La alegría es política

Un día nos enteramos con Estela Figueroa que Juan Manuel vivía en un pensión indigna, por así decir. No recuerdo nada con precisión; sólo...

C’est la vie

Otro yo mismo, por Mari Hechim Para Ezequiel Nieva, el mejor pintor Una  baja del colectivo, camina media cuadra, hay un pasillo. Entra a una casa, prende...

Reflejo

Veo a la nieta de mi amiga jugando con la multitud de cosas que el mundo le revela: un par de guantes de plástico,...

Otro yo mismo: RESISTENCIA

Por Mari Hechim Algo atrae su mirada hacia la puerta abierta del negocio y ve que se trata de una mujer que viene en bicicleta,...

Un viento frío

Otro yo mismo, por Mari Hechim Va cruzando el living hacia el escritorio que se encuentra junto a la ventana.  Afuera hace mucho frío, por lo que...

Una semana en el mar

El aire pesado del atardecer en Rioja y San Martín me urge a detener un taxi que, con las ventanas subidas, promete, al primer...

La soledad del asador

Otro yo mismo, por Mari Hechim La soledad del corredor de fondo, de Alan Sillitoe es una novela especialmente bella, sobre un chico que está en...

Susana

A ella le encantaba la escuela. Venía, con sus rulos y el moño en la cintura del guardapolvo, tipo 5 de la tarde, y...

Palta y cebolla

Otro yo mismo, por Mari Hechim Está atardeciendo y la casa se vuelve más íntima. Falta poco para los parciales, y cada una está buscando libros,...

Anahí

Otro yo mismo, por Mari Hechim La leyenda del nacimiento de la flor de ceibo recuerda a una joven guaraní que fue quemada viva por los...