Las recomendadas del Cine Club para descargar y ver en casa

Honeyland

En exclusiva para los socios de Cine Club Santa Fe y de periódico Pausa, durante la cuarentena y mientras el América permanezca cerrado, todas las semanas el mejor cine para ver en casa. El sábado se renueva la cartelera. 

El método es simple: enviás un correo a [email protected] si sos socio o socia del CCSF o a [email protected] si tenés suscripción a Pausa. En el asunto ponés PEDIDO DE PELÍCULAS, chequeamos que estés en lista y te facilitamos la descarga, que sólo se puede hacer durante siete días. Más fácil, imposible.

Ahora, los recomendados del presidente del CCSF, Guillermo Arch, para esta semana.

En estos tiempos de cuarentena el cine en casa se transformó casi en un rito de primer orden para poder salir a pasear un poco –con la imaginación-, o directamente en un acto cuya importancia se encuentra en un lugar preponderante en el encierro que venimos tramitando. Surgieron en este lapso una infinidad de listas de recomendaciones de films y desde Cine Club Santa Fe vamos a aportar nuestro pequeño granito de arena, mientras vamos pergeñando la vuelta –que será con fiesta- y preparando la sala para la infinidad de películas que retratarán este veinte-veinte. Haremos estas recomendaciones con una particularidad: como si fueran los espacios de ciclos que Cine Club realizaba/rá: función central, cine estudio, desvelado, ciclos disciplinares (filosofía, arquitectura, historia, letras, etc. (cuatro películas por semana…o cinco si tenemos cita con el cine Bizarro).

Empecemos entonces con una recomendación que tranquilamente ocuparía la función central de Cine Club: Honeyland de Tamara Kotevska & Ljubomir Stefanov. Este film macedonio tuvo un mérito que pasó un tanto escondido en la última ceremonia de los premios Oscar, fue la primera película de la historia nominada a mejor documental y a mejor película (en este caso internacional). Y es que si uno piensa el cine como un fenómeno principalmente bajo una dimensión ético-estética Honeyland se acerca muchísimo a “lo-que-hay-que-hacer” cuando se hace cine. Sintéticamente la historia dice que los directores fueron a las montañas de macedonia a filmar un documental ambientalista, se encontraron con una historia…y la filmaron. Allí parieron un film extraordinario. Haciendo un poco un juego con la genial Parasite, la diva de esa misma entrega de oscars, si la coreana con todo su presupuesto, sus recursos y su despliegue funciona como una genial metáfora sociológica, Honeyland con su escasez de recursos y su minimalismo funciona como una tesis antropológica fuerte. Imposible no terminar la película y salir disparado a rebuscar en internet algo sobre la vida de Hatidze Muratova, su protagonista.

Para nuestro espacio de Cine Estudio vamos a empezar a recorrer (ahora que tenemos tiempo) la obra de uno de los más grandes y prolíficos directores de la historia del cine: Alfred Hitchcock.

Hace más de dos décadas ya le dedicamos un ciclo de cine estudio, pero es bueno, al día de hoy, revisitarlo cuando tenemos mucho de su material disponible, que en la era predigital era muy difícil de hallar. La que se considera entonces la primera película donde Hitchcock es Hitchcock es The lodger: a story of the London fog, muda, del año 1927, cuarta o quinta de sus obras según se cuente alguna película inacabada o alguna asistencia-casi-dirección. La traducción literal “El inquilino: una historia de la niebla londinense” es mucho menos hitchcockeana que como se la conoce en castellano: El enemigo de las rubias; he aquí la primera de las rubias protagonistas de una larga lista de películas de suspenso. Aparecen en esta cinta por primera vez una colección de tópicos comunes a la obra de Hitchcock: el suspense, los toques de humor, los trenes, la fascinación por los objetos…y la primera de sus apariciones en escena, ese juego que fue “encuentre a Hitchcok” en cada una de sus películas.

Para un visionado DeSvelado proponemos El color que cayó del cielo de Richard Stanley con el inefable Nicolas Cage como protagonista. El título ya nos pone en sintonía con uno de los escritores que peor suerte ha corrido en sus desembarcos cinematográficos: Howard Phillips Lovecraft. Y si bien este film no es precisamente una vindicación, si hará las delicias de los cultores del clase B, la explicitud de la imagen cinematográfica, el cine de terror y los hectolitros de sangre…se sabe que el bueno de Nicolas tiene anticoagulante en la piel de su rostro después de la última década.

Última recomendación: una cita con la filosofía con Autocrítica de un perro burgués de Julian Radlmaier, que nos cuenta una historia acerca de cómo el director de esta película se convirtió en un perro. Comedia con tintes surrealistas que reflexiona acerca de las posibilidades reales de emancipación en el mundo contemporáneo.

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