Foto: Malajunta Santa Fe.

Cada jornada del Encuentro Nacional de Mujeres narrada desde el lugar. La apertura y la vía plurinacional, los talleres de siempre y los talleres nuevos, los testimonios, las voces de las organizadoras, de las primerizas y de las veteranas como Nelly Minyersky, y más.

En la Patagonia de viento y sangre rebelde, miles de mujeres, lesbianas, travestis y trans se encuentran. Llegan en grupos desde lejos, viajaron kilómetros y traen historias que atraviesan lo profundo de sus vidas, luchas que las identifican, insurrección manifiesta ante las injusticias. Algunas, muchas, se acercan por primera vez: poco a poco descubren una ciudad de mujeres. El 33° Encuentro Nacional está a punto de iniciar en el autódromo de Trelew. El anuncio mismo del Encuentro es una invitación para que las mujeres cis, trans, lesbianas, bisexuales, heterosexuales, pobres, de clase media, activistas, independientes, autoconvocadas, originarias, afrodescendientes, blancas, estudiantes, desocupadas, científicas, trabajadoras, madres, hijas, aborteras, socorristas, piqueteras, sindicalistas, militantes de las ollas populares, de las copas de leche y de los partidos políticos se sumen a participar. Dicen que cada mujer que va al Encuentro no regresa siendo la misma.

En medio de la estepa rodeada por el mar, los colectivos llenos avanzan lento por la cantidad de tránsito. Grupos de mujeres llegan al autódromo caminando, cantando, con sus pañuelos en alto. En el acto de apertura los cuerpos se juntan mientras suena Miss Bolivia y la comisión organizadora del Encuentro en Chubut se prepara para recibirnos con el discurso inicial. Por los conflictos territoriales y las persecuciones al pueblo mapuche-tehuelche, por la desaparición seguida de asesinato de Santiago Maldonado, por el homicidio de Rafael Nahuel, por la criminalización de lamuenes mapuches como Moira Millán las mujeres decidieron en Chaco el año pasado que este Encuentro sea en la Patagonia.

Las santafesinas copan Trelew

Las mujeres originarias en la Patagonia denuncian que se han bajado muchos Programas entre los cuales estaban salud y educación intercultural: “Las docentes bilingües han quedado sin trabajo, por lo que no se va a seguir expandiendo la lengua que es tan importante recuperar para los pueblos originarios de la patagonia, el mapuche tehuelche”.

“Hasta el viento se detuvo”, dice sobre el escenario del acto de apertura una integrante de la comisión organizadora. El aire se llena de banderas, de cantitos, de un discurso cortado por palabras que nos nombran en lengua mapuche. Apenas puede verse el escenario pero podemos mirarnos entre nosotras, reconocernos en la experiencia común de buscarnos para luchar. Las viejas encuentreras vencen las distancias geográficas con abrazos. Un grito une las voces multiplicadas: “¡plurinacional, plurinacional!”, en reclamo de que el Encuentro nombre las naciones originarias que coexisten en el país.

Bajo el sol del mediodía, la feria de vendedores ambulantes esparce su olor a palo santo y a choripán que atrae a quienes llegan de viaje y aún no comieron. Dice en las estampas, remeras y pañuelos esparcidos en stands y en mantas sobre el piso: “mi cuerpo es mío” “aborto legal”, “ni yuta ni tuya”. Las mujeres, lesbianas, travestis y trans transforman el cansancio por el viaje en una energía compartida: la de reencontrarse para tejer juntas las complicidades de la resistencia cotidiana. El acto de apertura terminó y es hora de los talleres. Hay que atravesar las distancias entre el autódromo y el centro de Trelew. La organización de las mujeres consiguió que las empresas de transporte local presten servicio gratis para trasladarnos.

El principal espacio de debate son los talleres. La participación es abierta y libre. En esos momentos se ocupan las aulas de escuelas, y clubes que la comisión organizadora consigue de manera autogestiva, interpelando al Estado. Sentadas en rondas sobre el piso, charlamos sobre el tema que convoca al taller: desde Mujeres y sexualidad, Mujeres y cannabis a Mujeres y religiones son espacios donde la palabra adquiere la potencia de expresarnos en nuestras diversidades, y de dar valor a las experiencias que transitamos todos los días. En los talleres no se vota, se decide a través del consenso. Lo personal se vuelve político cuando las experiencias transmutan en estrategias para superar las trabas que en cada ámbito se nos imponen por el sólo hecho de ser mujeres, lesbianas, travestis y trans. Distribuidos en distintos puntos de la ciudad, los talleres organizan un entramado de mujeres caminando, mate en mano y mochila en la espalda, desde una escuela a la otra, atravesando las lomadas del relieve, pintando las calles con los colores de sus remeras y de sus pañuelos.

