El realizador Martín Vaisman detalla de qué manera surgió “Schurjin, el pintor”, el documental que rescata la vida y la obra de un artista ligado a nuestra región.

En 1983, Raúl Schurjin murió a los 76 años. Había nacido en Mendoza, pero su desarrollo como pintor tuvo un lugar destacado en la región del Litoral; particularmente, en Santa Fe. Con el correr del tiempo, su nombre se oscureció en el olvido de los espacios artísticos. Sin embargo, al momento de encontrarse con alguna de sus obras es posible identificar sus trazos identitarios. Y, así, la memoria se activa para evocar su labor. Tras ese cometido mucho más logra el documental biográfico “Schurjin, el pintor” (2019), que se propone reflejar la búsqueda de Daniel Schurjin Almenar: el nieto que reconstruye una historia merecedora de visibilidad.

Para que el puente entre el pasado y el presente cobre sentido en las imágenes, Martín Vaisman tomó la dirección y le comentó a Pausa de qué manera se llevó a cabo el proceso para que la realización cumpla con su misión.

—¿Cómo y por qué surgió la idea de realizar al documental?

—Hace unos tres años conocí a Daniel, nieto del pintor. Me contó que estaba con ganas de poner en valor la vida y obra de su abuelo. Y que en ese momento se estaba poniendo en venta un departamento donde vivió los últimos años de su vida Raúl Schurjin, en la Ciudad de Buenos Aires. Rápidamente quedamos en tener una pequeña reunión en ese departamento. Allí descubrí que Daniel iba todas las semanas y hurgaba en el archivo personal de su abuelo. Lo tenía como un momento para él e iba ordenando de a poco, descubriendo a su abuelo. Me llamó la atención y le pregunté si lo había conocido. Me dijo que había fallecido cuando él tenía cinco años. Lo había conocido, pero no tanto. Rápidamente me di cuenta que había una historia importante y alguien que estaba teniendo una búsqueda personal, pero a la vez tenía que ver con algo un poco más grande: poner en valor la vida y obra de su abuelo.

Realizador integral de proyectos audiovisuales, Vaisman emprendió, de esa forma, una investigación que lo llevó a indagar en Santa Fe, Vera, San Lorenzo y la rivera del Paraná, “donde se inspiró gran parte de la obra de Raúl Schurjin”.

—¿Cuáles fueron los rasgos más destacados del pintor a la hora de diseñar el filme?

—Su historia es apasionante. En el documental se cuenta bien detallado. Un tipo que nació en una familia muy humilde, en Mendoza. Se escapó de su casa por cuestiones de violencia y fue a la ciudad de Buenos Aires, donde tuvo un pequeño desarrollo, logró estudiar y vivir de una forma muy humilde. Viajó a la provincia de Santa Fe para trabajar como docente y pintor. Tuvo una vida alucinante y en su obra su refleja su humanidad. Todos estos condimentos hacen que uno se quiera interesar por Schurjin y su obra. Eso me llamó la atención. Con Daniel fuimos armando de a poco esta búsqueda y la fuimos registrando a lo largo de un año, año y medio, de filmación. Nos fuimos encontrando con cosas alucinantes.

—¿Cómo fue el proceso de investigación y de selección del material documental?

—Se fueron confirmando las hipótesis iniciales: se planteaba un artista que fue respetado e importante en su época y que quedó en el olvido. No había en los museos obras representativas de Schurjin. ¿Cómo podía ser que eso sucediera? –planteó con asombro el director–. Después de investigar mucho, nos dimos cuenta que el documental se tornaba cada vez más necesario y fuimos planteando armar una biografía con testimonios de diferentes personas que lo habían conocido. Filmamos en Rincón, en San Lorenzo, en Santa Fe. Estuvimos en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez. Nos contactamos con gente de la cultura local. Nos confirmaron que había sido un artista muy popular y muy querido pero que, después de haber sido exitoso inclusive en Europa y de haber vendido mucho en galerías de Argentina, fue quedando en el olvido. Eso terminó de confirmar y de hacernos entender que no era solo un capricho nuestro querer poner en valor la obra de un artista popular. La idea era que no muriese dos veces. La idea era hacer que su obra fuese un poquito más conocida y su historia también.

—En lo personal, ¿cómo evalúas el resultado?

—Estoy muy contento. El documental es una especie de road movie en el tiempo, en el cual Daniel de hoy viaja en el tiempo y se encuentra de una manera especial con su abuelo, con su linaje, con su historia. Las repercusiones son las mejores. Mucha gente lo vio, lo reconoció o unió su cara con la pintura. Muchos nos comentaron que tuvieron algún Schurjin colgado en alguna pared de su casa, pero no sabía que había sido de él. Creo que el documental es necesario. Viene a cumplir una función, más allá de ser una película –recalcó–. Los documentales, no solo son en sí un proyecto, con un guión, con un tratamiento estético, con un desarrollo y un desenlace, sino que vienen a poner un poco de justicia.

Como muchos proyectos, la proyección de “Schurjin, el pintor” no se pudo realizar en salas debido a las restricciones que conllevó la pandemia del Covid 19. Por ese motivo, el pasado 1 de diciembre se estrenó en Cine.ar, mientras no fue menor el recorrido por festivales y por un lapso aún se puede encontrar en Cine Ar Play. Al margen de ello, “tenemos ganas de hacer el estreno en Buenos Aires y en Santa Fe y hacer que Raúl pueda estar donde debería estar su obra”, aseveró Vaisman. Y agregó: “Estuvo en una selección que hizo la ciudad de Buenos Aires sobre documentales que se exhibió en la página de la ciudad con muchas vistas. Recientemente fue declarado por la Legislatura porteña de interés cultural”.

¿Quién fue?

Raúl Schurjin nació el 12 de febrero de 1907 y murió en Buenos Aires, el 30 de junio de 1983. Oriundo de la ciudad de Mendoza, fue considerado "un pintor santafesino" por ser nuestra zona donde desarrolló su obra y vivió gran parte de su vida trabajando como docente y artista plástico. A los 12 años huyó de su hogar a causa del maltrato de su padre Simón hacia el resto de la familia y en especial hacia la madre, Rebeca. En un tren carguero que unía Mendoza con la ciudad de Buenos Aires, se encontró con varias personas herederas del pensamiento anarquista, propio de la ola inmigratorias italiana y española.

En Buenos Aires, trabajó como canillita y lustrabotas. Conoció al  pintor Emilio Centurión, quien mantenía el hábito dominical de tomar café y leer el diario en una confitería de la avenida Santa Fe y Carlos Pellegrini. De ese encuentro surgió la relación de Schurjin con el arte plástico. Más tarde, logró estudiar pintura en la Academia Nacional de Arte.

Hacia 1927, llegó a nuestra provincia donde ejerció como profesor de dibujo y fundó la Escuela de Artes y Oficios. En 1929 se casó con Blanca Peñalba y tuvo dos hijos.

Entre exposiciones en diversas ciudades del país y varios galardones, este artista organizó el primer salón nacional de La Rioja en 1950 y fundó el Museo de Bellas Artes de La Rioja.

Un segundo período en Buenos Aires, lo llevó a inaugurar la sala de arte del diario el País de Montevideo y viajar por segunda vez a Europa a exponer es esta oportunidad a Londres, Zúrich, Roma y Hamburgo. El éxito crecía para Schurjin.

El Museo de Bellas Artes de la Boca, el Museo Provincial Rosa Galisteo de Rodríguez y el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Fe disponen de algunas de sus obras.

Ficha técnica

“Schurjin, el pintor” (2019/2020). Largometraje documental (72mins. HD. Color 16:9. Español. Sonido st 2.0. 5.1). Realización y dirección: Martín Vaisman. Producción: Martín Vaisman. Idea Original y contenidos: Lorena Echeverri. Investigación: Daniel Schurjin Almenar. Dirección de sonido: #mdoc, Diego M. Settón. Mezcla de sonido 5.1: Gino Gelsi, Martín Vaisman. Montaje: Leandro Tolchinsky. Música original: Pablo Crespo. Dirección de Fotografía / Camarógrafo: Santos Lanusse. Productor local (Santa Fe): Mario Cuello. Casa realizadora: #mdoc. Protagonista: Daniel Schurjin Almenar.

Martín Vaisman

Martin Vaisman, realizador del documental.

Nació en Buenos Aires, Argentina en 1979. Es realizador integral de proyectos audiovisuales, documentalista y director de sonido. Trabaja desde 2004 en proyectos audiovisuales para TV digital y cine. Trabajó en más de 25 largometrajes documentales para cine y telefilms, programas de tv, series de ficción y contenidos culturales. Varios de estos proyectos fueron premiados y participaron de festivales de cine y programaciones de plataformas transmedia (on demand). En 2012 fundó #mdoc, una productora de contenidos audiovisuales independiente, y desde entonces entre otros proyectos, realizó dos largometrajes documentales como productor y director: “El delta, historias del río” (2014) y “Schurjin, el pintor” (2019/2020).

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