En total llegaron poco más de 40 millones de dólares del FMI, el Banco Central ya lleva vendidos 31.800 millones. Mientras tanto, desde el primer desembolso, el dólar saltó de 27 pesos a 46 y las tasas del 27% al 71%. Y la fuga de capitales, récord en 2018, en abril se disparó al máximo.  

11 de enero de 2018. Puede encontrarse una fecha exacta para el inicio del derrumbe financiero del gobierno de Cambiemos. En ese día el Banco Central alcanzó su pico de reservas sin tener que entregarse por completo a los brazos del FMI: 63.906 millones de dólares, con un dólar que valía 18,65 pesos y una tasa de interés del 28%. A partir de esa fecha las reservas se lanzaron a una caída imparable, la burbuja de Lebacs (¿se acuerdan de las Lebacs?) comenzó a resquebrajarse hasta estallar, el dólar empezó a empujar y saltó por los aires, la fuga de capitales se disparó, la tasa de interés se fue a las nubes y la economía en su totalidad se entregó al dictado del FMI.

Cambiemos acumuló así varios récords en 2018: fue el año con mayor fuga de capitales en la historia, fue el año con el mayor endeudamiento acordado con el FMI en la historia (tanto de Argentina como del FMI), fue el año con mayor inflación desde 1992 y fue el año en el que la devaluación del peso superó a toda la pérdida de valor que tuvo nuestra moneda entre 2003 y 2015. También hubo un récord de presidentes del Banco Central: Federico “metas de inflación” Sturzenegger, Luis “Messi” Caputo y el actual titular, Guido Sandleris, el alquimista de las tasas de interés ruinosas.

A la fecha, todo empeoró. Según los últimos datos del Banco Central, abril de 2019 fue el abril con el mayor volumen de fuga de capitales desde que hay registro (2003). En concepto de “Formación de activos del sector privado no financiero” se fueron unos 2341 millones de dólares, un 14% más que en abril de 2018. Vale recordar que el 2018 fue el año récord de fuga de capitales, con 27.230 millones de dólares perdidos por la canaleta de la timba y los buitres. La de abril también es la cifra más alta de fuga en lo que va del año. No se puede especular conque la sangría haya aumentado su velocidad, pero sí se puede decir que en marzo fue de 1771 millones de dólares. Habrá que esperar a mayo para ver si hay una tendencia. En la comparación del acumulado de los primeros cuatro meses de este año, todavía es peor el 2018: entre enero y abril del año pasado se habían fugado 8986 millones de dólares, en 2019 esa cifra asciende a 7035. No es para festejar: sólo 2018 y 2009 tuvieron más dólares fugados en sus primeros cuatro meses.

Del lado de los pesos, la tasa de interés de referencia estaba en el 40% cuando entró el primer desembolso del Fondo. Hoy está en el 71,2%. No hace falta explicar qué efecto tienen esos intereses asesinos en la economía real. La ilusión de Guido Sandleris de aspirar los pesos para que no se vayan al dólar prueba ser completamente inútil. Cuando las Leliqs se volvieron la estrella de la timba, el dólar estaba a 37,60 pesos y la tasa a 71,2%. El punto más bajo de la tasa fue el 14 de febrero pasado, cuando llegó a 43,9%, un porcentaje que sigue siendo destructivo. El dólar estaba a 38,37 pesos. Y comenzó la presión hasta llegar de nuevo al punto del comienzo, pero con un dólar a 46 pesos. La moneda se devaluó y la economía productiva y familiar se quedó sin crédito posible. Y si tenías un préstamo con tasa variable, ya vendiste el hígado.

Plata quemada

El gobierno, no obstante, se muestra orgulloso porque las reservas parecen robustas, ya que marcan al 21 de mayo una cifra de 67.096 millones de dólares. Parece un montón: es toda guita prestada. Es un número que oculta la realidad. De esos 67.096 millones de dólares, 40.508 millones son plata que ingresó gracias al FMI. ¿Por qué las reservas no son más altas, entonces? Porque desde el primer desembolso del FMI, el Central dilapidó 31.800 millones de dólares.

El último desembolso del FMI significó para el Banco Central una suba de 10.819 millones de dólares en sus reservas, el pasado 9 de abril. Al 21 de mayo, el Central ya había vendido 10.385 millones de esos mismos dólares. En menos de dos meses se fumaron todo un desembolso entero. Lo único que levanta las reservas es la plata prestada, sino caen sin parar. Así se están quemando una hipoteca sin precedentes.

Pasando en limpio:

De los 40.508 millones de dólares prestados por FMI e ingresados a las reservas del Banco Central, se esfumaron 31.800 millones sólo por ventas directas.

Si el objetivo fue contener la devaluación del peso, cuando ingresó el primer desembolso del FMI, el 21 de junio de 2018, un dólar valía 27 pesos. Hoy el tipo de cambio minorista está en 46 pesos.

Las tasas de interés saltaron del 40% cuando ingreso el primer desembolso del FMI al 71,2% actual.

Mientras tanto, la fuga de capitales fue récord en 2018 (27.230 millones de dólares). El 2017 está en el tercer puesto, detrás de 2008. El 2019 pinta para el podio. En toda la era Macri se fugaron 61.348 millones de dólares.

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