La utilización de la capacidad instalada industrial, según el Indec, se encuentra en un 67,6% en abril. La cifra marca un repunte, pero también sigue indicando que en toda la era Cambiemos nunca la industria llegó a superar el 70% de los fierros prendidos.
La capacidad instalada industrial es, básicamente la suma de las máquinas que poseen las industrias. Cuando se usan, y producen, es porque hay demanda. Cuando no hay demanda de productos industriales, pues no se usan. Cuando hay tanta demanda que es necesario producir más, ahí llega la inversión en nuevas máquinas. Pues bien, desde que se inició la era Cambiemos, nunca la utilización de la capacidad instalada industrial llegó al 70% (el máximo fue en noviembre de 2017, 69,2%). Eso quiere decir que casi siempre un tercio de las maquinarias estuvieron ociosas.
En abril de este año, último dato según el Indec, el 67,6% de la maquinaria estuvo prendida. Es buena cifra, si se la compara con el mes anterior (66,8%) y con abril de 2017 (64,5%). Es pésimo porcentaje si se contempla que el uso de la capacidad instalada se mide sobre las industrias activas: no considera las que ya cerraron durante la era Cambiemos.
Los sectores con mayores problemas son productos alimenticios y bebidas (65,0%), productos de caucho y plástico (61,8%), edición e impresión (58,6%), industria automotriz (55,8%), la metalmecánica excepto automotores (55,4%) y productos textiles (52,3%). Estos últimos llevan ya demasiados meses de malaria producto de las importaciones y la caída de la demanda.
Los sectores que al menos están por arriba de la media son las industrias metálicas básicas (88,6%), refinación del petróleo (78,4%), productos minerales no metálicos (74,2%), papel y cartón (73,1%), sustancias y productos químicos (72,4%) y productos del tabaco (69,2%).
