Trump le cortó el financiamiento a la Organización Mundial de la Salud

Estábamos cubriendo la campaña de Donald Trump, una historia de tapa sobre cómo él es un contendiente serio, que va liderando las encuestas y que no se va a bajar del ring, más allá de lo que uno piense sobre él. (…) Él estaba feliz, tenía a la multitud comiendo de su mano.

Mientras el coronavirus rompe récords en su país y lleva vidas a las fosas comunes que se cavan en Nueva York, el presidente estadounidense Donald Trump hizo realidad su amenaza de cortarle los fondos a la OMS, la institución que lidera globalmente los esfuerzos por la pandemia. La acusa de pro China.

La OMS declaró al coronavirus como emergencia global sanitaria el 30 de enero. Donald Trump se dedicó a hacer chistes sinófobos hasta que las muertes le estallaron en la cara. Estados Unidos superó por lejos a China en cantidad de contagios y muertes por obra y gracia de tener un tilingo de reality show al mando, que todavía hoy no declara medidas eficaces de cuarentena, ocupado en meter billones y billones de dólares para salvar bancos y especuladores, mientras reniega y contradice a sus especialistas sanitarios. La última de sus bravuconadas afecta a todo el planeta y deja servido el liderazgo mundial a la potencia que se quiera hacer cargo: hoy anunció que cortará los fondos que Estados Unidos manda a la OMS, acusándola de encubrir supuestas mentiras de China sobre el coronavirus.

Trump anunció que investigará si la OMS tuvo "severos errores de condución" y si "encubrieron la expansión del coronavirus". Estados Unidos es el principal contribuyente de la OMS, a la que le proporciona entre 400 y 500 millones de dólares anuales, lo que representa el 15% del presupuesto total del organismo.

El Comité Nacional Demócrata ya salió al cruce y en un tuit señaló que Trump pone el riesgo la salud global para tratar de correr el foco de atención de su culpa por sus propias fallas.

 

Trump ya había retirado a Estados Unidos del Acuerdo París contra el cambio climático. También amenaza con retirar el apoyo norteamericano a la mismísima ONU. En los hechos, y en el marco de la excepcional situación global, este gesto norteamericano es directamente una declinación absoluta de su rol de liderazgo global, construido a través de instituciones y alianzas internacionales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

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