
La capital de Argentina, Buenos Aires, es la ciudad con más clubes de fútbol en el mundo. Desde la terminal de ómnibus hasta los negocios de multinacionales, la cultura porteña es indisociable de la caprichosa.
Por Juan Pablo Gauna
Llegar a Buenos Aires en ómnibus es perderse en el gentío de la Terminal de Retiro, curiosear en sus kioscos de revistas y percibir rápidamente los aires futboleros. En banderines, tazas, pines, posters, remeras, gorros, bufandas, vinchas, álbumes, calendarios, y una variedad de objetos, el motivo es: el fútbol. Los colores y escudos de clubes tiñen la fisonomía de comercios de distinto tipo, también adornan abrigos y camisetas de transeúntes fanáticos.
Nos encontramos en la capital de Argentina, y en el lugar del planeta con más clubes de balompié profesional. Son 27 clubes de fútbol masculino, con 18 estadios, a lo que se añaden 6 clubes en la rama femenina, y que sirven de marco para ser el semillero de futuros talentos deportivos. Buenos Aires tiene arraigada en su cultura lo descripto en una de las películas pioneras del cine argento, Los tres berretines (Susini, 1933), a saber: el fútbol, el tango y el cine.
Respecto a los orígenes de este folklore, el periodista Alejandro Fabbri señala en El nacimiento de una pasión: historia de los clubes de fútbol (2011) que: “fueron las miles de manos que se levantaron para imaginar nombres y apodos, para construir canchas y generar amistades y enemigos para siempre. Así crecieron y navegaron barriadas enteras al amparo de la suerte o de que la pelota entrara en el arco contrario”. Son cientos de clubes de fútbol que nacieron a finales del siglo XIX, a principios del siglo XX o inclusive más cerca de nuestro tiempo, y que marcaron a esta sociedad de distintas formas.
Avanzamos por la peatonal Florida y percibimos enseguida que estamos en la casa del último campeón del fútbol mundial, con Lionel Messi como estandarte destacado. En casi todas las cuadras de este típico paseo porteño se ven imágenes alusivas a la copa del mundo de la FIFA obtenida en la última cita ecuménica de este deporte. La cara del 10 se multiplica por doquier, hasta decorar taxis y lugares insólitos. El otro 10: Diego Armando Maradona, también es un ícono destacado que adorna el paisaje urbano. Llegados a la Plaza de Mayo subimos al bus turístico de dos pisos que realiza los típicos city tours, y que nos llevará de paseo al barrio de La Boca.
Al ritmo del 2 x 4 llegamos a la antigua zona portuaria, donde se cuenta las historias de los clubes de fútbol más populares del país. En el barrio de La Boca se narra sobre los orígenes del Club Atlético River Plate y del Club Atlético Boca Júniors, los cuales realizaron múltiples partidos de desafío para establecer su supremacía en ese territorio. Finalmente, los clubes que compartían barrio, se convirtieron en antagonistas nacionales, y, como es conocido, River trasladó sus instalaciones al barrio de Núñez.
En los alrededores de la cancha de Boca, los cordones de las veredas están pintados en tonos azul y amarillo. También hay gran cantidad de comercios que venden mercancías alusivas al club de la ribera, con las imágenes de su escudo, y de dos de sus máximos exponentes: Maradona y Juan Román Riquelme. Los souvenirs se multiplican, y el Museo de la pasión boquense recibe a visitantes de todo el mundo.
“El fútbol es un sentimiento… acá en el obelisco se ha visto de todo, porque vienen todos a festejar los campeonatos”, cuenta María, empleada de un local de comidas rápidas de la zona. Seguimos recorriendo este emblemático punto de encuentro y divisamos gigantografías con imágenes de futbolistas promocionando hamburguesas, apps de apuestas on-line y combustible, entre otras mercancías. Negocios y fútbol se dan la mano, y un ejemplo destacado lo constituye el moderno estadio cubierto para eventos enclavado junto a una tribuna del Club Atlanta, en el barrio de Villa Crespo.

“El papi fútbol” o fútbol 5 se juega en toda la ciudad, en equipos femeninos, masculinos y mixtos. En cambio, el fútbol en cancha de 11 jugadores se juega en clubes sociales, puesto que el potrero fue desapareciendo en medio de la metrópolis. Precisamente, clubes de la capital que juegan en Primera División son 8: Argentinos Júniors, Barracas Central, Boca Júniors, Deportivo Riestra, Huracán, River Plate, San Lorenzo y Vélez Sarsfield. De Segunda División son 9: All Boys, Atlanta, Almagro, Chacarita Júniors, Colegiales, Defensores de Belgrano, Ferro Carril Oeste, Nueva Chicago y San Telmo. En la Tercera División son 5: Comunicaciones, Deportivo Armenio, Excursionistas, Sacachispas y Sportivo Italiano. En Cuarta División son 5: Deportivo Español, Deportivo Paraguayo, General Lamadrid, Sportivo Barracas y Yupanqui. El fútbol femenino cuenta con 6 clubes en Primera División: Boca Júniors, Ferro Carril Oeste, Huracán, River Plate, San Lorenzo y Vélez Sarsfield.
De los 27 clubes mencionados, 18 conservan sus estadios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, destacándose el Monumental de River Plate, que tiene la mayor capacidad de Latinoamérica, gracias a un aforo de 85.018. Este coloso, junto al del Club Atlético Vélez Sarsfield sirvieron de sede en la Copa Mundial de Fútbol Argentina 1978, y se utilizan frecuentemente para recitales y grandes eventos. Otras curiosidades, respecto a las canchas, se encuentran en la distancia que tienen las de San Lorenzo y Deportivo Riestra, ubicados enfrentados y divididos por la Avenida Varela, en el límite de los barrios Villa Soldati y el bajo Flores; o el estadio Diego Armando Maradona de Argentinos Júniors, rodeado por cuatro calles —Gavilán, Agustín García, Boyacá y San Blas— y enclavado en el barrio de Villa General Mitre.

Los fines de semana la ciudad se transforma, pues cerca de los estadios hay operativos de seguridad con calles cortadas. El ritual de comer la pizza de tacho ―que tiene tomate solamente y es creación porteña― y un choripán con chimichurri se realiza en las veredas. Las caravanas se enfilan rumbo a las canchas y en los medios de transporte aparecen los colores y el griterío. Turistas extranjeros arriban al país para conocer los templos del fútbol local y las hinchadas bulliciosas se hacen notar en cada barrio porteño. Según la Asociación del Fútbol Argentino, los clubes de Primera de División de la CABA totalizaron 909.777 socios en enero de 2025, pero si se suma a los clubes de las divisiones inferiores la cifra supera el millón de simpatizantes.
Hacemos fila en Avenida del Libertador esquina Udaondo. Ingresamos al Monumental por el acceso norte. El marco es imponente y el aliento es ensordecedor. Las masas se apasionan, saltan y cantan. Se produce un gol, el hincha está fuera de sí y se abraza hasta con desconocidos. El verde césped produce alegría a partir de una pelota que rueda y que es corrida por 22 jugadores.






