La nocturna

Una escena de Kryptonita, la peli basada en el libro de Oyola: humor y encanto en un grupo de superhéroes bien del barrio.

Pensar la imagen, verla que no se me escape, este relato tiene que empezar por ahí.

Blas Parera al fondo, tan al  fondo que contrasta con la luz de la pantalla y se me va, la ciudad en degradé se pone oscura al norte, más barrosa, las pupilas se van dilatando, reconozco ese esfuerzo de mis ojos al manejar, cada tanto una moto aparece al costado de la nada y vuelve a fundirse en la noche.

Laburar en la nocturna tiene sus ventajas, tengo el día libre, son grandes, los grandes escuchan, escuchan más y se involucran. Están acá porque antes no pudieron, porque no los dejaron, cuando les pregunto por qué, muchos dicen que no se daban cuenta lo importante que era y lo desaprovecharon, y ahora les importa. ¿Pero antes no? No les creo. Antes estaba una panza que crecía, un padre que se moría y había que salir a ganársela, una adicción incontrolabe, una crisis económica, una enfermedad con reposo, una escuela que ante la desintegración social no siempre incluía.

Retomar cuesta. Estos pibes tienen entre 20 y 40 años, una adolescencia en los 90, en el 2001, en el 2003, el 2007. Quiero terminar la escuela para ayudar a mis hijos con la tarea. Quiero ser alguien en la vida. Quiero un trabajo mejor. Quiero estudiar. Quiero entrar en la policía. Como si se trataran de cartas de tarot, esas son las respuestas que vuelven a salir ante la pregunta ¿qué los mueve?

¿Ser alguien? ¿Estudiar para ser alguien?

Un par de motos me sobrepasan por ambos costados, creo reconocer en ellas a tres de mis alumnos, o quizás la flasheo. “Alumno” es una palabra horrible, etimológicamente horrible: sin luz, ¿de ahí vendrá lo de “ser alguien”?  Las rompevientos se inflan y las crestas quedan intactas, tienen un equilibrio alucinante, me imagino maniobrando una de esas, casi una experiencia antropológica montar y acelerar un mosquito mecánico, son hermosos. ¡Ya sé, puedo proponerles leer Kryptonita de Oyola! Estos locos son mucho más que la Banda de Nafta Super, brillan y vienen a decirme que hay que creer.

3 Comentarios

  1. Muy bueno el escrito, me sorprendió la definición de alumno y el planteo de estudiar para ser alguien, nunca lo había pensando así.

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