Aunque los indicadores oficiales, casi el 70 % de los empresarios del sector asegura haber sufrido una baja de actividad en el último año. La incertidumbre económica, la suba de costos y la falta de demanda son los principales obstáculos.
La actividad de la construcción cayó un 2,2 % en mayo respecto a abril, según datos del INDEC difundidos esta semana. A nivel interanual, sin embargo, el ISAC mostró un crecimiento del 8,6 % en comparación con mayo de 2024, y el acumulado entre enero y mayo registra un incremento del 10 % frente al mismo periodo del año anterior.
Durante mayo, el consumo de insumos presentó aumentos importantes en algunos rubros. Los artículos sanitarios de cerámica lideraron la suba con un crecimiento del 69,5 %, seguidos por el asfalto, que avanzó un 40,4 %. Las placas de yeso también mostraron un desempeño positivo con una suba del 29,3 %, al igual que el hierro y los aceros para la construcción, que aumentaron un 26,5 %. Otro rubro destacado fue el de los pisos y revestimientos cerámicos, que crecieron un 26 %.
En contrapartida, algunos materiales mostraron caídas: el yeso retrocedió un 9,5 %, las pinturas para construcción disminuyeron un 4,3 % y el cemento portland cayó un 1 %.
Más allá de los datos de consumo, la percepción del sector privado es crítica. Según la 26ª edición del Estudio de Opinión del Grupo Construya —realizado entre el 31 de marzo y el 25 de abril, con la participación de 506 empresarios de la cadena de valor—, el 70 % aseguró haber registrado una caída en su actividad durante los últimos doce meses. El 57 % de los encuestados señaló que la baja fue superior al 20 %, mientras que otro 15 % indicó una caída de entre el 10 % y el 20 %, y un 10 % sufrió un descenso menor al 10 %.
Solo el 16 % de los empresarios logró mantener su nivel de actividad y un 15 % reportó una mejora. De este último grupo, un 7 % señaló que el crecimiento fue inferior al 10 %, un 6 % indicó un aumento de entre el 10 % y el 20 %, y apenas un 2 % tuvo una mejora superior al 20 %.
Entre los principales obstáculos señalados por los empresarios se destacan la suba de costos, mencionada especialmente por arquitectos, desarrolladores, constructores e ingenieros. La baja demanda fue otro de los factores críticos, particularmente mencionada por distribuidores de materiales y maestros mayores de obra. A esto se suma la incertidumbre cambiaria, que afecta especialmente a inmobiliarias y desarrolladores.
El estudio también relevó la situación de distintos actores de la cadena. En el caso de las inmobiliarias, el 50 % reportó un aumento de actividad en el último año, mientras que el 40 % registró bajas. Entre los constructores, el 60 % sufrió una caída, el 11 % se mantuvo y el 29 % mejoró, mayormente entre un 10 % y un 20 %. Los ingenieros mostraron una situación más crítica: el 75 % reportó un deterioro, el 19 % una mejora y solo el 6 % estabilidad. Entre los desarrolladores, el 53 % experimentó una caída superior al 20 %, mientras que solo el 14 % reportó mejoras. En el caso de los distribuidores de materiales, el 76 % señaló caídas, con un 46 % afectado por descensos mayores al 20 %, y apenas el 12 % informó aumentos. Los arquitectos también dieron cuenta de una situación complicada: el 69 % indicó una caída en su actividad, el 23 % se mantuvo y solo el 8 % logró mejorar. Por último, los maestros mayores de obra fueron el grupo más pesimista.
En cuanto a los motores que aún sostienen cierta dinámica dentro del sector, los empresarios coincidieron en que las obras privadas medianas y pequeñas, así como las refacciones y ampliaciones, son las que explican el escaso dinamismo actual. El 46 % identificó a las primeras como el principal motor de la actividad, mientras que el 38 % apuntó a las segundas. Solo el 13 % adjudicó el movimiento a grandes obras privadas, y apenas el 3 % a la obra pública.








