Foto: Justo Lassaga.

Antes de la salida del nuevo disco de Pacho y lxs limones, hablamos con el cantante.

Así como algún personaje de la bohemia santafesina aseguraba que cuando veía a Astro Bonzo sentía que los veía en blanco y negro, es difícil disociar a Pacho del full color. Aunque la sala donde ensaya parece haberse diseñado en sepia, hay un tacho con foquitos verdes y rojos, cual fogata, al medio de los cuatro: Mariano, que tira fills brillosos con su Telecaster negra, Gervasio, que no necesita tocar mirando al bajo para ser puntual, la Mona, que le da a la bata aguantándole la mirada a un cuadrito de lo que sería un collage de Trump y, claro, el propio Pacho Geller, que al cantar flota hasta quedar en puntas de pie sobre sus ojotas.

El ambiente, entre la facha sesentonsa del caserón devenido en sala y la música, es como fantasmagórico. Hay un momento de jammin que tira a góspel y todos los colores se ennegrecieron varios niveles. “Estas canciones son más lisérgicas”, dice Pacho, respecto de la alquimia compuesta para el segundo disco que va a sacar junto con Lxs Limones. En contraste con La libertad es cualquier cosa, donde había una tendencia evidente hacia el formato canción, en este nuevo registro “les dimos más tiempo a los temas, no tan restringidos por lo que suele ser un corte radial”, cuenta el cantante que también se acopla a sus compañeros con teclados y girando un porrón en telgopor, que queda apoyado arriba de un amplificador, junto con unos celulares y dos pikachus. Sigue Pacho: “En La Licuid (un proyecto alterno en el que se empieza a tocar sin guía alguna y por tiempo indefinido) van pasando cosas que uno no espera. Se generan ambientaciones que no dependen de las estructuras de una canción y se pone lindo, la verdad. Para este disco buscamos mezclar un poco las dos cosas: grabamos un poco improvisando, otro poco pactado”.

Dos días antes de la presentación del trabajo en Demos, se siente tranquilo y bastante masticado respecto de lo que representó este último tiempo para él y Lxs Limones: “Lo que más me gusta de grabar discos es el concepto general, que esta vez tuvo que ver mucho con esto del título (Frenar para seguir). Si bien yo lo siento (al disco) como el resultado de una introspección fuerte, creo que la sensación esa de cortar para retomar fue colectiva, porque nos replanteamos un montón de cosas como grupo también”. Y concluye: “Pensaba además en que las cosas no venían hechas como a uno le gustaría, así que había que parar con eso y moverse hacia lo que nos hace bien”.

Para esta noche

La presentación de Frenar para seguir va a ser esta noche en Demos (9 de julio 2239) desde las 22:30. Más info.

 

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