La pobreza más alta desde 2010

    Foto: Mauricio Centurión.

    Devaluación y ajuste mediante, más de 1.900.000 argentinos cayeron en la pobreza en el último año.

    La pobreza llegó al 31,3% de la población urbana en el último trimestre de 2018, según el informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, que mide la pobreza de manera multidimensional.

    Existen al menos 12,7 millones de argentinos con carencias. Las cifras representan un salto de 4,5 puntos en un año como consecuencia de la corrida cambiaria y el ajuste. Esta estimación simboliza su valor más elevado en nueve años. Más de 1.900.000 personas cayeron en la pobreza en 12 meses. El Indec difundirá este jueves 28 las cifras oficiales de pobreza e indigencia del tercer trimestre de 2018.

    El autor del estudio de la UCA, Juan Ignacio Bonifoglio, en diálogo con Perfil sostuvo: “La pobreza multidimensional por derechos sociales e ingresos ha experimentado un fuerte crecimiento en el actual contexto inflacionario y de estancamiento. El aumento se debe fundamentalmente a la caída en la pobreza por ingresos, por caída del salario, pérdida de empleo y mayor precarización laboral”.

    Enfoque multidimensional

    El informe realiza una medición sobre seis variables de carencia: la alimentación con indicadores de inseguridad alimentaria, sin cobertura de salud o sin acceso a la atención médica ni acceso a medicamentos; los servicios básicos, que incluyen los indicadores de conexión a red de agua corriente, a red cloacal y acceso a red de energía; la vivienda digna, que comprende hacinamiento, vivienda precaria y déficit de servicios sanitarios; el medio ambiente que revela si hay recolección de residuos, presencia de fábricas contaminantes y espejos de agua contaminada; los accesos educativos (inasistencia, rezago educativo en escuela media y primaria); la falta de afiliación al sistema de seguridad social y desempleo de larga duración.

    “En la actualidad, la Argentina mide oficialmente la pobreza de su población a través de los ingresos corrientes de los hogares (método de Línea de Pobreza). Este tipo de medición de pobreza se basa en el supuesto de que los ingresos permiten a los hogares adquirir los bienes y servicios que necesitan para garantizar un mínimo de calidad de vida normativamente aceptable”, dice el informe y luego continúa: “la consideración de múltiples dimensiones no solamente permite hacer visibles aspectos puntuales que marcan distintas situaciones y experiencias de privación, sino también dar cuenta de situaciones de pobreza de mayor intensidad en la que distintas privaciones se presentan de manera simultánea reforzándose entre sí y constituyendo situaciones de pobreza estructural”.

    Los datos

    El estudio muestra que en el 2017 había un 16,7% de pobres estructurales y que en 2018 ese porcentaje creció al 18,6%, mientras que los pobres no estructurales pasaron del 9,9% al 12,7%. Todo ello suma una pobreza multidimensional del 31,3% en el 2018.

    Por otro lado, 14 de cada 100 hogares habitan en viviendas precarias y al menos 8 de cada 100 no cuentan con baño y conviven hacinados. Los déficits medio ambientales alcanzan a 2 de cada 10 hogares. El ítem referido a los derechos laborales detalla que el 30% de los hogares se encuentra marginado.

    Además, el informe mostró que la población con inseguridad alimentaria severa aumentó de un 6,2 % en el cuarto trimestre de 2017 a 7,9 % en el período correlativo de 2018. En este sentido, 6 hogares de cada 100 experimentan frecuentes situaciones de hambre. También, la población con problemas de acceso a la atención de la salud y medicinas pasó del 26,6 % al 28,2 %, en los períodos nombrados. En este sentido, 1,7 hogares de cada 10 no logran cubrir sus necesidades básicas de salud.

    Por otra parte, 3 de cada 10 hogares urbanos no cuenta con cloaca, y 1 de cada 10 no cuenta con servicio de red de agua potable. 14 de cada 100 familias habitan en viviendas precarias y al menos 8 de cada 100 no cuentan con baño y conviven hacinados. El 27% de la población habita en hogares con alguno de estos déficits. Si bien en algo más de 1 de cada 10 personas presenta déficit educativo, 3 de cada 10 hogares registran algunos de estos problemas: 3% de los niños de entre 4-17 años no asiste a la escuela, 23% de los jóvenes no terminó el secundario y 10% de los adultos no terminó el primario.

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