El ajuste llegó al INT y echaron a la delegada en Santa Fe. Tras el revuelo, la Municipalidad sostendrá la oficina y el cargo.

 

Finalmente, la comunidad artística de la ciudad tuvo la oportunidad de reunirse con el Director Ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro (INT), Marcelo Allasino, con el fin de tratar la remoción de la oficina de apoyo que la dependencia tiene en nuestra ciudad. No obstante, el encuentro empezó con las decisiones ya tomadas y la comunicación de las mismas a los presentes: después de una negociación entre Allasino, la secretaria de Cultura de la Municipalidad, Patricia Pieragostini, y el secretario de Desarrollos Culturales de la Provincia, Paulo Ricci, se estableció la reapertura de la oficina con el Mercado Progreso como sede y con el contrato de empleo a cargo del municipio. Después de tres días de versiones cruzadas acerca de la situación contractual de Miriam Contreras (empleada que desde hace ocho años desempeñaba una función de asesoría para acceder a becas y subsidios por parte del Instituto), del funcionamiento que registraba la dependencia y del que no registraba (tanto o más significativo que el asentado en los papeles), Allasino llegó a Santa Fe intermediado por Pieragostini y Ricci.

El miércoles 6, en Pausa en el Aire (Radio EME, miércoles de 21.00 a 23.00), el funcionario explicó la decisión en términos de que “tiene que ver con un reordenamiento que nos estamos planteando desde diciembre, cuando nos encontramos con un organismo en llamas”. “Nos encontramos con un cuadro preocupante, complejo, de muchos intereses creados, de muchas tensiones. En ese reordenamiento administrativo hicimos un análisis profundo de los vínculos creados en el personal desde los inicios del Instituto. Y nos encontramos con una situación de larga data, que requería de una revisión profunda”, explicó.

La cita, entonces, estaba fijada para las 14.00 del viernes 8 en la Sala Cervantes, un lugar pintado de rosado como de torta. Empezó una hora y un minuto después de lo pactado. Para ese entonces algunos ya se habían ido: “esperamos cinco minutos más y nos vamos todos”, “si vienen a versearnos, nos levantamos”, se decían entre los asistentes. La paciencia no estaba a la orden del día: desde que se conoció la noticia del cierre de la oficina de apoyo de la delegación santafesina del INT, el rechazo fue manifiesto en exasperados comunicados por Facebook, radios, aulas, salas y también en la calle marchando de a pie por la peatonal San Martín, hasta el Teatro Municipal.

El acto en la puerta del Teatro Municipal. Foto: Mercedes Pardo.
El acto en la puerta del Teatro Municipal. Foto: Mercedes Pardo.

La cabeza de un micrófono tenía a sus pies un público de unas 60 personas entre las que estaba un cabizbajo Enzo Valls (uno de los que se fue antes), una Colo Montemurri atenta, Ulises Bechis en primera fila que, cuando se terminó una cartelera improvisada en voz alta, preguntó “¿Por qué estamos ordenados como si estuviéramos para escuchar un discurso? Formemos una ronda”. Al mismo tiempo, por una puerta lateral entraron Pieragostini, Ricci y Marisol Gallardo, asesora legal del INT, acompañando a Allasino.

“Perdón por la demora, la reunión se demoró por la complejidad de los temas a resolver. Celebro que la comunidad se haya manifestado por lo que creen que les corresponde, esto es algo que el teatro necesita”, dijo el funcionario nacional a los sorprendidos interlocutores.

Casi dos horas y media duró el encuentro que empezó con la lectura de un documento elaborado por los funcionarios antes de asistir al edificio de calle Rivadavia donde se reunirían las partes. “Se llegaron a los acuerdos necesarios para garantizar en primer lugar la reapertura de la oficina del Instituto Nacional del Teatro en el espacio físico del Mercado Progreso”, dice el comunicado en su comienzo. Y aclara que “la Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe propone hacerse cargo de la contratación de este recurso humano, hasta tanto se generen los consensos que permitan arribar a una instancia superadora. El Instituto propone hacerse cargo de los gastos operativos que demanden las acciones que generen una óptima vinculación con la oficina de Santa Fe”.

Acta de defunción

“Esto parece una palmadita en la espalda. Un ‘vamos a tirarle un huesito a los perros para que no nos muerdan’, en este caso nosotros seríamos los perros y vos, Marcelo, la canilla que atacaríamos”, sentenciaron. El plazo para regularizar la situación de la empleada, que no sabe concretamente quién la empleará, es de “unos meses”. La sensación de los presentes es que se trata del montaje en el que se verá a Contreras nuevamente cumpliendo funciones pero con las limitaciones que la tercerización contraerá: más recorte de recursos, el cese de las notificaciones institucionales y de las posibilidades reales de ejercicio.

