El nuevo gobernador de Santa Fe tiene como prioridad reunir a los tres poderes del Estado para enfrentar la inseguridad. Pidió un mayor compromiso de la Justicia Federal y un “plan coordinado” entre el gobierno nacional y las provincias. Se opone al ajuste como política para bajar inflación. Y ratifica su apoyo a los juicios de lesa humanidad.
Miguel Lifschitz juró esta mañana como nuevo gobernador de Santa Fe ante la Asamblea Legislativa. Luego, en Casa de Gobierno, recibió de su antecesor Antonio Bonfatti los atributos del mando. Lifschitz es el tercer gobernador socialista de la provincia y, desde hoy y hasta el 11 de diciembre de 2019, encabezará la tercera gestión consecutiva del Frente Progresista.
Infraestructura y seguridad son las metas que trazó como prioridades. Pero no se quiere cortar solo, sabe que necesita acuerdos amplios para poder gobernar con éxito. En un mensaje dirigido a la oposición y también al radicalismo (que viene flirteando desde las últimas elecciones entre Cambiemos, a nivel nacional, y el Frente Progresista a nivel local), Lifschitz prometió un gobierno de concertación y se definió como “un hombre de diálogo”.
Para el nuevo mandatario, es necesario “disminuir la brecha de desigualdad en nuestra sociedad” para poder afrontar luego otros problemas estructurales. En ese sentido, confió en el aporte que puedan hacer los trabajadores “y no solo los empresarios” para lograr mayor inclusión, en particular en los barrios postergados de las grandes ciudades.
Una meta: frenar la violencia y el delito
En su primer contacto con la prensa, después de la asunción y antes de la jura de sus 14 ministros, el nuevo gobernador empezó por admitir sin eufemismos el problema de la inseguridad. Dijo que su primera medida será formar una Junta de Seguridad, con los tres poderes del Estado, para “abordar los problemas de la violencia y la inseguridad en la provincia”, la principal preocupación que le plantearon los santafesinos durante la campaña.
Si bien hubo un reconocimiento para las gestiones anteriores, Lifschitz dio a entender que en los ocho años del Frente Progresista se ejecutaron políticas que no resultaron del todo eficientes. Habrá correcciones, aunque todavía no se conocen los detalles. El ministro Maximiliano Pullaro será el encargado de dirigir el área; el mandatario le encomendó “resolver los problemas de manera efectiva”.
La presencia de la plana mayor de la Policía en la asunción es una señal de que habrá una continuidad, en líneas generales, respecto de la gestión actual, con cambios graduales y resueltos por consenso. Lifschitz ya había ratificado que el comisario general Rafael Grau seguiría al frente de la Policía en la primera parte de su mandato; su idea, a futuro, es discutir el recambio con la oposición y con el Poder Judicial.
“Vamos a trabajar denodadamente porque cuatro años es poco tiempo y tenemos que aprovecharlos muy bien”, señaló el socialista. ¿Qué hace falta? “Un plan de seguridad de largo plazo con la Nación, coordinado, no de coyuntura”, indicó. La inquietud ya fue planteada por el ministro Pullaro ante la titular del área a nivel nacional, Patricia Bullrich, el último miércoles en Buenos Aires .
En su discurso ante las cámaras, Lifschitz anticipó que reclamará “la pronta puesta en funcionamiento” del Consejo Federal de Seguridad para definir políticas activas. Y envió además un mensaje a la Justicia Federal: “Tiene que tener un mayor compromiso y una mayor presencia efectiva en el territorio santafesino. El esfuerzo de algunos jueces y fiscales no es suficiente para abordar la dimensión que hoy ha adquirido el narcotráfico”.
Bajar la inflación sin ajustes
Las dos ceremonias –en la Legislatura y en Casa de Gobierno– estuvieron signadas por el cambio político a nivel nacional. Lifschitz lo mencionó en su discurso (“Confiamos en que quienes han asumido la tarea de gobernar la Argentina interpreten las ansias de cambio del pueblo y estén a la altura de los enormes desafíos que la realidad nos impone”) y también en la conferencia de prensa posterior. La preocupación central es el rumbo de la economía: no hubo juicios de valor, más bien expectativa por las medidas que vaya a tomar Mauricio Macri. No obstante, el nuevo mandatario provincial rechazó la idea de un ajuste como solución al problema de la inflación.
“No nos gusta la palabra ajuste, no somos partidarios de los planes de ajuste –definió Lifschitz–. Sí creemos que hay que poner en marcha un plan antiinflacionario y para ello se debe convocar a los empresarios, a los formadores de precios y a las organizaciones de los trabajadores. Necesitamos un marco de consenso político y social para bajar la inflación. No va a ser de un día para otro, va a llevar un tiempo prolongado y tiene que haber un compromiso de todas las partes”.
Juicio y castigo para los represores
Después del balotaje, los diarios La Nación y El Litoral pidieron el fin de los juicios a los represores de la dictadura. Consultado por la prensa, Lifschitz ratificó el apoyo de la provincia a los juicios de lesa humanidad. Durante su gestión continuará el programa de protección a testigos y dará las garantías necesarias, en lo que a su competencia respecta, para que los juicios se puedan desarrollar con normalidad. “Siempre hemos manifestado un fuerte compromiso con la memoria, con la verdad y el castigo a los genocidas de la dictadura”.
Nota relacionada: Discurso completo de Miguel Lifschitz ante la Asamblea Legislativa
