Desde el siglo XVI a mediados de siglo XIX, millones de seres humanos fueron esclavizados y forzados a migrar de continente. La propiedad viviente fue uno de los engranajes básicos del asentamiento del capitalismo y de la primacía colonial de Europa. Con una violencia jamás vista en la historia total de la humanidad, tres continentes fueron reconfigurados en sus raíces: de África se arrancaron 12.500.000 de vidas, América recibió encadenados 10 millones de cuerpos, que usufructuó, y Europa se enriqueció llenándose de imborrable sangre.
Dos millones y medio de africanos murieron cruzando el mar.
En esta animación (más abajo pueden verla en video) se visualizan 20.528 viajes de barcos negreros desde el África a América (y también a Europa), en un lapso de 315 años. Los principales receptores fueron el Caribe y Brasil. Portugal y España dominaron el comercio de propiedad viviente, sobre todos los primeros, que llevaron casi cinco millones de negros al Brasil. En el siglo XVIII, los españoles se ven superados por la pujante voracidad de los británicos, franceses, holandeses y, también, de los yanquis. Entre 1725 y 1825 se dio el período de tráfico más intenso: 7.200.000 seres humanos. Durante ese período, por momentos los británicos superaron a los portugueses en el mercado.