Parafraseando a la Reina Consorte de los Países Bajos: “Ser hippie, en Argentina, sale caro”. Ya lo dijeron los genios que abrieron el Facebook Hippie con OSDE, donde se satiriza la figura del nene de papá que “Namasté” (no sé qué quiere decir eso, pero siempre quise decirlo). Bueno, ni idea de qué estarían hablando, pero me contó un amigo (y le guiño el ojo para que se dé cuenta, cabezota) que además del suficiente dinero para meditación y Tai Chi, tienen costumbres sumamente extrañas. ¿Cómo cuáles, pregunta? Mire, acá tengo algunas.

En primer lugar, y según me cuentan, tienen muchos cactus en sus casas. Ajá. El cactus crece en suelo árido, como me enseñaron en 4º grado de la primaria. Santa Fe, agua por todos lados, cactus… como que no me estaría cerrando la ecuación. Gente, ¿ustedes quieren ser Santiago del Estero, donde todo lo que hay son señores feudales, cactus, tortugas, calor y nada más? ¿En serio? Y pensar que regalamos Uruguay que tiene salida al mar. Y hablando de Uruguay… diálogo hippie:

—Nahuel: ¡Vamos de Vacaciones!

—Luna: ¿Dónde?

—Nahuel: A Capilla del Monte. Está el Uritorco y nos queda San Marcos ahí nomás.

—Luna: ¿Y si vamos de mochileros al Noroeste? Está lleno de coyas.

—Tupac: Sí, mató mil.

—Brisa: ¡Ay, ya sé! ¿Y si la flasheamos en La Paloma?

Ir a fumarse un churro a Uruguay sale más o menos lo mismo que irse un mes a Amsterdam, ¿sabían? Teniendo Brasil tan cerca, qué sé yo. En fin, la foto de perfil en el feibuc de espaldas al Cerro de los Siete Colores, en Purmamarca, es el diploma del hippie. A la fiesta de colación se va con pullover de lana sintética de alpaca y pantalón a rayas comprado en la feria de Villazón, uno de los lugares más industriales y explota indígenas que ví en mi vida. Ah, no, perdón… me lo contó un amigo que se trajo de allá una olla de barro. ¿Y si hace calor? No importa, obedezca. Una tregua: Córdoba es muy barato y lindo… ¡salvo San Marcos, que te cobran un pebete como si fuera un lomo al champiñón! Pero champiñones orgánicos cultivados sin agroquímicos en la granja comunitaria que queda al lado del arroyo Quimey… o eso te dicen y vos nunca vas a saber si es verdad.

Algo que uno podría pensar que es beneficioso para el medio ambiente es usar los frascos vacíos de mermelada para guardar especias, dulces, cereales, etc. Vamos a suponer que se puedan usar como centros de mesa. Pero todo tiene un límite. Resulta que ahora también se usan como vasos. O sea, reciclar vidrios sale más caro que construir una cava y quemar 500 mil toneladas de plástico, ¿ven? Pero además, hay otra cuestión mucho más importante que me puse a pensar después de que un amigo me contó que toma cerveza en su nuevo juego de vasos… ¿No se dan cuenta de que una vez que se le va la espuma a la birra, el líquido amarillo adentro del frasco parece pis que uno juntó para hacerse análisis? ¿En serio no lo pensaron? Bueno, ojalá les haya arruinado, por unos días, la vida.

Tema mascotas. Unanimidad: el gato se llama “Julio”. La gata, Ana, o, es obvio, “Maga”. No, el hippie no adopta perros, ¿o alguna vez vieron una foto de Cortázar con un doberman, eh?

¿Qué lee un hippie del siglo XXI? La Bioguía, una fanpage que tiene como foto de portada tres marmotas besándose de manera obscena en un claro trío erótico con la siguiente frase: “respetar a los animales es nuestra responsabilidad, amarlos nuestra bendición”. Ojalá sientan lo mismo por los seres humanos… sobre todo por los excluidos por el sistema. Si uno revisa dicha web se podrá encontrar con un montón de memes tales como “No eres una gota en el océano, eres un océano en una gota” o artículos que nos explican “Cómo reconocer a una persona tóxica cerca de ti”. Chicos… Namasté.

Cambiamos de disciplina artística. ¿Músico favorito? Lisandro Aristimuño es el Jorge Fandermole de los hippies de entre 20 y 35 años (la adolescencia se ha extendido, ya lo sabemos): mucho minimalismo (no pienso googlearlo), mucho “paisajismo” (es música muchachos, no pintura) y sombrero, siempre sombrero.

El tatuaje “Soltar” en la nuca o la muñeca, diría mi amigo Weinbaum; que se traduce al “Carpe Diem” de los primeros años del siglo, o al “Let it be”, de los Rolling Stones (no se asuste amigo, fue a propósito). El medio de transporte está clarísimo: la bicicleta. Y la modelo balón es como tener el último BMW hippie en tu casa.

Como decía Alfredo Casero en una publicidad de cigarrillos caros, ser hippie no e’ pa’ cualquiera. Como ser hipster… o punk. O cualquier otra cosa que se ponga de moda y de la que no queremos quedarnos afuera… como mi amigo, que me contó todo esto sobre un montón de cosas que yo tengo en mi casa.

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