Uno de los temas de debate en 2015 fue el de la cantidad de reservas disponibles en el Banco Central. Una extraña nota de fin de año de Cronista.com, titulada “La Argentina perdió casi 6.000 millones de dólares en reservas en 2015”, destaca una serie de datos a tener en cuenta.

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En primer lugar, “El Banco Central cerró el 2015 con un total de 25.562 millones de dólares en reservas internacionales, por lo que durante el año se perdieron 5.881 millones”. ¿A qué se debió la pérdida? Al “pago de vencimientos de deuda, las coberturas de importaciones de energía, las compras de dólar ahorro y la fuerte baja en la liquidación de divisas por parte de exportadores”.

Hete aquí que esa pérdida se debió, en su mayoría, al cumplimiento de los compromisos de deuda externa: el 5 de octubre de 2015 el gobierno desembolsó un monto total de 5.900 millones de dólares para cancelar capital e intereses del Boden 2015, un bono que fue el primer bono de deuda emitido por Néstor Kirchner en 2005.

En 2002, el peso de la deuda pública en relación al PBI era del 166%. En 2012, era del 41,8% cuando se pagó el Boden 2012, otro bono de similares características. Tras el pago del Boden 2015, en octubre, la cifra se ubicó en las proximidades del 36%, el nivel más bajo de endeudamiento en la historia de la democracia moderna. En el momento del pago, el ex ministro de Economía Axel Kicillof dijo: “el año pasado, que llegamos a tener 25 mil millones, también estaban agitando el parche con el tema de las reservas. Hoy vamos a pagar un bono muy grande y decían que no lo íbamos a pagar. Vienen agitando estas campañas. Básicamente como las reservas han venido creciendo, decían que íbamos a terminar con 20 mil, hoy estamos con 33 mil millones y dicen que son pocas”.

El artículo del Cronista señala luego que “el acuerdo de swap con el Banco Central de China y los ingresos de los exportadores tras la devaluación que provocó la salida del cepo, fueron los motivos que compensaron la pérdida de reservas”.

El swap con China es un intercambio de monedas entre los bancos centrales de China y Argentina. Durante la campaña electoral, en repetidas ocasiones se mencionó que los yuanes en el Banco Central no se podían contar como “reservas disponibles”, esto es: dinero contante y sonante que la entidad puede utilizar a su gusto. Al momento del acuerdo con China, los economistas de Cambiemos calificaron la medida como “fantasía” y mero hecho cosmético sin incidencia sino a una “década y media”.  Pues bien: para el 16 de diciembre el ministro de Economía Alfonso Prat Gay ya había acordado convertir yuanes en dólares por un monto de 3.100 millones. Como se ve, no era tan complicado.

¿Unos yuanes para la birra?
¿Unos yuanes para la birra?

Respecto de los ingresos por las exportaciones agropecuarias, la cuestión es más sencilla. Las cerealeras –y los productores más concentrados– se sentaron sobre los silos a la espera de los inéditos beneficios que el gobierno les prometió: nunca en la historia Argentina hubo un shock devaluatorio y quita de retenciones, al mismo tiempo. De hecho, usualmente las devaluaciones van acompañadas de la imposición de retenciones, para desacoplar precios internos de externos. Así, el sector rural eligió no vender su producto hasta que se sustanciaron las primeras dos medidas del macrismo, algo que, como sabemos, ningún otro sector económico puede sostener, excepto el financiero.

Como muestra: en menos de dos semanas, las cerealeras liquidaron 1200 millones de dólares, que entraron al país. En la última semana del gobierno saliente, liquidaron apenas 42 millones, después de haber retenido el producto durante todo el último semestre y, en especial, en noviembre.

La actividad del complejo oleaginoso en noviembre de 2015 fue un verdadero apriete de los matones más duros del mercado. En ese mes liquidaron apenas 450 millones de dólares en exportaciones. En igual mes de 2014, la cifra fue de 1874 millones. En 2013, 1109 millones. En 2012, 1441 millones. Para arrimarse a la ridícula cifra de noviembre de 2015 hay que arrastrarse hasta el 2002 –el excel de la cámara oficial, el Centro de Exportadores de Cereales, no ofrece datos históricos anteriores–, cuando se hicieron exportaciones por 532 millones de dólares.

En suma: ¿cuál era la crisis del Banco Central? Haber pagado deuda –y dejarle un amplio margen al nuevo gobierno para que nos vuelva a endeudar, como ya lo viene advirtiendo–, no haber utilizado el swap con China –que el macrismo repudió como inútil, pero que ya comenzó a aprovechar– y el enfrentamiento con el campo, que ganó para sus sectores más concentrados la batalla de 2008 y, en el año que se fue, la guerra.

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