Nada más santafesino que unos lisos

¿Por qué fue un éxito indiscutido el Mundial Santafesine de Veras, Copa Laguna Setúbal que organizó Pausa en Twitter? Todos los rasgos de la santafesinidad, al recontra palo.

Porque tiene casi todo lo que los santafesinos y santafesinas somos, tenemos, amamos y odiamos. Pero también tuvo esa dosis de insulto y cuestionamiento por dejar afuera entre los 32 a protagonistas de peso, como un Ricardo Porta, Villa Dora o un Notitrece con la conducción del intendente actual. Eso para Twitter es una provocación, pues entonces en la red del pajarito tenía que funcionar.

El Mundial Santafesino es una versión picante del “así somos, así nos gusta” que instaló nuestra cervecería hace varios años. La frase marketinera divide la biblioteca santafesina a nivel tatengues/sabaleros. La discusión es muy profunda entre los que se quieren así, húmedos, amigueros y cerveceros, y los que agachan la cabeza y se dejan caer en esa desgracia universal de haber nacido en una ciudad superpoblada de empleados públicos, con mosquitos de todos los colores y con dos equipos de fútbol que no ganaron ni una Copa Santa Fe.

Más allá de las divisiones, el Mundial entró a las venas santafesinas como liso al garguero un 7 de enero. Se discutió y se polemizó fuerte, pero no hubo otro certamen de cuarentena que haya podido tocar las fibras más íntimas de la “santafesinidad”.

Luego de un merecido reconocimiento al equipo del que formo parte, ahora viene una extensa lista de nombres, sitios y otras yerbas que no estuvieron y merecen jugar otro Mundial Santafesino, una especie de Copa de la Superliga, pero que se termine.


De arranque nomás hay una duda a compartir: ¿el Mundial debía tener dos barrios que representen a la ciudad o las barriadas deberán tener su propio Mundial? La gente bien de Guadalupe podría medir su poderío con Candioti. Y en otra vereda observar cruces bien populares, como Las Flores contra Centenario y Santa Rosa de Lima frente a Yapeyú. Y en la típica clase media sanatafesina un Sargento Cabral vs. Villa María Selva no estaría nada mal. Por otro lado leí en el mail de Pausa que una vecina que vive en Uruguay al 3900 reclama: “¿Cómo puede ser que Barranquistas no se haya cruzado con Villa del Parque y Chalet con San Lorenzo, o el agite del oeste sólo es una linda canción de Divididos?”.

¿Lo organiza Pausa, lo hace el equipo de Jatón o pedimos que vuelva el programa de radio que tenían Sergio Ferreyra y Fernando País, el gran “Alma de Barrio”?

De los parques a los teatros

Todo bien con las Costaneras, pero el Parque del Sur, Parque Garay y Parque Federal merecen una oportunidad. Y si de oportunidades hablamos, Aristóbulo del Valle y su centro comercial a cielo abierto está en condiciones de cruzarse con la Peatonal San Martín, pero sin los refuerzos de la Sur y la Norte.

La cumbia nos representa y estuvo bien representada con el Master de Mario y Los Palmeras, pero el pueblo cumbiamba todavía está buscando sus reductos bailables, y se pregunta quién ganaría, si el sábado de República o el domingo de Villa Dora.

La música nos lleva a un sitio emblemático de Santa Fe que no se hizo presente en el Mundial: Alto Verde. Y del distrito costero más popular de la ciudad surgieron dos grandes inspiraciones musicales: “Magnifico Alto Verde”, de Carneviva y “La Litoraleña”, de Horacio Guarany, dos canciones que valen un cruce para tararear.

Y sí, es imposible que no esté la emblemática banda del “Tavo” y Horacio “Pueblo”, pero es un desatino que se enfrenten en dos estilos diferentes. Para los dos hay competidores: La Cruda y Orlando Vera Cruz.

Para hablar de arte hay que ir a sus escenarios emblemas: Teatro Municipal 1º de Mayo y el Centro Cultural Provincial (Paco Urondo). Dos monumentos históricos de la capital provincial que deben tener su gran partido.

De los Midachi a los cebollitas

¿Hay alguien que represente más la santafesinidad que Dady Brieva en los medios y escenarios nacionales? Y los Midachi, otro sello santafesino, ¿tienen rivales directos o deberían cruzarse contra Notitrece, que también busca un clásico?

La gastronomía se llevó una buena parte de las discusiones del Mundial. Se habló mucho del pescado, de los lisos, de la picada, de nuestro cacao El Quillá, de Naranpol y obviamente de los alfajores santafesinos, pero no figuró un partido que le pueda sumar un poco más de leña al fuego. ¿De qué lado estás, del lisandro en El Parque o la boga en lo de Chiquito?

