En el marco de Sin Patrón, un proyecto periodístico de entrevistas a protagonistas del mundo de las cooperativas y mutuales, conocemos más de la Cooperativa Ataliva, cuya actividad se centra en la provisión de servicio de Internet, TV, telefonía fija y móvil, agua y gas envasado. También desarrolla un proyecto de parque solar en un terreno propio con aportes de los socios.
En el Año Internacional de las Cooperativas, se realizó en la ciudad de Santa Fe el Congreso Internacional “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, que contó con 120 stands de cooperativas, mutuales, Agencias para el Desarrollo y universidades.
La finalidad del congreso fue visibilizar el rol que ocupan las cooperativas en la promoción del progreso económico y social, y de las formas en que el Estado puede apoyar el desarrollo cooperativo.
En el marco de Sin Patrón, un proyecto periodístico de entrevistas a protagonistas del mundo de las cooperativas y mutuales, llevado a cabo por Pausa, dialogamos con Facundo Maltagliatti, gerente de la Cooperativa Ataliva.
–Se podría decir que la Cooperativa Ataliva es la cooperativa tradicional de los pueblos. La tradicional de servicios: operan servicios de telecomunicación, de internet rural, de provisión de gas, de agua, y con un ambicioso proyecto de "comunidad solar". 66 años tiene la cooperativa, ¿no?
–La cooperativa surge por una necesidad básica que es la luz. El pueblo no contaba con luz eléctrica. Ahí se funda la cooperativa por un grupo de vecinos que querían contar con electricidad en el pueblo. Con el paso de los años, las líneas se pasaban a la EPE, pero surge otra necesidad en el pueblo, que es la comunicación. Ahí nace el servicio de telefonía fija. Fue muy importante para la localidad. Con el paso de los años, actualmente, la telefonía fija decae. En su momento, nació el servicio de internet para satisfacer esa misma necesidad en la localidad. En el caso nuestro de Ataliva, que estamos a 15 km de Sunchales, somos una localidad pequeña y siempre la solución la brindó una cooperativa, tanto para servicios como para el tema agrícola o rural, por una cuestión de volumen: el privado no llega. No llega porque no es rentable. Están las cooperativas para satisfacer y brindar esos servicios que habitualmente no llega el privado. Estamos actualmente con la cooperativa brindando servicios de internet y televisión. Contamos con mucho internet rural. Abarcamos muchos tambos. Ayudamos a que esos tambos se desarrollen tecnológicamente. Tenemos un tambo que es 100% robotizado. La persona no se levanta más a las 4 am a ordeñar. Eso ha cambiado mucho en la zona. Hay mucho cuestiones de caravana, de collares que recaudan datos de los animales y del rodeo, que ayudan al bienestar animal. Todo eso pasa por la cooperativa, porque terminamos siendo un transporte para ellos de la información que recaudan y que la llevan y la traen para analizar, básicamente.
–Para cualquier empresa sostenerse 66 años es un desafío imposible para muchas. No sobreviven. Me imagino para ustedes, que además todo el tiempo se tienen que estar aggiornando y hasta adelantándose a las nuevas necesidades del pueblo. Cuando fundaron la cooperativa los que te antecedieron hace 66 años, ni pensaron en robótica, internet o los paneles solares. No estaban ni en los planes.
