Gino Svegliati

Mano a mano con Gino Svegliati, el convencional constituyente más joven. Secretario General de Juventud Socialista, su objetivo es "convocar, interpelar a las ciudadanías a la participación".

Por Juan Pablo Gauna

Gino Svegliati es militante, politólogo y el convencional constituyente más joven de la reforma de la Carta Magna provincial. Producto de la educación pública, y de la militancia social, llegó a la Convención impulsando una agenda pública en torno a la democracia participativa, el ambientalismo y la ciudadanía digital. 

-Teniendo 27 años, ¿qué te trajo al mundo de la política? 

-Bueno, yo empiezo a tener mi primer acercamiento a la política en la escuela secundaria, participando de algunas actividades del Centro Estudiantes, no activamente, pero sí en iniciativas que se venían dando en la ciudad de Rosario. Siempre tuve una participación en el ámbito social, participando de voluntariados, en comedores populares y formé parte de un grupo de scouts muchos años. 

En la secundaria a partir de una materia como Formación Ética, justamente, me dí cuenta que en definitiva todo eso social que uno hacía tenía una capacidad de transformación aún mayor si se pasaba al plano de la política. Así que ahí empecé a darme cuenta que lo que quería estudiar era Ciencia Política. 

Sin una militancia activa, tengo algunos acercamientos a algunos espacios políticos y en un momento me pongo a estudiar la historia política de la ciudad, de la provincia, y me di cuenta que el lugar que quería era el Socialismo como un espacio de militancia. 

Mi padre es administrativo en salud y mi madre es docente, que llega a titularizar con el gobierno de Hermes Binner. Entonces, cuando empecé a reconstruir esa historia personal, con todo el avance que ha tenido la provincia de Santa Fe en materia de salud y educación en la gestión del Frente Progresista, Cívico y Social, particularmente del socialismo, me hicieron dar cuenta que sería ese el lugar de la transformación.

Después empecé a militar en la Juventud Socialista de Rosario, en la Universidad, en el MNR, en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, y en la actualidad tengo una responsabilidad en la Juventud Socialista de la provincia de Santa Fe como secretario general.

-¿Cómo percibís que se está vinculando la juventud con la política actualmente? 

-Hay una cuestión central que tiene que ver con el momento que estamos viviendo en torno a la crisis de representación. Es una crisis se manifiesta centralmente en el plano de la política. No se ve una representación en aquellas personas que se postulan para determinados cargos políticos pero también, en el interior de la ciudadanía, uno ve que desde la pandemia en adelante hubo lazos sociales que se fueron rompiendo.

La política no representa, pero las instituciones también empezaron a perder parte de esa representatividad. Entonces es común ver que no hay jóvenes en la política, tampoco tenés muchos jóvenes en comisiones directivas de los clubes, o en otros lugares de decisión, o en organizaciones sociales.

Hay movimientos que han empezado a organizarse desde el ambientalismo, que llevan adelante una causa y que la ponen en la agenda pública, como por ejemplo fue la movida de la Ley de Humedales, pero eso ni siquiera pudo tratarse en el Congreso nacional, y perdió estado parlamentario. Es decir, cuando hay una movida y un ímpetu de la juventud para llevar adelante ciertos temas, después eso no es tenido en cuenta a la hora de tomar las decisiones. 

Creo que la virtualidad ha habilitado una forma de participación que es pasiva, o que no es proactiva, y que tiene que ver con que uno fácilmente puede encontrar el lugar de manifestación de su opinión en internet, subiendo un tweet, subiendo una publicación en Instagram, pero eso no necesariamente tiene una repercusión política. 

Tenemos que poder interpelar, para que esas expresiones sean un motor para la acción, no alcanza con una publicación o con el acceso a la información, sino que es necesario movilizarse y organizarse para poder llevar adelante esa causa, o esa expresión, y así poder transformar. Ahí está el gran debate y el gran desafío.

-Tu apellido es Svegliati, que en italiano significa “despiertos” o “despiértense”. Frente a la apatía política y todos estos problemas que describís, ¿en qué cosas debería despertarse la vida pública?

