Un lugar para volver a empezar

Nuestra Casa. "Queremos brindar acompañamiento a las mujeres desde que deciden cortar el círculo de la violencia", dice Liliana Loyola. Foto: Matías Pintos.

La Asociación Civil Generar abrió un centro de día para las mujeres víctimas de violencia. Reclaman un rol más activo del municipio.

El violento volvió a levantar su mano una vez más y ella dijo basta. Salió de ahí, quizás de su propia casa. Golpeó más de una puerta, de mañana, de noche. Quizás le tomaron la denuncia, logró una orden de restricción. ¿Y ahora? ¿Cómo se sigue después de haber logrado salir viva del infierno?

La Asociación Civil Generar ya tiene varios años trabajando en el tema de la violencia de género en la ciudad. Desde allí brindaban asesoramiento, prevención y capacitaciones, pero notaron que todas esas mujeres a las que ayudaban y acompañaban en los momentos críticos, luego quedaban solas, con dificultades para pensarse en una nueva forma de vida, ejerciendo sus derechos plena y libremente.

“Queremos brindar acompañamiento a las mujeres desde ese momento en que deciden cortar el círculo de la violencia hasta que han logrado reconstruir su proyecto de vida, donde ya están empoderadas, con una situación laboral más o menos estable. Toda esa etapa, ese proceso, es muy complejo, hay mucha vulnerabilidad en la mujer, y nos pareció que era ahí donde teníamos que intervenir”, explica Liliana Loyola, referente de la asociación.

El 30 de junio, Generar inauguró “Nuestra Casa”, un centro de día proyectado para dar contención a mujeres víctimas de violencia, pero abierto a toda la comunidad. El nuevo espacio, donde también funciona la sede de la asociación, está ubicado en 4 de Enero 6681 y funciona de lunes a viernes, de 9.00 a 12.00 y de 15.00 a 17.00 horas.

Contención y ayuda mutua

En la casa, Generar brindará, además del abordaje de los casos de violencia a través de un equipo interdisciplinario, la posibilidad de que las mujeres reciban capacitación en distintos oficios, como forma de acercarlas a un posible trabajo. “Los talleres están pensados para darles herramientas y que puedan encontrar una salida laboral, si lo necesitan. Por eso vamos a dictar cursos de peluquería, panificación, tejido, bordado”, dice Loyola. “Y son abiertos a la comunidad, porque por ahí se pueden acercar mujeres que no nos van a decir de entrada que están viviendo una situación de violencia, y al ver que acá ese va a ser un tema del que se va a hablar, pueden contarlo, abrirse”, comenta.

La conformación de un grupo de ayuda mutua también está entre los objetivos del proyecto. Un espacio donde no sólo las mujeres que han sufrido o sufren violencia, sino también sus familiares y personas cercanas, puedan hablar del tema y buscar juntos salidas y soluciones.

“Hay mujeres que ya han podido salir de la situación de violencia, que van encaminando de nuevo su vida y ahora quieren colaborar para ayudar a otras. Esas mujeres queremos en el grupo de ayuda mutua, porque son las que más saben y entienden, nosotras podemos hablar por todo lo que hemos visto y el contacto con víctimas, pero no es lo mismo que haberlo vivido en carne propia”.

En esta primera etapa, en la cual el equipo y las propuestas aún están conformándose, la asociación comenzará a trabajar con un grupo de 10 mujeres. A dos semanas de abrir ya tienen la mitad del cupo completo y llamadas que se multiplican por información: “La repercusión de la apertura de la casa ha sido muy grande, eso nos muestra que estamos dando respuesta a una necesidad, y el lugar donde estamos creemos que también es fundamental”.

El nuevo espacio, donde también funciona la sede de la asociación, está ubicado en 4 de Enero 6681. Foto: Matías Pintos.
El nuevo espacio, donde también funciona la sede de la asociación, está ubicado en 4 de Enero 6681. Foto: Matías Pintos.

Comunidad y Estado

El lugar donde funciona Nuestra Casa es, según Loyola, clave: “Estamos en un lugar estratégico de la zona norte de la ciudad, donde confluyen los barrios Belgrano, Mayoraz, Don Bosco, Los Hornos, San José, el centro de todo un enclave comunitario importante”.

La organización apunta fuertemente al trabajo articulado con los Centros de Salud, Centros de Acción Familiar, vecinales, escuelas y  hogares de la zona. “El día de la inauguración vinieron gran cantidad de instituciones y nuestra idea es trabajar con ellas, hacer convenios, intercambios, ser un punto de referencia para que nos deriven casos en los que podamos intervenir y ayudar a las mujeres”, dice Loyola.

Para poder concretar este proyecto, Generar recibió un aporte importante del Rotary Club, quienes realizaron un té bingo a beneficio; donaciones de personas particulares; de Jerárquicos Salud, que brindará el equipamiento para la sala de juegos destinada a los hijos e hijas de las mujeres que acudan a la casa, y el aporte de los socios colaboradores que pagan una cuota bimestral de $60. “Nosotros ofrecemos a estas instituciones realizar capacitaciones y trabajos de prevención de violencia contra las mujeres para su empleados, y por suerte la respuesta ha sido positiva”, dice Loyola. “Pero lograr aumentar el número de nuestros socios es fundamental, porque es lo que nos asegura un ingreso fijo mensual para poder funcion-ar y en algún momento poder pagarle al equipo y a los talleristas, que hoy brindan su trabajo de forma totalmente voluntaria”.

—¿Recibieron algún aporte del Estado para la casa?

—No, pero estamos en contacto y tuvimos una reunión con la subsecretaria de Políticas de Género de la provincia, Gabriela Sosa. Ella conoce claramente las falencias que tiene el Estado porque viene de la militancia, entonces también tiene otra apertura al tema. Vimos algunos programas del ministerio de Desarrollo Social, como Nueva Oportunidad (ver página 7) y Buenas Prácticas, que nos podrían ser útiles para conseguir algún aporte para los talleres y las actividades que tenemos pensadas. Pero según la ley de violencia de género, la provincia es el segundo nivel de intervención, el primer nivel es de los gobiernos locales, que se corresponde al tipo de abordaje que estamos proponiendo. Y en ese nivel, por parte del gobierno de la ciudad de Santa Fe, no tenemos nada.

—¿Observan que no hay políticas a nivel local?

—No hay un equipo específico que trabaje el tema de violencia de género. Rescatamos el tema de los botones de pánico y sabemos que van a comenzar a dar algunas capacitaciones a los empleados, pero lo que vemos es que no hay una política integral; creo que hay recursos que no están aprovechados, no hay alguien o un área que este monitoreando eso y articulando, eso es lo que tiene que hacer el gobierno local. Nosotros de ninguna manera queremos reemplazar el rol del Estado, seguimos reclamando que se cumpla con todo lo que dice la ley de violencia de género. Vamos a seguir exigiendo, pero no nos queremos quedar en eso, pensamos que también podemos mostrar que esta modalidad de intervención es importante, y que quizás el Estado pueda tomar esta experiencia y replicarla. Si podemos hacerlo nosotras sin nada, con tan pocos recursos, el Estado puede, sin dudas, llevarla adelante.

Té Bingo a beneficio

Como cada año, Generar realizará el próximo sábado 20 de agosto a las 16 horas, en el Centro de Eventos de Jerárquicos Salud, un té bingo solidario, con el cual continuarán recaudando fondos para sostener el trabajo que se lleva adelante desde la asociación. Además habrá regalos, sorpresas y un show musical.

El costo de la entrada es de $130 y puede solicitarse en la página de facebook de Generar o a los teléfonos 4695926 / 156122408.

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