrios
de Santa Fe.
Igual que su primer libro, El reflexólogo, Re-flashero fue
publicado por La Gota Microediciones. “Me puse un poco más en serio, sobre
todo con el dibujo”, confiesa Rebo.
—¿Cómo nace tu interés por la historieta y cómo te formaste
en ese ámbito?
—Nace porque siempre dibujé y un día decidí probar con
ponerle diálogos a los dibujos: me reía solo. De chico leía historietas, pero
no de las que me gustan en este momento.
—¿De dónde surge ese humor ácido  y crítico que desarrollás?
—Ya viene con uno. Crecí rodeado de amigos con un humor muy
parecido al mío y lo “desarrollé” en historietas. Después, soy un consumidor de
todo tipo de material del género: desde dibujos animados y películas hasta
libros y grafittis. Además me convencieron de que hay algo del lado italiano de
la familia. Mi humor se gestó en un viejo italiano de mal carácter. 
—¿Cómo surgió la posibilidad de editar el libro y cómo fue
el proceso de selección de los trabajos?
—Se gestó por iniciativa de Gonzalo Geller, que lleva
adelante el emprendimiento La Gota Microediciones. Es el segundo que sacamos.
Dice que le gusta lo que hago, así que seleccionó trabajos que subo a Facebook
y los amontonó en una publicación. La primera se llama El reflexólogo (2010) y
eran todas cosas de un blog que tenía y ahora es lo que se llama “basura
cibernética” (posta le dicen así) Re-flashero es casi lo mismo, sólo que le
diseñé una tapa donde quería mostrar que ajusté las clavijas y me puse un poco
más en serio, sobre todo con el dibujo. Aunque los tiempos no me favorecen,
todos los días trato de acomodarme para mejorar en ese aspecto. Quiero dibujar
como Daniel Clowes y hacer una novela gráfica sobre la vida en la villa.
—¿Qué viene de ahora en más? ¿Tenés pensado realizar
presentaciones o la edición de otro trabajo?
—Me falta muchísimo. Todavía no concreté nada de lo que
tengo en mente. Me gustaría ser ilustrador de libros infantiles, caricaturista
y hacer un par de murales en la ciudad con los grafitteros que admiro. De todas
las culturas y subculturas que importamos y ponemos de moda, una de las pocas
que considero nuestra y propia de la urbanidad en la que vivimos, es la del
grafitti.
Publicada en Pausa #162, miércoles 23 de septiembre de 2015
Pedí tu ejemplar en estos kioscos

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí