El oficialismo no consiguió los dos tercios necesarios para sostener los vetos presidenciales a las leyes de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica. Ni siquiera el apoyo de los bloques “aliados” alcanzó. La derrota llega en el momento político más delicado de Javier Milei.
Mal día para Javier, Karina y los perros imaginarios. Buen día para el pueblo argentino: la Cámara de Diputados asestó un durísimo golpe al Gobierno nacional al dejar sin efecto los vetos que Javier Milei había impuesto a las leyes emblemáticas de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica para el Hospital Garrahan. Pese a las negociaciones de última hora, el oficialismo no logró los dos tercios necesarios y vio cómo se desarmaba el respaldo de los bloques que hasta hace poco lo acompañaban. Lo mismo había sucedido días atrás en el Senado con la Ley de Emergencia en Discapacidad.
La votación fue contundente. Para garantizar los recursos de las universidades nacionales, 174 legisladores votaron por rechazar el veto, 67 respaldaron al presidente y hubo dos abstenciones. En el caso de la emergencia pediátrica, el rechazo alcanzó 181 votos contra 60 y una sola abstención. La sesión se dio en medio de una fuerte presión social, con movilizaciones de estudiantes, gremios docentes y personal de salud que reclamaban la vigencia de las normas.

El traspié expone la debilidad política de Milei. Sin margen para negociar, ni siquiera logró alinear a dirigentes del PRO, radicales y legisladores provinciales que en otros debates habían oficiado como pseudo-oficialismo. La derrota llega, además, cuando el Gobierno enfrenta cuestionamientos por el ajuste fiscal y después de retrocesos electorales que ya habían erosionado su capital político.
En Santa Fe, la foto de la votación dejó en claro las posiciones de cada representante. Respaldaron el rechazo de ambos vetos Mario Barletta y Gabriel Chumpitaz, así como Florencia Carignano, Mónica Fein, Melina Giorgi, Diego Giuliano, Germán Martínez, Magalí Mastaler, Roberto Mirabella, Esteban Paulón y Eduardo Toniolli. También acompañó Germana Figueroa Casas, aunque estuvo ausente en la votación de la emergencia pediátrica. José Núñez no participó del debate por el financiamiento universitario pero votó a favor de la emergencia del Garrahan, mientras que Verónica Razzini estuvo ausente en el primer caso y se sumó al rechazo del segundo.
En el otro extremo, Alejandro Bongiovanni, Romina Diez y Nicolás Mayoraz se mantuvieron firmes en defensa de los vetos de Milei y votaron en contra de su rechazo, mientras que Luciano Laspina respaldó al oficialismo en la ley universitaria pero no estuvo presente en la discusión sobre el Garrahan. Rocío Bonacci, por su parte, se ausentó en ambas definiciones.
El resultado no sólo preserva recursos clave para universidades y para el hospital pediátrico: también marca un quiebre en la estrategia oficialista. Con un Congreso cada vez menos previsible, la Casa Rosada queda obligada a repensar su relación con los bloques opositores y con las provincias, en un contexto social que no da tregua y con demandas que atraviesan a toda la ciudadanía.








