Una investigación internacional con casi 3.000 empleados en 141 empresas revela que trabajar 4 días a la semana sin reducir el salario disminuye el agotamiento, mejora la salud física y mental, y no implica pérdida de rendimiento.
Un ensayo de seis meses publicado en Nature Human Behaviour, que abarcó a casi 2.900 empleados de 141 empresas en Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, Reino Unido y EE. UU., concluyó que reducir la semana laboral a cuatro días (una rebaja del 20 % del tiempo), sin recortar el salario, está asociado a una mejora sustancial del bienestar de los trabajadores y no provoca pérdidas en la productividad.
Durante el experimento, las empresas implementaron dos meses de reorganización: eliminar reuniones innecesarias, simplificar procesos y optimizar flujos de trabajo. Luego aplicaron la reducción horaria y monitorearon resultados. Pasado ese periodo, los empleados reportaron menor agotamiento, mejor calidad del sueño, y mayor satisfacción laboral. Incluso quienes redujeron solo unas pocas horas semanalmente observaron mejoras similares, aunque en menor medida.
Los beneficios fueron claros: reducción del burnout en hasta 67 %, mejora de la salud mental en 41 %, y del sueño en 38 %, según encuestas autoadministradas entre los participantes. Y la satisfacción laboral subió de una media de 7,07 a 7,59 sobre 10.
En Islandia, un proyecto pionero iniciado entre 2015 y 2019 redujo la jornada de 40 a 35–36 horas sin disminuir salarios. La productividad se mantuvo o incluso mejoró, y más del 90 % de la población activa disfruta hoy de la modalidad. En Alemania, un ensayo con un modelo 100‑80‑100 (100 % del salario por 80 % del tiempo trabajado) mostró que el 73 % de las empresas participantes prefieren el modelo y el 50 % de los trabajadores reportaron mejoras en salud y motivación.
La evidencia científica coincide: trabajar menos horas mejora significativamente la salud mental y física del personal, sin que se observe caída en la productividad, aunque se reconoce que el estudio se basó en autoevaluaciones y en empresas voluntarias, por lo que puede haber sesgos.








