Gremios en el laberinto

Marcha de Amsafe. Foto: www.conclusion.com.ar

Con los docentes en la línea de fuego, los trabajadores del sector público enfrentan las paritarias más complejas de los últimos años. ¿Empezarán las clases el 29? Las responsabilidades del gobierno nacional y de las provincias y la versión macrista de la "chequera".

El 29 de febrero es la fecha fijada por el Ministerio de Educación para el inicio del ciclo lectivo en todo el país. A una semana, ninguna provincia ha logrado acuerdos salariales con sus gremios docentes –y tampoco con los otros sectores. Las negociaciones quedaron enturbiadas por las idas y vueltas del gobierno nacional. En el caso de Santa Fe, la primera propuesta fue rechazada y el lunes 22 se reinicia el diálogo.

Si bien no es vinculante, la paritaria nacional es referencia para cada provincia. En ese sentido, lejos de trazar una línea que ayude a las provincias –que son las que finalmente pagan los sueldos–, el gobierno de Mauricio Macri se decidió a confundir a propios y extraños: en la paritaria docente nacional el ministro Esteban Bullrich hizo una primera propuesta (28,7% de aumento salarial) el lunes 22, al día siguiente la mejoró (40%) y luego dilató hasta lo intolerable la firma del acta; finalizada la semana, no hubo acuerdo y ahora la Nación retrotrae la discusión al 25% que se había deslizado en un principio (25% es la “meta” de inflación que prevé el ministro Prat-Gay).

En Santa Fe, la primera oferta salarial fue rechazada por los dirigentes gremiales que ni siquiera la pusieron a consideración de sus afiliados. Para los docentes, la provincia propuso un 30% de aumento en tres tramos (19 en marzo, 24 en julio y el 30 en septiembre), lo que no conformó por el monto final y por los plazos. Los gremios docentes pretenden subas de entre el 35 y el 40% que se completen no más allá de mitad de año y, además, que la paritaria quede abierta para volver a discutir salarios si la inflación se dispara.

Al igual que los estatales de ATE y UPCN, que rechazaron el 28% en tres etapas que les propuso el gobierno de Miguel Lifschitz, los cuatro gremios docentes de la provincia –Amsafé, Sadop, UDA y Amet– no están dispuestos a aceptar aumentos que estén por debajo de los de 2015 (en promedio 33%, aunque para los sueldos más bajos llegó al 35%). Con los días contados, gobierno y sindicatos retoman las negociaciones este lunes 22 en Santa Fe, mientras miran de reojo la evolución de la errática paritaria nacional.

Los ministros Balagué y Genesini presidieron la primera reunión paritaria con los gremios docentes.
Los ministros Balagué y Genesini presidieron la primera reunión paritaria con los gremios docentes.

Si bien es probable que Santa Fe cierre un acuerdo antes que la Nación y por porcentajes mayores, los plazos de los gremios ponen en riesgo el inicio de clases. Sólo una oferta oficial del orden que pretenden los docentes, realizada el lunes 22, podría destrabar la situación. Por lo visto en las primeras dos semanas de negociaciones, es difícil. El propio Lifschitz admitió que “el 40% es inmanejable” y lo hizo saber en su primera propuesta, que se ubicó diez puntos por debajo.

Para los sindicatos, el panorama es más que complejo. Las negociaciones a nivel nacional están empantanadas al punto que las partes dejaron de hablar de números para pasar lisa y llanamente al terreno de las acusaciones. Desde los gremios responsabilizaron a Bullrich y Macri por dar marcha atrás con lo que parecía un acuerdo satisfactorio. Y el gobierno los acusó de haber “tergiversado” la propuesta. Lo único cierto, a esta altura, es que los gremios no aceptarán el techo del 25% que intenta imponer el presidente.

Todavía no están todas las cartas sobre la mesa. El gobierno central no reconocerá índices de inflación en el corto plazo y tampoco aceptará las mediciones de los gremios y de otros actores sociales y económicos. Así, se reserva la posibilidad –planteada ya por el ministro Rogelio Frigerio– se salir en rescate de las provincias y sojuzgarlas a fuerza de asistencia, metodología que bajo el gobierno anterior se ilustraba con la imagen de la “chequera”. Sin margen ni tiempo, las provincias avanzan a los tumbos sus negociaciones y los trabajadores no quieren ceder poder adquisitivo. El final de esta historia está, aún, muy lejos.

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