Ahora que sí nos oyen

Las artistas de todos los géneros musicales sostienen el reclamo de un cupo para los espectáculos, con fuerte significación para su trabajo.

Media sanción a la ley de cupo femenino para mujeres músicas.

Todo comenzó en septiembre del año pasado cuando un numeroso grupo de músicas, conformadas en el colectivo Por + Mujeres Músicas en Vivo presentaron en el Senado de la Nación, de la mano de la legisladora del FPV-PJ Anabel Fernández Sagasti, el primer proyecto de Ley de cupo femenino y acceso de artistas mujeres a los escenarios argentinos. Entre las caras más visibles de las muchas que acompañan esta iniciativa se encuentran Celsa Mel Gowland (ex vicepresidenta del Instituto Nacional de Música), Hilda Lizarazu, Carolina Peleritti, Lula Bertoldi y Mecedes Liska.

Desde la presentación, las artistas quedaron a la espera del tratamiento de esta propuesta que establece un piso de 30% de participación de mujeres en los festivales musicales, sean de organización privada o estatal. Pero el tema volvió a tomar notoriedad pública en febrero de este año cuando José Palazzo, organizador del Cosquín Rock, haciendo referencia al proyecto de ley, dijo que no había suficientes mujeres talentosas en el rock, como para llenar un tercio de la grilla del festival.

Esto generó fuertes reacciones, como la de otro gran referente masculino del rock nacional, el Indio Solari, que se convirtió en la la contracara de Palazzo y respaldó el proyecto de forma inmediata. “Yo soy de salir poco pero mis músicos me dicen que las mejores bandas del momento y más originales están hechas por mujeres. Apoyo esta ley para que sea igualitario el porcentaje de gente que se dedica a la música”, declaró públicamente.

Marilina Bertoldi, foto de Kevin Luries.

Mientras tanto, el cambio cultural se hace sentir y hace apenas unos días, luego de 19 años que no se premiaba a una mujer en este rubro, Marilina Bertoldi fue la ganadora del Gardel de Oro. Pero tampoco se acaba en Marilina, otros nombres, apellidos y bandas demuestran también que talento femenino en la escena actual hay de sobra: Barbi Recanati, Brishit Bardo, Mariana Parawäy, Marina Fages, Cam Beszkin, Loli Molina, Los Rusos HDP, Jimena López Chaplin, Rosario Bléfari, Paula Maffía, Srta. Trueno Negro, Las Ligas Menores, Riel, Mariana Bianchini, Potra, Florencia Ruiz, Eruca Sativa, Miss Bolivia, Sugar Tampaxxx, Las Piñas, Lucy Patané, Flopa, Lu Martínez, Barbarita Palacios, y muchas más.

Así finalmente llegó el día y el 22 de mayo el proyecto de Ley de cupo y acceso de artistas mujeres a los escenarios, obtuvo dictamen positivo en la plenaria de comisiones del Senado y fue tratado el mismo día por la tarde en la sesión de la Cámara Alta, logrando su aprobación sin modificaciones y obteniendo la media sanción.

El proyecto fue aprobado casi por unanimidad, con 50 votos a favor y uno solo en contra (el del salteño Juan Carlos Romero) En estos días la Cámara de Diputados recibirá el texto y las músicas y músicos que apoyan la iniciativa buscarán la sanción definitiva.

Cambio de hábito

Mercedes Liska, investigadora del Conicet especialista en música, género y sexualidades que impulsó junto a Celsa Mel Gowland el proyecto de ley de cupo femenino en eventos musicales, dialogó con Pausa. Desde 2018 preside la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular en América Latina (IASPM-AL) y acaba de publicar su segundo libro Entre géneros y sexualidades, tango, baile, cultura popular.

—¿Cómo fue su primera aproximación al colectivo de mujeres músicas para tratar el tema de la desigualdad de género en la música?

—Yo estaba vinculada con el Inamu ya que me había acercado a buscar información sobre las mujeres músicas de todo el país. Desde el 2014 que el Inamu había creado registro nacional de músicos y músicas, y presenté un proyecto que hizo que pudiéramos conocernos con Celsa y empezáramos a trabajar. Cuando terminó su gestión, Celsa comenzó a bregar por el proyecto de ley y me convocó para redactar los argumentos teóricos de la ley.

Las artistas de todos los géneros musicales sostienen el reclamo de un cupo para los espectáculos, con fuerte significación para su trabajo.

—¿Se puede afirmar que históricamente fue mayor la cantidad de hombres que de mujeres visibles en el campo de la música? ¿Existe una explicación sociocultural para eso?

—En realidad la participación de las mujeres en los distintos géneros populares de la argentina fue variando en distintos momentos de la historia de los géneros. No hay una historia lineal, generalmente hay una participación en los inicios y después eso va disminuyendo en el momento en que los géneros tienen mayor popularidad. Por otro lado hay un montón de lógicas que reproducen la música popular en torno a las relaciones sociales, profesionales, comerciales entre varones. Esa lógica administrada por los varones ha ido excluyendo sistemáticamente y eso también estuvo atravesado por los prejuicios morales y sobre la actividad profesional artística de las mujeres a lo largo del siglo XX.

—¿La ley de cupo es la herramienta para generar un cambio cultural, camino a la igualdad de género?

—La Ley es una herramienta muy importante para visibilizar la problemática y de aprobarse va a generar un impacto importante en el ambiente musical. Muy positivo y muy rico, va a nutrir de heterogeneidad la actividad musical en argentina, así que vamos a ganar todas y todos con eso. Pero esa visibilización también tiene que ser acompañada de una transformación en los vínculos más personales que hay en el ambiente musical. Nosotras publicamos un trabajo que se llama Música de minitas en base a una encuesta sobre discriminación de género. Y lo que surgía es que el machismo se expresa en un montón de prácticas cotidianas pero no hay una sola causa, sino un montón de causas.

—¿Qué se le responde a las personas que se manifiestan en contra de la ley de cupo basados en el argumento del “talento”, como Palazzo?

—Es como en todas las actividades profesionales: el talento no alcanza para tener un desarrollo profesional en ningún área, depende de muchas otras cosas: de vínculo, de redes de relaciones, del contexto de inserción sociocultural de cada una de las personas. Incluso los reality de talento muestran justamente que hay un montón de talentos ocultos que nunca acceden a un escenario si no fuera por alguna oportunidad extraordinaria. Y en cuanto a la resistencia de algunos productores es que hay una costumbre de no programar mujeres, es un hábito, ya excede la discriminación, es algo de sentido común para ellos.

—¿Hoy existe un género musical más machista que el resto?

—Cuando hicimos el relevamiento de los 46 festivales más importantes del país encontramos que los festivales que presentaban la menor participación de mujeres son de rock. Por eso, si bien en este tiempo se está debatiendo en todos los circuitos y los escenarios de los distintos géneros de la música popular, el rock tuvo un protagonismo en las discusiones o los debates porque esto se hizo sentir en el ámbito musical.

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí