El Ministerio de Agroindustria registra las ventas de cigarrillos desde 2005. El primer trimestre de 2018 es el de menor cantidad en la historia. Puntualmente, marzo de 2018 fue el peor marzo de toda la estadística.
Imagine un kiosquero que recibe la boleta de la luz y que ni siquiera tiene a los compradores de puchos. Y que viene sufriendo los aumentos tarifarios y la merma de clientela parejito y duro desde el cambio de modelo. Lo que imagine no estará lejos de la realidad. Desde que se aplicó un impuestazo en los puchos, en mayo de 2016, las ventas no volvieron nunca a ser lo que eran antes. Luego, la malaria impactó de lleno. Así, 2016 fue el año con las menores ventas de cigarrillos de todo el registro (que arranca en 2005). El segundo peor año fue 2017. Y como viene la mano en 2018, probablemente ocupe el primer lugar en el podio de la mishiadura.
Concretamente, en el primer trimestre de 2018 se vendió un 1,95% menos que en igual período de 2017. Fue el peor trimestre desde que hay registro. En marzo, que fue el peor marzo desde que hay registro, las ventas de puchos estuvieron un 6,06% abajo de 2017 (que ahora es el segundo peor marzo desde que hay registro).
Compadecerse de Massalin Particulares o de Nobleza Piccardo no tiene mucho sentido: son subsidiarias de multinacionales a las que el consumo total de Argentina no les resulta más relevante que el de las cinco ciudades más grandes de Brasil. Para los kiosqueros, que tienen en los puchos uno de sus principales carnadas de clientes, el dato es estremecedor. Y para los adictos al tabaco, es un indicador del malhumor que trae la abstinencia.
