Foto: Mauricio Centurión.

Pablo Marchetti charló mano a mano con Pausa: Clarín, la sátira como recurso periodístico y qué ministro elegiría de columnista.

Además de periodista que escribe (Revista MU, THC, Rolling Stone, Página 12…) y habla en radio (en radios tan distantes como La Once Diez y AM 750), canta en el dúo Tangócratas, la excusa con la que se vino a pasar unos días en “la capital de la humedad”, como dice una canción de una banda que le gusta mucho: Hugo & Los Gemelos.

“Venir a Santa Fe, para nosotros, es algo que necesitamos hacer cada vez que podamos”, cuenta sentado en la blanquísima aula 205 del Instituto Gastón Gori, en donde será entrevistado dentro de un rato. En 2013, Marchetti se casó con la diputada nacional Victoria Donda en Rincón, aunque el vínculo tiene que ver con el nacimiento de ella: “Acá vivía Lidia Vieyra, que fue la que ayudó a la mamá de Vicky durante el parto, la que sabía que ella se llamaría Victoria, quien la buscó, todo”. Una de sus últimas escapadas fue después de las sesiones larguísimas de exposiciones, debate y voto del proyecto de ley de legalización del aborto.

Llegado cuatro días antes de lo que necesitaba, Pablo aprovecha para pasar unos días hospedado en Arroyo Leyes, yendo y viniendo por la ruta 1 para visitar amigues, conocer movidas o encontrarse con estudiantes, a los que va a desafiar preguntándoles:

— A mí me gustaría que me contaran ustedes por qué quieren hacer periodismo.

Foto: Mauricio Centurión.

Un rato antes, el exdirector de Revista Barcelona se había entusiasmado al recibir algunos ejemplares de Pausa: “Si sacás algo en papel, es que vas a fondo. Ponés en juego la tensión de la producción, de las posibles pérdidas, exige un nivel de compromiso muy alto”, es la primera devolución que hace, pensando también en la lógica que él mismo practica en la cooperativa lavaca, justamente, la responsable de editar MU.

Desde las primeras cuatro tapas totalmente barderas en las que se pinchaba titulando “AHORA DICEN…” hasta esta época, en la que los medios descendientes de Barcelona se fueron acomodando con más fluidez en soportes como el digital, pasaron 15 años. En tan corto tiempo, se movieron desde los staffs hasta las lógicas que hacen efectiva una propuesta: “Apelar al humor no es solamente hacer un chiste para hacerse el boludo. Todas las herramientas que usamos tienen que servirnos para calentar al lector, para atraparlo. A mí lo que me voló la cabeza en su momento fue la aparición de Página 12, en el año ’87, donde hacían el mejor periodismo del país, hablaban de lo que nadie hablaba pero en las tapas era una joda atrás de la otra. Para mí hoy, el lugar que tuvo alguna vez Barcelona lo ocupa EAMEO”.

"En 2018 pude cubrir el recital del año, que para mí fue Abel Albino en la Cámara de Senadores, durante las sesiones por la legalización del aborto". Foto: Mauricio Centurión.

La palabra “tensión” vuelve a aparecer en la charla. Antes fue en términos concretos, de mandarse a hacer algo costoso, sin saber cómo va a dar la guita; ahora, pensando en que hacer parodia o  sátira exige un equilibrio de odio y amor respecto de aquello que se está satirizando. Sin un conocimiento profundo del tema, el chiste no logra gracia.

—Borges mismo era muy de la sátira y la parodia, aunque su humor no era muy popular.

— ¡Totalmente! Esos relatos que hizo con Bioy Casares, que firmaban como Bustos Domecq, eran un delirio total. Se burlaban del arte moderno y esas cosas que me encantan. Ahora, si lo pienso bien, lo que a mí siempre me gustó fue desconcertar, para que pongamos en duda todos los discursos. Llega un momento, por ejemplo, en el que todo es sátira, ya se vuelve previsible.

—¿Te parece que este es un buen momento para que salgan “Revistas Barcelona”, como lo fue el 2002?

—Siempre es un buen momento. Por ahí no sé si el formato sería la sátira, porque esa careta ya se cayó. En su momento decíamos que lo nuestro era periodismo, que si Clarín era en serio, nosotros también.

Foto: Mauricio Centurión.

—Y hoy, ¿qué lugar te parece que ocupa Clarín? 

— En 2003 Clarín era un imperio y hoy obviamente que sigue teniendo una posición hegemónica respecto del panorama de los medios, pero ahora bien, si lo pienso en términos de comunicación, al lado de Google, Clarín es un maxikiosco.

—¿Y qué formato o idea tenés pendiente probar?

— Lo audiovisual es lo primero. Ahora para MU estoy haciendo cosas que me gustan mucho, estuve escribiendo algunas cosas sobre el mundial por ejemplo, y también pude cubrir el recital del año, que para mí fue Abel Albino en la Cámara de Senadores, durante las sesiones por la legalización del aborto.

—Elegí un ministro para una columna de MU.

—Me gustaría Sergio Bergman. Su sección se llamaría: “Un kilómetro de Bergman”.

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