¡Mozo, este agrotóxico está lleno de lechuga!

El Senasa confirmó la presencia de 82 agroquímicos distintos en 38 alimentos vegetales.

No todo es soja, maíz, trigo o algodón en el mundo de los agrotóxicos. La ONG Naturaleza de Derechos publicó en septiembre un informe que sistematiza datos de 7876 registros oficiales del Senasa sobre la calidad de los alimentos que comemos diariamente. El resultado: se detectaron 82 agrotóxicos distintos en 38 frutas, verduras, oleaginosas o cereales. El 55% de los controles realizados por el Senasa marcaron la presencia de agrotóxicos no autorizados. Se registró entre dos y 34 agrotóxicos distintos en un mismo alimento.

Venenos totalmente prohibidos como el endosulfán, porquerías cancerígenas, neurotóxicas o que generan daños directos –a veces hereditarios– en las glándulas hormonales fueron hallados en todo el país por el Senasa en estos comestibles: acelga, achicoria, albahaca, ananá, apio, arroz, banana, cebada, cebolla, cerezas, ciruela, durazno, espinaca, frutilla, garbanzos, girasol, kiwi, lechuga, limón, maíz, mandarina, manzana, melón, naranja, palta, papa, pelón, pera, pimentón, pimiento, pomelo, rúcula, sandía, soja, tomate, trigo, uva y zanahoria.

El veneno más usado es el clorpirifos, hallado en 33 de los alimentos. Si bien su toxicidad es leve, su uso no está autorizado en uva, zanahoria, rúcula, pimentón, pelón, lechuga, kiwi, espinaca, arroz, apio, ananá, albahaca, achicoria y acelga, donde fue detectado. En la frutilla se puede usar, pero se encontraron cantidades excesivas. El segundo veneno más usado es de mucha peligrosidad: el carbenzadim fue hallado en 28 alimentos. Está prohibido en Europa desde el 2014. Produce daño genético heredable, puede perjudicar la fertilidad y su exposición representa riesgos para el feto durante el embarazo.

“En la mayoría de los alimentos controlados, fue muy alto el porcentaje de detección de agrotóxicos que no habían sido autorizados para los productos alimenticios en donde fueron hallados”, destaca el texto. En la mandarina se registró veneno en 2497 oportunidades distintas. Le sigue la pera (1612 veces), la manzana (872), la banana (704), el limón (589), la naranja (207), la lechuga (207), el apio (128) y el tomate (125).

Los controles del Senasa sistematizados por Naturaleza Derechos comprenden dos campañas del organismo, la 2011-2013 y la 2014-2016. Según el informe de Naturaleza de Derechos, titulado El plato fumigado, “Desde el año 1997 hasta la fecha, el aumento del uso de agrotóxicos supera más del 250% (de 120 millones litros kilos a más de 400 millones litros kilos actuales aproximadamente, por año) en la Argentina. A ello debe sumarse también millones de litros kilos de fertilizantes inorgánicos”.

Atrasados

Dentro de las porquerías con las que se fumiga la comida, hay cuatro químicos prohibidos: el DDT (hallado en cinco casos), metil azinfos (siete), metamidofos (15) y endosulfán (15). También se registran cinco tóxicos en máxima peligrosidad, como metamil (seis casos), diclorvos (ocho), carbofuran (nueve), permetrina (nueve), pirimicarb (12).

Naturaleza de Derechos señala que hay muchos químicos que en el país están autorizados mientras que en el resto del mundo ya se encuentran prohibidos por el daño que producen. “En Argentina, la última reválida de todos los agrotóxicos autorizados como principios activos y formulados comerciales en la agricultura, data del año 2000”, observan. Por ejemplo, recién en 2015 la OMS clasificó al glifosato como cancerígeno, junto al diazinón y el malatión. Todos se pueden hallar en las frutas y verduras que comemos.

Otra lista está autorizada y también aparece en la comida, pese a que su comercialización está prohibida en Europa: acefato, aldicarb, carbaril, carbendazim, carbofurán, fenarimol, fenitrotion, guazatine, haloxifop, hexaconazole, ipridione, linurón, novalurón, permetrina y procimidone. Por su parte, la Environmental Protection Agency de Estados Unidos caratuló de cancerígenos y prohibió otra serie de tóxicos que también se halla en la comida argentina, como 2,4-d, acetoclor, bifentrin, captan, carbaril, cipermetrina, ciproconazole, clorotalonil, difenoconazole, dimetoato, folpet, hexaconazole, imazalil, mancozeb, metidation, metil tiofanato, orto fenil fenol, pirimicarb , pirimifos metil, procloraz, propargite, propiconazole, pyrimethanil, spirodiclofan, tebuconazole, tiabendazol y tiacloprid.

El 44% de los agrotóxicos detectados por el Senasa son cancerígenos. La misma cifra corresponde a los que afectan el sistema hormonal, mientras que el 29% son neurotóxicos. Sólo diez son de toxicidad no peligrosa para los humanos.

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