–No, no estaban ni en los planes. Cuando se empezó a hablar de fibra óptica, no se sabía ni lo que era el cable de fibra óptica. Hoy contamos con toda la localidad, toda la zona urbana, con fibra. Llegamos a todos los hogares con fibra y damos internet de calidad de 100 o 300mb, como pasa en las ciudades. La cooperativa se tiene que ir aggiornando y reinventando, sobre todo porque los servicios que fue brindando durante el tiempo fueron decayendo. Voy al caso puntual de la telefonía fija, que fue la gran solución en su momento y hoy para la cooperativa mantener el servicio es un problema por los costos que tiene y por el bajo uso que tiene el servicio de telefonía fija. Hoy la cooperativa subsiste por el desarrollo de internet. Estamos con un ambicioso proyecto referido a energía renovable. Por ahí surge el proyecto porque tenemos una mutual en Ataliva. La mutual siempre cuenta con más espalda que la cooperativa. Puso pantallas solares en su sede. También formo parte del consejo de la mutual y estuvimos viendo con la empresa que lo desarrolló. Le digo 'en la cooperativa tenemos un terreno de 50x100 libre, no lo usamos, ¿por qué no hacemos un parque solar?'. Después pensamos: la cooperativa no cuenta con esos fondos millonarios para hacer ese parque. Pero bueno, le damos participación al socio. Armamos el proyecto y en noviembre del año pasado convocamos abiertamente a toda la población. Vinieron 90 personas a la charla, que para nosotros es un montón, porque cuando hacemos la asamblea tenemos que estar llamando continuamente para que la gente vaya. La verdad que picó mucho la idea, se prendió. Llegamos a completar ese terreno de 50x100, donde la idea es que la cooperativa hace el desarrollo del proyecto, pone el terreno, cobra un canon locativo y el que pone la plata es el socio. El socio se ahorra de hacer la instalación en su casa, de tenerlo en su techo, de tener el lío de pasar cables, de tener paneles en su techo, si algún día tiene que hacer una reparación. Está en un terreno libre. El mantenimiento lo va a hacer la cooperativa, y sobre todo, se ahorra costos por hacerlo en volumen. Unitariamente, te sale más barato hacerlo de forma colectiva que individual. Eso es lo que realmente prendió. Tenemos el caso testigo de la mutual, que la verdad que el ahorro que está teniendo en su factura es altísimo: del 70 u 80% de la boleta. Todo eso llevó a que se pueda generar algo muy lindo y que actualmente lo estamos gestionando frente a EPE, porque para EPE somos un caso muy grande. Estamos buscándole la vuelta para poder llevarlo a cabo. Creo que va a salir y lo vamos a poder realizar. Va a ser un caso muy lindo para poder exponer el caso cooperativista, que es volver a las raíces de que el socio sea parte de la cooperativa.
–¿Cuántos asociados tiene hoy la cooperativa?
–Actualmente, tiene 700 asociados, aproximadamente. Por ahí, ese problema de que el socio realmente se sienta identificado con una cooperativa, que sepa que el servicio se lo está cobrando una cooperativa. A veces tenés casos que vienen socios y preguntan: ¿quién es el dueño de esto?'. No, sos vos el dueño. Por ahí falta esa educación en la gente para que se vuelva a reflotar este valor de la cooperativa, el socio y su participación. Creo que con este proyecto en la localidad la cooperativa ya se ve diferente. Tiene otro nombre. Ya saben del servicio de la cooperativa, y la cooperativa está en este gran proyecto y que va a servir al pueblo y la comunidad en general.
–Contabas el vínculo que tienen con otras empresas como es la EPE. Pero, ¿qué rol ocupó el Estado en toda esta trayectoria de tantos años? Sobre todo, no tanto en el momento formativo, porque fue hace ya mucho tiempo; pero sí en esto de acompañar esos cambios, ese crecimiento y esa evolución que ha tenido la cooperativa en estas últimas décadas.
–El apoyo del Estado está presente. Volviendo al origen de la cooperativa. La cooperativa se fundó en la comuna local. Actualmente, estamos trabajando con Gonzalo Toselli y toda la parte de energía renovable de la provincia por este gran proyecto. Siempre estamos con INAES y ENACOM, que también es un ente regulatorio. Son entes que siempre estamos en contacto y siempre buscándole la vuelta para ver si se consigue algún subsidio. La cooperativa ha recibido subsidios por parte de INAES para realizar el primer tendido de fibra óptica, por ejemplo. La otra gran realidad es que la mutual del pueblo financia todos estos proyectos tecnológicos que tiene la cooperativa. Si tendríamos que ir a un banco a pedir dinero, no nos dan por una cuestión de balance. Las cooperativas no apuntan a generar ganancias o tener grandes superávit. Siempre apuntamos al 'cero cero', digo yo. La mutual siempre está confiando y aportando apalancamiento a todos estos proyectos tecnológicos que llevan mucho dinero y que son a largo plazo. Gracias a eso, la cooperativa se pudo desarrollar y llegar a lo que es hoy. Sin eso no hubiera sido posible.
