Mueble, lana, gusto, pie

Un organismo que fluctúa, vivo, mutante. Entran unos se van otros. El conflicto como condición presente. La monstruosidad, característica subyacente.

Hace tres años vivo en esta casa, recién ahora está como me gusta, los muebles encontraron su lugar, los libros por fin están holgados en una biblioteca inversamente proporcional a mi altura. Lo que no servía se fue. El vecino del B me putea con el casco puesto y la moto en marcha porque la gata salta, corre y toma sol en su membrana. La del F me agradece la dignidad y gentileza con que esquivo los soretes de sus perritos, a cambio me brinda información útil de todo tipo. Al del frente lo veo poco, pero cuando eso sucede nos quedamos charlando de lo que hay que arreglar en el pasillo, pocas veces activamos. Con la del G nos juntamos a comer, y nos acompañamos un par de veces cuando se cortó la luz. A los del H no los conozco. En estos tres años el pibe del D aprendió a tocar re bien la guitarra y dejó de traer a sus amigos pajeros que me golpeaban la puerta a las tres de la mañana, ahora nos acompaña las tardes de los sábados con covers de Spinetta, nunca hablamos, pero me cae bien, su padre nos salvó las papas una vez que la tormenta tumbó dos árboles sobre el auto, aún le debemos un vino, cómo se agradece sino la acción e ingenio del otro ante el shock que provoca lo repentino de lo real. La del F es propietaria de su depto, los otros no sé, el de la membrana seguro que también, yo vengo renovando el contrato cada año y disputando paritarias como puedo. La casa está en orden, ya sé quiénes me cuidan, a quién evitar, cuáles precisan una mano, cómo y cuándo acercarme, y me pueden rajar mañana.

Hace tres años que laburo en la escuela, ni bien conseguí unas horitas busqué esta casa y me mudé, era 9 de Julio, celebramos con empanadas el día de la independencia familiar. Inquilino e interino parecen familia, uno lo sabe, no son la fija, pero la pertenencia es otro cosa, y esta casa va a perder el olor a esta casa cuando ya no la alquile más. Los grupos de whatsapp docente explotan desde hace una semanas: ¡Ya están los escalafones! ¿Saben donde queda la 540? Cancelamos la salida al museo. ¿Cómo hacemos con la licencia? ¿Quién falta el jueves? Suspenden el martes. La plenaria se pasa al 5.

Competencia, despidos encubiertos, discontinuidad pedagógica, despelote, reload al tetris de horas. Se me hace un matete en la cabeza cada vez que charlo con alguien sobre la carnicería de las titularizaciones y de hacer efectiva la toma de posesión en pleno agosto, temo quedar a pegada a un lado inconformista que menosprecia el logro de tener concursos de titularización con periodicidad. Pero la verdad que muy linda mi casita, pero pagar alquiler no deja de ser una cosa horrible. Arrancan a llegar fotos de un gimnasio colmado de gente haciendo cola para titularizar. Algunos van a tomar donde quieran, otros donde puedan. Muchos se van a volver sin nada. En agosto se hace la toma de posesión de las horas titulares y pluff si no agarraste nada volás y a esperar tu turno, te van a llamar, algo va a salir, un reemplazo, un interinato, siempre hay alguien que licencia, renuncia o se jubila. Si tenés suerte te toca en una escuela que te guste o en la que ya estabas. Y ojalá puedas concentrar, cosa de no ir de una institución a otra, de una punta a otra de la ciudad. Pero ya está, a los pibes que tenés ahora no los ves más, y ellos se van a tener que enfrentar a docentes y libritos nuevos. Cerrá notas después de las vacaciones, adaptate a nuevos compañeros, acomodá tu casa y tu familia a tus nuevos horarios. Pedí fiado en la verdulería si estás esperando dos meses para cobrar el reemplazo. Y quedate con las ganas si habías arrancado con algún proyecto copado en la escuela anterior, empezá de nuevo en otro lado a generar afecto, confianza, clima de laburo.

La cola del puesto 6, como todas las demás, no avanza, cuando avisen por altoparlantes que arrancan a ofrecer horas al nuevo turno en el escalafón se va a comprimir como una oruga buscando avanzar, de a poco vamos a ir guardando el mate y sacando el DNI, ojalá quede algo y podamos sacarnos la foto de la gloria con la hojita de las horas o cargo titularizado en mano cual libreta de matrimonio. Sino una incertidumbre se instalará en el pecho esperando con los dedos cruzados algún requecho de horas reemplazantes para pasar el segundo semestre.

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