“Me parió el Encuentro”

María Rosa Vidaiñancucheo, mujer originaria de la Patagonia expresa “A mi me parió el Encuentro, amo este encuentro y voy a seguir viniendo de viejita como lo están haciendo un montón de nuestras hermanas. El Encuentro es, como decimos todas las encuentreras, que la mujer que viene por primera vez nunca vuelve a su casa siendo la misma. Hay cambios, unos cambios muy profundos”. María Rosa relata las dificultades que tuvieron en la organización por las tomas de la administración pública contra el gobierno provincial de Mariano Arcioni: “casi no se hace el Encuentro, pero las tomas nos unieron como trabajadoras públicas y mujeres originarias. Las mujeres le pusimos mucha garra a la lucha”.

“Desde que nos enteramos que íbamos a ser sede del primer encuentro nos comenzamos a juntar en plenarias con las mujeres de toda la región. Vino gente de la cordillera, de Trelew, Rawson, Madryn y Pirámides y empezamos a ver qué tareas había para hacer. Nos estuvimos comunicando mucho con la comisión organizadora de Chaco. Nos organizamos por comisiones, y así empezamos a trabajar, a organizar eventos para recaudar los fondos necesarios” cuenta. Luz, mujer autoconvocada de Trelew, que también integra la Comisión organizadora y participa por primera vez de un Encuentro: “Es importante que las mujeres nos encontremos porque somos las únicas que luchamos por nuestros derechos y es importante escuchar la pluralidad de las voces. A nosotras como mujeres de la región el Encuentro nos dejó mucho trabajo pero también que se puede trabajar. Si hay una meta en común lo podemos lograr”.  “En materia de seguridad nos soltaron la mano, pero tenemos que organizarnos y cuidarnos entre nosotras. Nosotras planteamos unas líneas de trabajo y éramos conscientes de que iban a llegar muchísimas mujeres. Nos vamos acomodando a lo que va pasando pero las bases estaban y las expectativas se van cumpliendo”.

“Nos queremos plurinacional”

Este año hubo 73 talleres; por primera vez se abrió el Taller N.º 42: Mujeres por la libre determinación de los pueblos. Allí se debatió sobre la importancia de poder llamarnos “Encuentro Plurinacional”, para nombrar lo que somos y también los horizontes que nos mueven a seguir andando. “En este taller participaron más de 2000 compañeras, y fue especial porque nos acompañaron mujeres de distintas naciones, de pueblos originarios. Estamos con el corazón feliz porque las mujeres nos han acompañado en el reclamo de que el Encuentro pase a ser Encuentro Plurinacional de Mujeres” dicen las mujeres mapuches de Chubut. Juana Antieco, miembra de la comunidad, explica: “Lanzamos esta campaña como una forma de reconocimiento de nuestros derechos. Lo plurinacional está dirigido a las 36 naciones originarias preexistentes al estado genocida que componen este país llamado Argentina hoy. Es una cuestión colectiva que va a involucrar a todas las hermanas de todo el país”. Y va más allá: “Cuando hablamos de derechos, las mujeres originarias queremos tener el derecho y la libertad de elegir cómo sanar nuestros cuerpos. Hoy por hoy cuando nuestras machis, nuestras autoridades espirituales, vienen a la Argentina son detenidas en la frontera, son manoseadas, su medicina tradicional es tirada. Las fronteras tienen que ser libres de un lado y del otro para que nuestra medicina pueda circular y nos pueda curar. No es casual que nos haya tocado a las mujeres mapuches de este territorio surcar este camino de derechos. No es casual en este contexto de violencia institucional, social y política que estamos viviendo con tantas persecuciones”. La mujer afirma que este es el primer Encuentro Nacional de Mujeres en el que hay presencia de mujeres indígenas. “Estamos felices por este resultado. Hoy plantamos una semilla”, dice Juana. Y agrega: “Hay leyes, hay convenios internacionales pero son letra muerta porque si esas leyes se cumplieran no hubieran extraditado a Jones Huala ni Milagro Sala estaría presa”.

Aunque hay sectores de las mujeres originarias que no acuerdan con la propuesta por considerar que el nombre actual también las nombra, el debate se instaló en el seno de los Encuentros.