–Veníamos charlando con otras cooperativas de estos discursos que hoy escuchamos tan fuertemente del individualismo, de salvarse solo, de la ganancia de mercado, y que si esa ganancia no está, hay que dedicarse a otra cosa. Claramente, la Cooperativa Ataliva es lo opuesto a eso. ¿Siguen creyendo que ese es el modelo del cooperativismo, sobre todo en los pueblos chicos?
–Tal cual. Tenemos hoy un caso en la zona rural, que por ahí tenemos distancias largas entre un usuario y otro. Lo hacemos igual, porque yo, particularmente, viví en el campo y gracias al internet de la cooperativa pude desarrollar mis estudios. Entonces, lo tengo muy presente a eso y decir: 'che, tengo que dar internet en el campo porque es para el desarrollo'. No importa si la cooperativa gana o no gana dinero. Se busca la vuelta. No te digo de ganar gran dinero, pero por lo menos salvar los costos. Se busca esa vuelta de rosca para decir 'che, brindamos igual el servicio'. No importa, hay que darlo igual. En cuanto al tema colectivo, sí, lo vemos en este gran proyecto de 'comunidad solar'. Poner de acuerdo a tantas personas hoy parece imposible. También yo sostengo que cuando hay de parte de la cooperativa algo claro y serio, y se ponen bien las cosas en concreto, creo que es mucho más fácil de convencer a la gente. Sobre todo, cuando vas con casos reales. O sea, no es una idea que surgió y está en el aire, sino que estás apoyado por la provincia, tenemos casos reales en la mutual. Son todas cosas que suman para que la gente confíe y vuelva a tener esa participación. Hace mucho tiempo atrás se juntaron para brindar el servicio eléctrico. Hoy nos juntamos de vuelta pero para la energía renovable.
–Estaba pensando en lo importante que es para las localidad más chicas, a veces, las cooperativas como fuente de trabajo. Me imagino que ustedes deben ser una gran fuente de trabajo para la localidad.
–Tal cual. Actualmente, somos cinco empleados, pero sin ir muy lejos, tenemos la cooperativa agrícola en el pueblo que emplea alrededor de 20 personas. Es una de las más grandes. Es la realidad. La mutual también emplea a cinco personas. Son las empresas más grandes del pueblo.
–Para quienes recién se están arrimando al ámbito cooperativo, ¿qué les dirías?
–Yo soy muy joven, tengo 27 años. Por ahí no veo tanta gente joven en el movimiento cooperativista. La verdad que es lindo y está bueno sumarse. Abre muchas puertas. También te desarrollás en el mundo cooperativista, no solamente en el ambiente privado. Estaría bueno que más gente joven se sume y lograr un poco de rotación en los consejos y demás, para que las ideas nuevas puedan fluir, y sobre todo, lograr que las cooperativas sigan en el tiempo y subsistiendo, que es lo más importante. Eso es lo que veo en la mayoría de los consejos de las cooperativas de la zona, por ahí siempre es la misma gente. Y no porque esa gente se quiera quedar, sino porque no hay gente que quiera ingresar. Es un poco la realidad. Habría que hacer un poco más de hincapié en eso y que se animen. Es la solución, porque en zonas pequeñas como las nuestras no hay otra opción más que una cooperativa para llevar a cubrir esas necesidades que tenemos como sociedad.
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