La esperanza de miles de pibas

Argentina hizo una buena Copa América y en diciembre se juega la chance de ir al Mundial.

Las chicas de la Selección Nacional de fútbol femenino llegaron mucho más alto de lo que podía imaginar cualquier dirigente de la AFA, y es en ese lugar donde comienza el principal problema del seleccionado. La pobre organización, inestable predisposición y escaso apoyo económico y logístico es un gol en contra para las chicas que salen a la cancha a representar a la “albiceleste”.

Hace algunos meses atrás, en este mismo espacio periodístico informábamos sobre la delicada situación que vivía la selección femenina de fútbol. Bajo el título A las chicas no les dan pelota, en esa nota destacábamos los viáticos inaceptables, traslados humillantes, inadecuadas instalaciones y un alto nivel de indiferencia y desidia por parte la AFA. Ante ese panorama las jugadoras de la Selección Argentina se plantaron y enviaron una carta donde se le anoticiaba al responsable del fútbol femenino, Ricardo Pinela, que no iban a concurrir a los entrenamientos.

Las chicas habían decretado un paro, y razones había de sobra. Para tener una noción del contexto que les tocó vivir para llegar al certamen continental de Chile, sólo hace falta repasar aquella publicación: “el viático por haber integrado la lista de pre-selección para la Copa América convocada por el DT Borrello nunca fue entregado”. También solicitan más dinero: “los 150 pesos por cada entrenamiento que nos han sido ofrecidos no cubren los gastos ya mencionados y creemos que merece una actualización”. Las chicas hacen muchos kilómetros para ir hasta el predio de AFA en Ezeiza, pierden derechos salariales en sus trabajos y horas de estudio, todo por 150 pesos que ni siquiera son abonados por la nueva conducción de “Chiqui” Tapia.

Hay que recordar que el marcado desinterés por el crecimiento del fútbol femenino se entiende con este dato duro: el seleccionado argentino había jugado por última vez el 18 de julio de 2015, ante Colombia por los Juegos Panamericanos de Toronto. Desde ese día no practicó más, se desintegró todo, no hubo más selección, se fue el DT (Julio Olarticoechea), no hubo más jugadoras, nunca más un entrenamiento. Durante dos años y una semana el fútbol femenino albiceleste estuvo desaparecido. El 22 de julio de 2017 se conoció la convocatoria y el 25 del mismo mes las chicas volvieron a entrenar con un nuevo cuerpo técnico, Carlos Borrello (DT), Osvaldo Conti (PF) y Analía Hirmbruchner (asistente del entrenador).

Hace muy pocos días en Chile, cuando un medio porteño le preguntó a Vanesa Santana –volante central de la selección– cómo fue jugar con tan poco apoyo de AFA, la jugadora que milita en el América de Cali respondió con dureza: “es difícil, pero ya estamos acostumbradas, hace años que venimos peleando por esto y la verdad que lo hacemos con corazón y alma. No tenemos ningún apoyo de AFA, fuimos olvidadas desde el 2014. No hemos tenido ninguna competencia y tampoco nos han dado tiempo de entrenamiento. Sólo pudimos entrenar una semana y vinimos a competir”.

¿Nos van a escuchar?

La victoria ante la selección de Colombia en la Copa América –primer partido de la fase final– y la foto previa al partido, donde todas las jugadoras argentinas posaron con sus manos en las orejas –pidiendo que las escuchen–, tuvieron una enorme repercusión en nuestro país.

Varias empresas periodísticas nacionales, de las que suelen ignorar el fútbol femenino, tomaron nota del pedido de las albicelestes y, al menos por un día, la selección que dirige Carlos Borrello tuvo un lugar importante en la vidriera de los medios masivos.

La visibilidad que pretenden las futbolistas se hizo sentir, al menos por unas horas. En cada medio que hicieron declaraciones resaltaron la idea de “querer ser escuchadas”. Y así fue como buena parte de la sociedad argenta se enteró de que había un grupo de futbolistas que estaba haciendo un gran desempeño en la Copa América.

El hashtag #queremosserescuchadas fue una bomba atómica en todas las redes sociales. La detonación mediática fue tan grande que hasta uno de los dueños del fútbol en Argentina, TNT Sports, decidió televisar en vivo el segundo partido del cuadrangular final, la derrota 3 a 0 ante Brasil (potencia mundial).

Vuelta de página

Contra todo y todos las chicas llegaron a Chile, con muy pocos días de práctica pero con una decisión enorme de poner al fútbol femenino de Argentina entre los mejores de Sudamérica.  

La estadía en Chile aceitó un poco las relaciones entre la dirigencia y las jugadoras. A la Copa América asistió el presidente del fútbol femenino de AFA y dos delegadas de la comisión de esta disciplina, y además pudieron sortear el problema de los viáticos por entrenamiento.

Más allá de todo, lo bueno y lo malo, la Selección realizó un gran torneo. El primer paso fue ganar tres de los cuatro partidos en la fase de grupo, sólo perdió el primero, 3 a 1 contra Brasil.

Con el correr de los encuentros el nivel de las chicas fue tomando vuelo, desde el aspecto físico y futbolístico propiamente dicho, respetando un orden táctico que fue muy bien diseñado por el cuerpo técnico.

Luego de caer con las brasileñas Argentina le ganó a Bolivia (3-0), Ecuador (6-3) y Venezuela (2-0). Con esos resultados pasó segunda en el grupo al cuadrangular final. El primer partido fue ante Colombia, la segunda potencia de Sudamérica, y las chicas dieron el gran golpe. Ganaron 3 a 1 después de irse derrotadas 1 a 0 al entretiempo. Con ese resultado espectacular debían toparse con Brasil una vez más. El partido fue parejo en el primer tiempo y no se sacaron ventajas, pero en el segundo apareció Marta y cambió la historia. Fue 3 a 0 para las chicas que se coronaron campeonas.

La jornada final no fue la esperada por las chicas argentinas. La ilusión de clasificar de manera directa al Mundial era muy alta, pero Chile fue categórico y aprovechó cada desacierto defensivo. El 3 a 0 que consiguió “La Roja” en el primer tiempo fue un golpe letal para las albicelestes. En la segunda etapa estuvieron muy cerca del descuento, pero no era la tarde, sólo había tiempo para un golazo de Chile en los minutos finales. Fue 4 a 0 y lágrimas de bronca.

Pero el premio a tanto esfuerzo llegó en el partido posterior, cuando Brasil derrotó a Colombia. Con ese resultado Argentina terminó en el tercer puesto y se ganó el derecho a jugar en diciembre el repechaje ante un equipo de la CONCACAF (Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol Asociación). Ese rival será el que termine cuarto en el campeonato de la CONCACAF que se llevará a cabo en Estados Unidos, entre los días 4 y 17 de octubre de 2018.

A pocos minutos de terminar el partido contra las chilenas, una ex arquera de River y San Lorenzo (Pamela Visciarelli) publicaba en una red social: “Rompimos la ilusión de todos”, me dice una jugadora de Argentina. Así están las pibas, destruidas... ¡Si supieran que ellas lo lograron, que ellas nos hicieron creer nuevamente, que son la esperanza de miles de pibas, de Ushuaia a la Quiaca!

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