Las mujeres trans se encuentran

Nadia Zúñiga, Directora de Diversidad y Género de Trelew, cuenta que el 80% de la población trans de Chubut ha estado en situación de prostitución o ha sido trabajadora sexual, y que la gran mayoría no terminó los estudios primarios ni secundarios. “Hoy estamos soñando con otras cosas, con el cupo laboral trans, en la Municipalidad de Trelew se dan espacios que vamos conquistando. Porque cuando una tiene que levantar la voz la levanta, y cuando hay que sonreír sonreímos, pero en cuestiones de derechos siempre hay que levantar la voz, porque ya nos han callado demasiados años”, dice Nadia. Durante la tarde del sábado en el Encuentro, las mujeres travestis y trans organizaron una marcha por el cupo laboral trans y en repudio de los femicidios y travesticidios. “Es importante visibilizarnos y luchar porque ya hay que pensar en las futuras generaciones, porque si no pensamos en las infancias trans que tenemos aquí en Chubut y si no pensamos en las infancias trans que van a nacer, será muy egoísta la militancia”. Nadia considera que “la visibilidad es importante porque sin visibilización vamos a seguir empobrecidas, vamos a seguir sin educación, sin salud, sin trabajo, sin acceso al deporte. Si nosotres empezamos a salir y a conquistar derechos vamos a tener otra realidad, me imagino otra realidad para cuando llegue a vieja. Yo tuve un privilegio, algo que me hizo muy feliz durante la infancia que fue tener una compañera trans para crecer juntas. Muchas compañeras no tienen ese espacio, por eso hay que trabajar mucho con las infancias”.

“Ni la tierra ni las mujeres somos territorios de conquista”

“Este es mi primer Encuentro y me tocó también participar en la Comisión Organizadora. Es importante que las mujeres trans participemos de los Encuentros porque es aquí donde podemos debatir, este encuentro tiene su forma a través de los talleres. El otro día con las compañeras de los pueblos originarios ellas hablaban de la palabra “parlamentación”: me movió el mundo esa palabra. Porque en los talleres construimos el conocimiento de otra forma, todas las opiniones son importantes. Acá damos discusiones sobre temas que en la noche no podemos dar, porque no tenemos los espacios para el encuentro, porque a veces ciertas organizaciones sociales lo que hacen es dividirnos, y somos pocas. No vayamos por esas divisiones, pensémonos primero como personas trans trava. Después vendrán las organizaciones, pero primero hermanémonos en eso.” reflexiona. Y enfatiza: “Tengamos sororidad en esta identidad trans. Porque si nos matan, nos matan a todas, y si hay un derecho que se conquista, es para todas.

Por último, Nadia dice, sonriendo: “Habrá que ver dónde es el Encuentro del próximo año y empezar a juntar la plata, porque de eso se trata: cuando todas las identidades femeninas nos organizamos, nada nos para”.

Plaza Centenario

Es domingo por la mañana y en la Plaza Centenario de Trelew, miles de pibas en ronda se pierden entre trapos de organizaciones y puestos de venta de libros y artesanías. Es el epicentro del Encuentro, donde se convocan todas las organizaciones. Algunas juegan un picadito, otras arman ronda de cervezas y de risas, algunas se besan en libertad y otras se sientan junto a una radio abierta que denuncia las consecuencias de las políticas neoliberales de Macri para las vidas de las mujeres. En el centro de la Plaza, un grupo de mujeres originarias realizan una ceremonia. Nos paramos en ronda y clamamos por nuestras compañeras asesinadas y criminalizadas. Decimos los nombres de nuestras muertas por la violencia machista y de las víctimas de la violencia estatal. Encendemos el fuego de las brujas que esta vez exigen justicia social, justicia feminista, justicia social. La manos anónimas se cruzan y se alzan al cielo, en grito ancestral que sale de las entrañas: “vamos a seguir luchando hasta que todas seamos libres”. Y un mensaje atraviesa a todas: las mujeres, las lesbianas, las travestis y las trans resistirán a todo gobierno machista, al racista y al fascista.

Junto a su bandera multicolor, Liliana Diano de Florencio Varela cuenta las actividades que realiza con sus compañeras de Comando ESI, una organización independiente conformada en su mayoría por docentes de la provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Mendoza. “La ESI incluye la sexualidad y la genitalidad, pero apunta a la totalidad de la persona, e incluye desde nivel inicial hasta el terciario y universitario”, dice Liliana. Se lamenta porque el sábado a la noche les robaron de la carpa materiales para difundir la importancia de la ESI. Liliana atribuye el robo a los sectores antiderechos, “porque podrían haberse llevado otras cosas que no se llevaron”. Ella lamenta que los materiales que hacen a pulmón para suplir la escasa o nula decisión política del Estado para hacer cumplir la ley 26.150 y difundir los principios de la ESI a través de charlas en los territorios significa la pérdida del trabajo de dos años.

