Cuando el calor se hace presente logra que el cantero de avenida Freyre se puebla. Mesas y sillas de plástico, son ocupadas para compartir unos lisos y algún ingrediente. Las charlas fluyen de otra manera si el liso está frío. Un pibe con una remera arratonada de una banda de metal canta una chacarera. Luego pasa por las mesas para llevarse algunos mangos. La tormenta amenaza, toda la semana estuvimos alertados por el Servicio Meteorológico Nacional. Los mozos con su capacidad atlética logran traer los lisos del bar, cruzando la avenida, esquivando conductores que quieren llegar rápido a su casa antes de que los atrape la lluvia. Desconfiamos de todo pronóstico. Es la tercera ronda de lisos, la picada de milanesa se termina rápido. La cuarta ronda se demora, siendo solidarios cada uno comparte completando el vaso vacío. El bebedor es sentenciado a pagar las próximas rondas. Te ayudamos cuando no tenías nada, ahora tenés que pagar vos. Es casi una clase de ciencia política. Nos reímos y por un momento creemos entender. Si Macri es Batman, dice Mr Martin, la pesada herencia es el Guasón. Pero no el de Tim Burton; el Guasón de Christopher Nolan. ¿Harvey Dent sería Nisman? ¿José Corral sería Robin?

El Guasón: No se trata de dinero, se trata de enviar un mensaje. Todo puede arder.

Por un momento imaginamos que la misma mesa transcurre en 2050, Santa Fe no es muy diferente, quizás más húmeda, pero aún hay lisos. Tratamos de defender ideas ante un auditorio más joven, que nos trata de viejos. Que no entendimos que se robaron todo. Intentamos explicar, argumentamos, incluso mostramos números y contamos experiencias propias. No alcanza.

El Guasón: ¿Realmente parezco un hombre con un plan, Harvey? No tengo un plan. La mafia tiene planes, los policías tienen planes. ¿Sabes que soy, Harvey? Soy el perro que persigue un auto. No sabría qué hacer si alcanzara alguno. Sólo hago cosas. Odio los planes. Los tuyos, los de ellos, los de todos. Yo no soy así. Yo les muestro lo patéticos que son sus intentos de controlar las cosas. Así que cuando te digo que lo que te pasó a ti y a tu novia no fue algo personal, puedes estar seguro que te estoy diciendo la verdad.

Yo me caso un 17 de octubre, dice uno de los bebedores. No éste, el del año que viene. Total es posible que estemos los cuatro sin trabajo. Empiezan a caer las primeras gotas. La tormenta es fuerte. Nos movemos, nos vamos bajo techo. Lo importante es seguir tomando lisos. Todavía podemos. Miramos la lluvia, el pronóstico era acertado. El mozo se sincera y nos dice que es la última ronda.

Batman: ¿Por qué quieres matarme?

El guasón: ¿Matarte? No quiero matarte… tú me complementas.

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