La postura de los artistas no se doblegó al enfrentarse a los argumentos legales del rafaelino que ejerce la Dirección Ejecutiva desde diciembre, que echó su raíz en la ley 24.800: solo una delegación por provincia y dos contratados por cada una de ellas, lo que no debería impedir el acceso a subsidios y becas que el INT ofrece. Esos dos cargos fueron dispuestos para hacer sede en Rosario, ¿por qué no se designó uno para esa ciudad y uno para la capital? Esa es una respuesta que debería dar Miguel Ángel Palma, el delegado provincial que no estuvo presente ni se pronunció al respecto de las decisiones en discusión. Nadie supo el por qué de la falta.

Las cuestiones presupuestarias (el destinado a empleados no puede superar el 10% del presupuesto y, según la voz oficial, actualmente supera el 30%), el caudal de trámites registrados por la oficina en cuestión durante el año pasado (“El año pasado recibimos 125 trámites de solicitudes de subsidio en toda la provincia de Santa Fe: 15 de ellos, son de la ciudad de Santa Fe, 82 son de la ciudad de Rosario y el resto están repartidos en todas las localidades del norte y el sur de la provincia.”, había dicho Allasino), y un arrastre de 11 años de debates internos que consta en actas en un marco de crisis institucional fueron los puntos fuertes de la argumentación de Allasino y Gallardo.

El contrapunto inclinó la balanza en el valor de la oficina, que permanentemente asesora a interesados en conocer o hacerse de las posibilidades que desde la cartera pública se ofrecen. De esas consultas y asesoramientos, no existe registro alguno. Así como la ley establece el límite de dos empleados por provincia y ante el temor del titular del INT de que “inmediatamente los lugares como Córdoba y Buenos Aires me van a pedir más empleados”, el público planteó que así se constituye una oportunidad para sentar un precedente y maximizar los alcances y la presencia del INT. Estar al corriente de qué datos hacen falta para completar un formulario y saber de dónde sacarlos, contar con la compañía y la presencia efectiva de un agente del Estado que conozca y actúe en consecuencia con las necesidades específicas de los territorios, fueron otras razones innegociables para los hacedores de cultura autoconvocados.

No están las garantías

El teatro de Santa Fe y sus propios dirigentes políticos reaccionaron rápido, José Corral mismo salió a asegurar que “desde que nos enteramos de esta decisión unilateral del cierre del Instituto Nacional del Teatro en Santa Fe, nos invadió el malestar y comenzamos inmediatamente a trabajar en el tema. La sede es producto de un trabajo en conjunto del municipio local y del INT, de hecho funciona en dependencias municipales” dijo a FM X.

El propio Allasino se encargó de comunicar una propuesta de realización de foros debate para tratar cuestiones de fondo y de transformación a través de las políticas que el INT debe aplicar. Todo ello, al mismo tiempo que se encontraba justificando un despido alegando que “Mirian (Contreras) no era empleada nuestra porque su situación era totalmente irregular”, porque su relación estaba establecida mediante un contrato de locación de obra: facturaba con monotributo “Ahora mismo y hasta cumplirse los seis meses que desde la presidencia nos dieron de plazo, no podemos contratar a nadie”, se amparó Allasino.

Los artistas celebraron que pudieron revertir la situación, pero la alerta y las demandas siguen vigentes.

Repercusiones políticas

No es habitual que los referentes de la política partidaria se involucren en cuestiones viculadas a la cultura. Pero el cierre temporal de la sede santafesina del Instituto Nacional del Teatro y el despido telefónico de su representante, Miriam Contreras, generaron un sinfín de críticas. Resumimos dos de ellas, provenientes de espacios (la UCR y la Coalición Cívica) que son aliados al gobierno nacional:

  • Jorge Henn, diputado provincial (UCR-Frente Progresista): “Es un acto de profundo desprecio a la actividad cultural y un retroceso en los caminos de federalismo. El actual gobierno exhibe sin pudores su convicción conservadora sobre las artes, a las que comprende como mercancía y no como promotora de una sociedad mejor”.
  • Ariel Bermúdez, diputado provincial (Coalición Cívica-Frente Progresista): “Una medida que profundiza la desfederalización de las políticas nacionales de promoción del teatro y la cultura”.

Publicada en Pausa #170, jueves 14 de abril de 2016.

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