El tiempo de los derechos es ahora

    Durante la tarde de hoy se realizó el festival Basta de medias tintas, a través del cual el movimiento de mujeres y de disidencias sexuales le exigió al Senado provincial el tratamiento y sanción definitiva de las leyes de Cupo Laboral Trans, Paridad de Género y Educación Sexual Integral.

    La demanda surge a raíz del estancamiento de las normativas en el Senado, luego del tratamiento y la aprobación de cada una de éstas en la Cámara de Diputados. Presiones de la Iglesia Católica, especulaciones políticas de cara a un año electoral y un clima de época que vira peligrosamente a la derecha, amenazan con hacer caer las leyes.

    Este es el caso de la ley de paridad, que logró la media sanción el 24 de mayo y que, de no obtener su aprobación definitiva, perderá estado parlamentario. “La participación igualitaria fortalece y amplía derechos, representación y democracia; un nuevo paradigma de representación ciudadana es nuestro compromiso y por ello nos manifestamos y nos comprometemos a trabajar por la concreción de una democracia paritaria y feminista. Vamos a feminizar la política para transformarla. Sin mujeres no hay democracia”, indicaron desde Mujeres por la Paridad.

    En el mismo sentido, la ex concejala santafesina Adriana Molina (UCR-Cambiemos), pidió a los senadores “que saquen las leyes del cajón” y agregó: “Que hagan derechos y cumplan con su rol. La ley de paridad fue muy trabajada por todos los bloques y se votó por unanimidad (en la Cámara de Diputados), razón por la cual entendemos que el momento es ahora”.

    La ley de cupo laboral para travestis, transexuales y transgénero, es la última de estas normativas en conseguir la media sanción, en septiembre pasado, luego de 12 años de persistente lucha y trabajo del colectivo trans para que finalmente el proyecto, que ya fue presentado seis veces, se trate en el recinto. Victoria Stéfano, en representación de la Asamblea Provincial por el Cupo Laboral Trans, indicó: “Exigimos al senado santafesino estar a la altura de la coyuntura y de la historia. Podemos ser hoy mismo la provincia más vanguardista de todo el país. No estamos acá por un privilegio, al contrario, les proponemos esta herramienta de inclusión, de reparación, de reconocimiento, que esperamos en el futuro recordar como un anecdótico cupo, cuando la sociedad en su conjunto pueda competir en igualdad de oportunidades por el acceso al derecho al trabajo, ese que nos es negado desde el nacimiento de nuestra nación, hace 202 años. En sus manos, senadores y senadora, está el futuro de 850 personas trans y travesti, en sus manos está abolir la prostitución obligatoria para las personas trans y travesti, en sus manos está revertir la vergonzosa expectativa de vida de las travas y trans santafesinas”.

    El diputado socialista Julio Garibaldi coincidió: “La población trans es la que mayor vulneración de derechos sufre con una expectativa de vida que apenas supera los 40 años, con discriminación extrema, violencia física, psíquica, económica y laboral; por lo tanto, reconocerlos como colectivo y que tengan la posibilidad de ser incorporados en el Estado y demostrar su capacidad de trabajo es fundamental”.

    La ley provincial de Educación Sexual Integral es la que más resistencia encuentra hoy ante la avanzada de los sectores conservadores ligados a las iglesias católica y evangélica, así como a partidos nacionalistas como Bandera Vecinal. La ESI logró la media sanción de Diputados el 14 de junio, minutos después de que la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo consiguiera lo mismo en el Congreso de la Nación. Desde ese momento, una campaña de rechazo a la normativa, bajo consignas como “Con mis hijos no te metas”, “a mis hijos los educo yo” y “biología si, ideología de género no”, comenzó a presionar para que la ley provincial no se apruebe. Ante esto, Vanesa Escobar, del Frente en Defensa de la ESI, indicaba: “Son alarmantes las cifras de embarazos adolescentes, de abusos sexuales infantiles, de femicidios, de niñas y jóvenes captadas para las redes de trata. Para combatir eso es que necesitamos una ley de ESI que ayude deconstruir esta matriz cultural violenta”.

    Al respecto, la diputada Silvia Augsburger, del interbloque Igualdad, comentó: “Cuando se debatió la ley nacional vigente, en 2006, se escuchaban los mismos argumentos que ahora. Lo que ocurre hoy es que, con la fuerza del movimiento feminista, esas expresiones se hacen públicas. Pero siempre estuvieron. La ESI es el primer instrumento para evitar los abusos sexuales que ocurren en el interior de la familia, por eso el Estado tiene que ser el garante de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes y garantizar el cumplimiento de la ley en todas las instituciones educativas”.

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