Nuestra Santa Fe también tiene esa cara conservadora, de museos con historias de manuales arcaicos, de católicos que recibieron la hostia por el mismísimo Edgardo Gabriel Storni y de jueces que defienden a la misma casta del diario más vetusto de la ciudad. Esa cara santafesina bien la pueden representar dos periodistas que merecen un mano a mano: Carlos Larriera vs Rogelio Alaniz. Con estos representantes es inadmisible que no se hayan cruzado LT9 frente a LT10.

Y si hablamos de medios, por otra llave deberían ir El Litoral y Canal 13, clásico de clásicos en la ciudad de Garay. ¿Y Juan de Garay, qué pasó con el fundador? Quedó afuera y nadie lo reclamó, una injusticia histórica. A caballo, y ahora con barbijo, lo está esperando en la costanera el Brigadier López.

Volvamos a los medios de comunicación, y en este contexto de Mundial vayamos al plano deportivo. “¡Que futbolera que sos Santa Fe, por favor!”, tiró Ricardo Porta en plena emoción de un triunfo agónico de Colón. La frase, sin ningún rebusque poético, resumió todo lo que sentimos por el fútbol. Pero Porta un día tuvo un clásico, y fue Walter Saavedra. Aunque es de Mar del Plata, pocas veces en la historia de la radio santafesina una persona provocó tanta emoción en el pueblo futbolero. “Ricardo, Ricardo, Portaaaaa” y “Walter, Waltergol” serán esos breves jingles que no se borrarán jamás. Y ya que estamos, cómo se hace para no dejar afuera al “Flaco” Bergesio y al “Gallego” González Riaño. Lo lamento Fabián, pero en esta quedas afuera. ¿O Mazzi también debería entrar?

Aprovechando este segmento futbolero, se aceptan reclamos por haber utilizado la palabra “cebollitas” para referirse a Colón y Unión.

La incomodidad

Ahora los quiero ver, santafesinos y santafesinas de veras, no pueden dejar de lado a dos apellidos estrechamente vinculados a Santa Fe, pero que a gran parte de la población los irrita, sólo por poner una mansa palabra. Cómo hacen para hablar de la historia completa de nuestra ciudad sin nombrar a dos Carlos, Reutemann y Monzón. Es imposible no acelerar a fondo y no cruzarse piñas en un mano a mano entre el segundo gran piloto de F1 de Argentina y uno de los mejores boxeadores de la historia mundial. El inundador vs el femicida. Anoten ese clásico.


Por Marta Goyri y María Azucena, por Edgardo Poldi y el “Peiso”, por los pensados y desechados, Por La tierra y su gente y Entre mate y mate, por los únicos Pedros que tienen tres calles al hilo en el mundo, Zenteno, Ferré y Colodrero, por los ausentes y olvidados, por el ex badén de Catamarca, por las memorias de “Para conocernos”, por Inmaculada y Nacional, por La Salle y Normal, por Adoratrices y Comercial,  por Don Bosco y Verna, por el Iturraspe y el Cullen, por el Salado y el Paraná, por todo esto y tanto más, lectores y lectoras de Pausa están en condiciones de reclamar otro Mundial. Y ustedes sabrán si a nuestra querida Santa Fe la llamaremos “Cuna de la Constitución” o “Ciudad cordial”.

El ganador

Liso era un candidatazo para la final, llegó y la ganó. Pero en la carrera del campeón quedaron atrás los alfajores, el Quini 6, los 45 grados y un rival en semifinales con mucha historia, Los Palmeras. Con esa final anticipada ante los capos de cumbia santafesina (¿y de Argentina?) el liso se transformó en el gran candidato para quedarse con la Copa Laguna Setúbal.

Por el otro lado llegó la gran sorpresa del Mundial, “masita” (que te lo explique el Licenciado Ramiro). El archirrival de “galletita” eliminó a contrincantes con mucha santafesinidad, como No “S” (aspiradora de eses) y la chopera familiar en las primeras rondas, después superó a la Picada y en semifinales bajó a la insoportable Humedad. Sin dudas que el subcampeonato de Masita ya es comparable al de Argentina en el Mundial de Italia 90.

Aunque alguien intente decir que la cerveza se toma en todos lados, que el chopp y el liso es lo mismo, y que la única diferencia está en esa tablita que lo transforma a “liso”, debo informarle que no es así de simple, que requiere de una cantidad que oscila entre los 250 a 255cc y se sirve en un vaso de estilo stange (liso, sin textura). Chopp toman los porteños, en una jarrita más gruesa, y además se les calienta, algo que en Santa Fe no puede suceder. LISO (así, todo con mayúsculas) es la palabra que reúne el poder de la santafesinidad.

Por ejemplo, a una persona que pisa por primera vez Santa Fe hay que explicarle qué significa eso que va a tomar y tanto le va a gustar. En cambio, masita o galletita lo entiende cualquiera.

El liso es para Santa Fe lo que el mate es para Argentina o Uruguay. Por eso, al gran liso y nuestra ciudad, ¡salud!

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