
El Sonamos Latinoamérica 20 años llega a Santa Fe con conciertos, talleres y artistas de todo el continente. Nacido en 2004 como un proyecto autogestivo, el festival celebra dos décadas de resistencia cultural y de construcción de una red internacional que trasciende fronteras.
El festival Sonamos Latinoamérica celebra en Santa Fe dos décadas de existencia y de expansión como red internacional de músicas de raíz. Lo que empezó en 2004 como un impulso autogestivo hoy atraviesa 15 países de América y Europa, consolidado como un espacio de circulación y encuentro cultural que no se parece a ningún otro.
“Explicarlo en pocas palabras es difícil —reconoce Aylén Gomitolo, una de las organizadoras—. Nosotros decimos que Sonamos Latinoamérica es una red de circulación de música. Más allá de que quizás la fecha más visible sea la del festival en Santa Fe, lo que existe es un entramado de músicos, gestores, antropólogos, sociólogos y gente vinculada a la cultura en distintos países que lo sostienen día a día”.
De Escaramujo a la red internacional
La chispa original surgió en Santa Fe, cuando el grupo Escaramujo celebraba diez años de recorrido con una impronta fuertemente ligada a lo latinoamericano. De ese festejo nació la idea de generar un espacio donde esas músicas pudieran circular sin depender de viajes al exterior.
“Muchas veces es difícil prender la radio y escuchar estas músicas que están más vivas que nunca y que tienen mucho que ver con nuestra identidad. Entonces la idea era darles visibilidad, que tuvieran un lugar propio”, recuerda Gomitolo en charla con Pausa. Esa búsqueda inicial pronto prendió en otros países, hasta conformar una red de festivales y actividades que se realizan en simultáneo.
La movida de este año en Santa Fe
El Sonamos Latinoamérica 20 años va a tener su apertura el domingo 28 de septiembre en la Casa de la Cultura con entrada libre y buffet. Desde ahí, la grilla se desplegará hasta el lunes 6 de octubre, con escenarios en La Josefa, la Casa de las Artes y el CCP Paco Urondo.
La programación incluye artistas de Santa Fe, Entre Ríos y Río Turbio, junto a grupos de Brasil, Colombia y hasta Francia. Se destacan la Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Tenjo (Colombia), el grupo Enraizando (Nordeste de Brasil), el Quinteto Timbó (Brasil) y la participación de figuras locales como Tati Gandoglio, Javier Colli, Marino Frezetti y Natalia Pérez.
Como siempre, el lunes 6 se le dedicará a los conciertos didácticos para escuelas, una de las marcas de identidad del festival. “Los chicos que hoy tienen 20 años crecieron con el Sonamos y muchos terminaron estudiando música después de haber estado en contacto con estos conciertos. Esa transmisión generacional es uno de los frutos más lindos que vemos después de tanto tiempo”, subraya Aylén.
Autogestión y resiliencia
Detrás de cada edición del festival hay una trama de militancia cultural, cotidiana. El Sonamos se sostiene mayormente a pulmón, con apoyo limitado del Estado (al que ir a golpearle las puertas todo el tiempo) y la colaboración de músicos y gestores que ponen tiempo, energía y recursos.
“Si no fuera por los músicos que desinteresadamente lo sostienen, sería imposible. La red con sus 15 países funciona gracias al trabajo de cada uno en su lugar. Es una lucha constante: apenas termina un festival ya estamos gestionando el próximo”, dice Gomitolo.
Los costos son altísimos: entre 100 y 200 músicos participan cada año, con tickets de avión, hospedaje y logística a cubrir. “Sacando el cachet de los artistas y los 1000 dólares promedio que cuestan los pasajes que se lo gestionan mayormente por su parte, hemos calculado que garantizar el festival costaría unos 20 millones de pesos, lo que para el Estado no es tanto, pero nunca llegamos a esos números. Entonces nos manejamos con peñas, buffet, entradas simbólicas y mucho ingenio”, cuenta Aylén.
Por todo eso es que cada muestra del crecimiento del festival tiene un gustito especial: desde la participación de artistas de fuste internacional hasta la sorpresa de cruzarse con gente usando "las franelas" (remeras) del Sonamos en distintas ciudades del mundo: “Es muy loco, porque yo crecí con el proyecto y me impacta ver gente que no conozco con la remera del festival, incluso viajando. Ahí te das cuenta del alcance que tiene, que no lo terminamos de dimensionar”, revela Gomitolo.
La grilla del Sonamos Latinoamérica 20 años
Domingo 28 de septiembre
Casa de la Cultura (Bv. Gálvez 1274) – Entrada libre | 17 a 20 hs
- Aerófonos de CREI
- Tati Gandolio (Entre Ríos)
- Javier Colli
- Marino Frezetti
- Ala Par Dúo
- Natalia Pérez
Viernes 3 de octubre
La Josefa Espacio Cultural (La Rioja 2300) – 20:30 hs – Entrada libre
- Grupo Enraizando (Brasil)
- Grupo Scuilo (Colombia)
- Ezequiel Ávila (Argentina)
- Juan Carlos Torrez (Argentina)
La Casa de las Artes (Gobernador Vera 3554) – 23 hs
- Grupo Timbó (Brasil)
- Roda de Samba de Santa Fe + invitados
Sábado 4 de octubre
Centro Cultural Provincial de Santa Fe (Junín 2457) – 21 hs
Entradas anticipadas en el CCP
- Grupo Timbó (Brasil)
- Ocho de base (Argentina)
- Dúo para la tierra de uno
- Martha Humbert Dunoyer (Francia)
- Santiago Vera Candioti (Argentina)
- Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Tenjo (Colombia)
Domingo 5 de octubre
Centro Cultural Provincial de Santa Fe (Junín 2457) – 21 hs
Entradas anticipadas en el CCP
- Scuilo (Colombia)
- Quinteto Timbó (Brasil)
- Enraizando (Nordeste Brasil)
- Héctor “Chucu” Rodríguez (Río Turbio, Argentina)
Lunes 6 de octubre – Conciertos didácticos
Centro Cultural Provincial de Santa Fe (Junín 2457)
9:15 a 10:45 hs | 14:15 a 15:45 hs
- Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Tenjo (Colombia)
- Scuilo (Colombia)
- Enraizando (Nordeste Brasil)
- Quinteto Timbó (Brasil)
El Sonamos Latinoamérica 20 años no es solo un festival: es un manifiesto cultural en escena. Su espíritu colectivo se refleja tanto en los escenarios como en el modo en que se organiza, siempre desde la cooperación y el compromiso comunitario.
“Creo que lo más lindo es ir a redescubrir músicas e instrumentos que ni siquiera sabemos que existen en nuestra región. Es increíble lo que desconocemos. Aún los que estamos metidos nos seguimos sorprendiendo. Esa es la invitación: dejarse llevar, dejarse impresionar”, recomienda Aylén.
En tiempos donde la industria musical global aplasta diversidades, el Sonamos se planta como un espacio de resistencia y de futuro: una red que conecta, multiplica y sostiene lo que somos.