-Hay un elemento central a la hora de pensar los mecanismos de representación y de repensar los mecanismos que nos llevan al sostenimiento del sistema y de la democracia actual, que tiene que ver con poder construir innovaciones en torno a la forma de ejercicio del poder. 

Creo que hay mecanismos participación que habilitan a que la gente pueda nuevamente sentirse parte de los procesos de tomas de decisión, porque el objetivo de eso es volver a valorar el Estado, volver a valorar la política, y el rol que la política de Estado tiene a la hora de mejorar la calidad de vida y de ciudadanía de cada persona. En ese sentido, me parece que es importante cuando uno habla de innovación, el lugar que tiene la juventud.

Pienso también, ahora que se está discutiendo la cuestión del derecho al agua, cómo garantizar el acceso a ese servicio, es importante que la voz de las comunidades esté presente.

También hay otros mecanismos, como las consultas populares y las iniciativas legislativas, que incluso a nivel nacional están reflejadas y existen en el texto constitucional, pero que nunca se han llevado a cabo en nuestro país. 

En Rosario tenemos una experiencia, que yo la viví de muy chico, y que luego con la pandemia, con el cambio de las lógicas de la acción política, se han ido desmembrando. Me refiero al presupuesto participativo, que implica que la ciudadanía pueda elegir qué proyectos van a desarrollarse en un determinado barrio. Ahí, el vecino puede ejercer un poder de decisión sobre un porcentaje del presupuesto para llevar adelante una idea o una propuesta construida con la propia ciudadanía. 

Otra experiencia de participación que potencia a las instituciones sociales eran los consejos barriales, que también se dieron en Rosario en un momento. Sería interesantísimo volver a repetir esa experiencia en todo el país, porque en definitiva esa dinámica de consejos barriales consistía en convocar a la ciudadanía a través de sus instituciones a pensar cómo el Estado, cómo esa política pública que tiene el Estado, de la centralidad, baja a un territorio determinado. Eso creo que es de un gran valor, convocar, interpelar a las ciudadanías a la participación.

Gino Svegliati en la Constituyente

-Cumplido un mes de Convención Constituyente, ¿cómo avanza el proceso de reformas?

-Fueron dos grandes ejes de participación ciudadana. El primero fue la presentación de proyectos, donde la ciudadanía ingresó más de 780 proyectos, es decir, una instancia que nosotros, los convencionales de los partidos de Unidos, no lo imaginábamos. Esa fue una primera instancia, donde instituciones sociales, de la academia, y ciudadanos comunes presentaron sus proyectos. 

En la segunda instancia, adoptamos un esquema de audiencias públicas, convocando a la ciudadanía para que pueda ponerles voz a esos proyectos, y fundamento para sostener ideas que después serán trabajadas. 

Creo que estos mecanismos de participación son centrales, y tiene que poder ser uno de los ejes a sostener en el tiempo, una vez terminada la Convención.

Creo que esta cuestión de la participación es transversal a todas las temáticas que uno viene trabajando. Yo, por ejemplo, estoy en la Comisión de Derechos y Garantías, donde vamos a discutir sobre la integración de las infancias y juventudes en esta Constitución provincial.

Otro tema relevante es la cuestión del ambiente, algo que, sin dudas, tiene que tener una mirada regional. Por supuesto que hay que acompañar el desarrollo de la producción, pero si eso tiene una particularidad que afecta el ambiente, es importante encontrar los mecanismos para que la comunidad pueda manifestar su consenso y su disenso sobre esa cuestión.

Gino Svegliati

-Otra línea de trabajo importante en tus propuestas es la cuestión de derechos digitales. ¿Qué expectativas tenés en relación al tema? 

-Creo que tenemos una posibilidad histórica de que nuestra Constitución sea, no solo un paraguas de resguardo de derechos en torno a la cuestión digital, sino fundamentalmente un horizonte para toda Latinoamérica, porque hay pocas Constituciones que hablen de la cuestión digital.