Nelly Minyersky, histórica activista de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Junto a su compañera Julia de La Plata, se encargan de repartir los pañuelos verdes en el stand que instaló la Campaña en la Plaza Centenario. “El Encuentro tiene una característica única, es único en el mundo. En una época en que estamos con todos los medios audiovisuales, con comunicación por whatsapp, esto tiene la vitalidad de la corporeidad, de tocarse, de vernos. Entonces podemos transmitir qué pensamos, cómo nos miramos, cómo nos gustamos. En los talleres la gente se expresa, no tiene pudor, dice lo que piensa. Para mi es fundamental para todas este contacto humano y corpóreo. Me da mucha felicidad, recibo transfusiones de juventud”, dice mientras saluda a las chicas que pasan.

La Campaña nació en los Encuentros: fue en Rosario en 2005 que mujeres de todo el país comenzaron a articularse federalmente para plantarse contra la biología como destino, por la autonomía y el derecho al placer de las personas con capacidad de gestar. “La lucha por el derecho al aborto tiene un efecto social muy importante, pero aún necesitamos llegar a más mujeres, a las mujeres que son las verdaderas víctimas de todo esto. A mi las pibas se me acercan y me dicen gracias, y yo les digo gracias, pero gracias de corazón. Porque si las jóvenes no hubieran podido receptar,  en vano habría sido todo nuestro esfuerzo, lo mucho o poco que pudimos hacer, si no lo hubieran recogido. Y eso es porque hay un terreno fértil. Acá siempre ha habido una juventud maravillosa y esto trasciende y es muy emocionante”. Nelly está convencida de que el rechazo del Senado no fue una derrota: “Creo que también es mérito de la Campaña haber enmarcado la lucha por el aborto en la lucha por los derechos humanos. Porque los niños que van con un pañuelo no saben mucho de aborto, pero cada vez saben más de autonomía, de libertad y de igualdad”. Y redobla la apuesta: “La Campaña seguirá adelante, seguramente presentaremos un nuevo proyecto y defenderemos la ESI de quienes dicen defender las dos vidas pero no pueden ocultar su desprecio por las mujeres y sobre todo por las mujeres humildes”.

La marcha de las marchas

A las seis de la tarde del domingo, la marcha del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans de Argentina comenzó  a caminar por las calles de Trelew. Durante cinco kilómetros de subidas y bajadas recorrió los barrios del norte de la ciudad y llegó hasta el centro entrada la noche. Desde los balcones y ventanas llegaban gestos de apoyo, aplausos, filmaciones, sonrisas. ¡Mujer, escucha, únete a la lucha!, llamaba la ola multicolor de mujeres a aquellas que saludaban desde las veredas.

Dos niñas sostienen un cartel que dice Ni Una Menos, y lo muestran como forma de apoyo en la puerta de su casa. Un nene sentado sobre un balcón sostiene otro cartel: “bienvenidas”. En las callecitas angostas de Trelew algo parece decir que la revolución está siendo. Las mujeres siguen andando, y pese a lo que diga Clarín, saben: no hubo litros de nafta para hacer bombas molotov pero hubo lágrimas de emoción al ver las sonrisas de las mujeres desde la calle y una alegría infinita en las gargantas que cantan la  resistencia. En cada pendiente se escuchaban gestos de admiración por la imagen de la masividad:  50.000 es el número estimado de mujeres en la que fue quizás la convocatoria más masiva en Trelew, tal como tituló el día de la finalización del Encuentro el diario El Chubut.

Así como el Encuentro es la suma de nuestros encuentros a lo largo del año y en cada ciudad o pueblo del país, la marcha del Encuentro es la suma de todas nuestras marchas. Es habitar las calles, transitarlas sin miedo, reclamar el pleno derecho al espacio público y la soberanía sobre el propio cuerpo en tetas y con glitter. En la marcha se canta y se baila por todos los silencios que impuso el machismo. Cada una lleva la bandera o la remera del espacio en el que participa, y es la multiplicidad el espacio para reconocerse compañeras. Porque la intensidad de encontrarse hace posible cuidarnos, compartir, cantar sin conocernos en contra de lo que nos oprime. Con cada paso que damos, en nuestra carne se borra las violencias, visibles e invisibles, que nos marcan todos los días. “Me voy súper enriquecida de ideas y de vínculos nuevos en el compartir. Te vas del encuentro siendo más feminista y con la convicción de que hay que luchar por los derechos de todas”, dice Desiré Martínez, joven militante luego de participar por primera vez.

Cada encuentro fortalece a las mujeres, lesbianas, travestis y trans como movimiento social de resistencia contra las políticas neoliberales y los fundamentalismos religiosos que cercenan derechos. El próximo Encuentro será en La Plata, capital de una provincia en la que gobierna Cambiemos, a días de las elecciones presidenciales. Seguramente estará atravesado por esa coyuntura, pero los Encuentros no dejan de ser el espacio donde desde la diversidad se gestan nuevas formas de hacer política, en clave feminista y popular, poniendo en discusión los mecanismos de representatividad para la toma de decisiones.

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