Lo digital aparece como algo del presente y del futuro, creo que podemos ser un faro para el mundo si tenemos una Constitución que resguarda este tipo de derechos, que en definitiva no es otra cosa que pensar cuál es el rol del Estado en una esfera de la vida, que hasta el momento no estaba siendo contemplada por las políticas públicas. 

Un ejemplo concreto, con respecto a situaciones que sufren las juventudes, la infancia y la adolescencia, es el tema de bullying. En Argentina tenemos, según datos de organizaciones internacionales, un 70% de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han sufrido alguna vez bullying en su vida. Somos el país número 10 en la escala mundial de casos de bullying.

Décadas atrás, el bullying era solamente en la escuela, o cuando un chico estaba en un ámbito de presencialidad con otros. Hoy, gracias a la extensión de la vida digital, se da constantemente por WhatsApp, por Instagram o por Facebook. 

Ese bullying se va transformando en un ciberacoso, y si vamos a otros ejemplos concretos, requiere que el Estado empiece a tener una mirada de promoción, de concientización, pero también de control y de resguardo de los derechos de la ciudadanía. Esto comprende también a la cuestión del acoso sexual, la violencia de género, y todo tipo de cuestión que atente contra la legalidad en el ámbito de la presencial también se extiende a lo digital. 

Por todo esto, es importante lograr una Constitución donde se garantice que el Estado tenga herramientas para la percepción del delito, para la fiscalización del delito que sucede en el marco digital, para la concientización en torno a aquellas formas de violencia que se sufren en el ámbito digital, pero también con una mirada de presente y de futuro en cuestiones vinculadas al trabajo y a la educación. Yo creo que lo digital es algo trasversal a todos los dejes.

El ejercicio de la ciudadanía digital lo ejercen quienes tienen recursos para acceder a una computadora, quienes entienden cómo acceder a la información a partir de esa computadora. Luego están las personas que tienen que solucionar su situación de vida, porque no saben qué van a comer, y probablemente no tengan un recurso tecnológico y queden por fuera de las posibilidades que tenemos hoy, así, el acceso digital se convierte en un privilegio. Entonces, acceder a la conectividad, acceder a una educación digital y prepararnos para el mundo del trabajo desde la escuela es central. 

El socialismo

-¿Qué proyección ves de cara al futuro para el espacio político socialista?

-Bueno, el presidente Javier Milei ha puesto en el centro de la escena al socialismo como antagonista natural a su proyecto. Él cuando habla de socialismo no se refiere al partido, sino a una forma de entender la política que es colectiva, que es pensar en el otro, que es tener empatía, es pensar en el que está al lado, pensar en los que menos tienen. Nosotros nos sentimos identificados con esa descripción. 

Por otro lado, Milei nos pone en un lugar de revalorización del Estado y de la política pública como la herramienta de transformación fundamental para que podamos vivir en un mundo un poco mejor. En ese sentido, el rol del socialismo a nivel provincial y nacional, en cada institución en la que participamos, siempre es con una mirada hacia el otro, y sobre todo hacia el que menos tiene, pero también con mucha racionalidad.

Creo que la provincia de Santa Fe y el Socialismo, junto con otras provincias, hoy está empezando a avizorar un polo de poder que es distinto, que viene del interior. Creo que hay varios gobernadores que vienen teniendo una mirada en clave de la racionalidad y del rol fundamental del Estado, que después se traduce en obra pública, en la defensa de la salud y la educación públicas, en defensa de la Universidad, donde nosotros construimos y aportamos. 

Es esa mirada del Partido Socialista, de poder construir un espacio que no sea populista, ni que venga de la timba financiera. Ese es el único camino posible para una sociedad mejor. Como decía Guillermo Estévez Boero: “lo que es bueno para la gente, es bueno para el Socialismo y viceversa”.

Un solo comentario

  1. Gino es un muy buen cuadro, espero siga en ese camino, es decir diciendo y actuando como socialista, más allá de los avatares políticos internos y externos. Lo que sí es cierto es que ser populista no es otra cuestión que es actuar positivamente en favor de las mayorías populares, es decir, del pueblo y para el pueblo. Lamentablemente hoy las palabras "populistas", así como "libertad", la derecha las ha distorsionado en su sentido.

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