Mano a mano con el diputado provincial Mariano Cuvertino. Sus inicios en la política, su definición del desarrollismo, la Reforma de la Constitución y la oferta electoral de Provincias Unidas.
Por Juan Pablo Gauna
Contador Público Nacional, maestrando en Desarrollo y Políticas Públicas en la Facultad de Ciencias Económicas (UNL), diputado provincial de Santa Fe por el Partido Socialista (Bloque Unidos) y secretario parlamentario en la Reforma de la Constitución de Santa Fe (2025), Mariano Cuvertino es un referente en temas de producción y trabajo y preside la Comisión de Industria, Comercio y Turismo en la Cámara de Diputados de Santa Fe. En diálogo con Pausa, repasó su trayectoria y dio definiciones políticas sobre el presente.
―¿Cómo fueron sus inicios en la actividad política y qué cosas lo motivaron?
―En parte me movilizaron acciones de mi familia. Yo vengo de un pueblo muy chiquito, en el interior de la provincia: Ramona. Mi mamá era una persona que no participaba en política, pero sí era muy activa en las instituciones del pueblo, el club, la cooperadora, la comisión de padres de la escuela, y siempre hubo de parte de ella una fuerte impronta de compromiso con lo público, con las instituciones, donde en definitiva transcurre la vida de un ser humano. Siempre me generó mucho interés eso.
En mi educación secundaria siempre me interesaron mucho los temas de política, de la sociedad. Mi secundario fue en plena década de 1990, década de privatizaciones, ahí se me generó el interés de querer conocer y entender qué representaba eso.
Después, en 1997, me vine a estudiar a Santa Fe, e ingresé a la carrera de Contador Público Nacional acá en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral, donde obtuve mi título de grado. Ahí sí, enseguida me acerqué a las agrupaciones a ver de qué se trataba la política, pero no me decidí a participar propiamente.
Después vinieron algunos años donde me alejé por motivos personales y ya cuando tenía la carrera bastante avanzada y fue la crisis del 2001, me involucré. Ese año 2001 fue muy movilizante, y con la crisis me meto de lleno a participar en la militancia, sobre todo porque encuentro en mi Facultad el nacimiento de una organización que era la que mejor me representaba, que es el Movimiento Nacional Reformista, y que es el brazo universitario del Partido Socialista. En ese momento, para lo que yo pensaba, Hermes Binner era un muy buen intendente en la ciudad de Rosario, y desde ese lugar que me acerco y empiezo a militar en la universidad con un convencimiento.
―Entonces la vida universitaria marcó su rumbo político.
―Yo sabía que si obtenía un título universitario como obtuve, era por el esfuerzo de mis padres y por el esfuerzo de una sociedad que contribuye a sostener a la Universidad pública, que permite que muchos argentinos como yo y muchos otros podamos tener un título universitario y poder a partir de ahí soñar con un ascenso social.
En definitiva, mis hermanos y yo cumplimos el sueño de ser la primera generación de profesionales en la familia, porque a mis viejos les hubiese gustado, pero a veces cuando sos del interior, no están las posibilidades para poder llegar a una gran ciudad a estudiar, ¿no?
Así que eso me movilizó. Y me dije “yo le tengo que dejar algo a la Universidad, le tengo que devolver algo al pueblo, en caso que yo tenga un título, porque que a mí me va a permitir tener una mejor calidad de vida”. Y así fue que me decidí a participar y cumplir un rol político en la etapa final de mi carrera.
En un momento, sin darme cuenta, era consejero directivo de la Facultad, y al año siguiente fui presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas. Fueron cosas que se fueron dando progresivamente, y digo que tomo el ejemplo de uno de mis maestros, que es Hermes Binner. Él dijo, “un día entré a una asamblea en la Facultad de Medicina de Rosario y nunca más me fui de la política”.
Así que, luego de la Universidad, seguí participando y siendo parte de la política en otros ámbitos. Por eso llego a ser parte de los gobiernos del Frente Progresista, Cívico y Social, los de Binner y Antonio Bonfatti, y en la Municipalidad de Santa Fe, en la primera intendencia de José Corral, y después sí, fundamentalmente, lo que fue mi responsabilidad más importante, como secretario de Gobierno de Miguel Lifschitz.
―De las ideas del socialismo que referencia en Hermes Binner, ¿cuáles son las que lo han acompañado en su recorrido?
―De Hermes, las ideas del humanismo, la solidaridad, la igualdad, el soñar que se puede construir una sociedad distinta a partir de la práctica y el cambio cultural. Y después en Miguel Lifschitz pude encontrar mi interés más concreto, que incorpora la mirada desarrollista.
Eso es, en definitiva, el rol del Estado para alcanzar el desarrollo económico de un pueblo, una nación, una sociedad. Y eso empalmó de manera directa con mis gustos más específicos. A mí me apasiona la economía, el desarrollo productivo, y entender ese tipo de fenómenos. Lifschitz me aportó la mirada desde una perspectiva de una biblioteca socialista, pero con una aplicación concreta del rol del Estado, el desarrollo de la economía, cómo potenciar la infraestructura con el desarrollo tecnológico, y del crecimiento del sector privado, que es, en definitiva, lo que genera riqueza y mejores condiciones de vida para todos. Con Miguel logré visualizarlo con claridad y hoy eso es mi agenda.
―Entonces uno de sus grandes desafíos debe ser cómo representar al sector trabajador y vincularlo con la producción.
―Totalmente. Es que cuando uno habla de desarrollo productivo está hablando de las dos patas que componen esa definición. El capital, que genera producción e invierte, pero también el trabajador, que es clave para su realización. Uno es muy consciente de cuál es la parte más débil de esa ecuación y, por ende, dónde tiene que estar el mayor acompañamiento del Estado, o la fortaleza de sus organizaciones. Es clave poder apuntalar el proceso de desarrollo económico, que es una condición muy necesaria para países del Tercer Mundo o en vías de desarrollo como es el nuestro.
La Reforma de la Constitución
―¿Cómo fue su participación en la Convención Constituyente?
―Efectivamente, fui secretario Parlamentario de la Convención. La Secretaría Parlamentaria es la que asiste en toda la conducción de la Convención al Presidente del Cuerpo. El balance es sumamente positivo. Me refiero al proceso en sí, y al resultado de la Convención, más allá del balance positivo que uno pueda hacer de manera individual de la experiencia que a uno le tocó vivir, que obviamente fue hermosa, que fue histórica y que será un hito muy importante en mi vida.
Quiero destacar el proceso político, social e institucional que significa que los santafesinos hayamos podido, después de 63 años casi, aggiornar nuestra Carta Magna. Creo que termina siendo una Constitución provincial muy acorde a estos tiempos, donde hemos podido avanzar en eliminar privilegios de la política, como el tema de los fueros, y el tema de las reelecciones indefinidas. Fue poner un límite a todo eso.
También se avanzó en un montón de derechos y garantías para la ciudadanía en general. Y por último es una constitución que avanza en empoderar, en dar las mejores posibilidades a la ciudadanía a la hora de jugar un rol en la vida de la sociedad. Eso es muy importante y era muy necesario que ocurriera en la provincia de Santa Fe, más aún en una provincia como la nuestra, que fue la primera provincia en tener una constitución provincial, y es la provincia cuna de la Constitución Nacional, porque el rol que juega Santa Fe desde la Independencia hasta alcanzar la Constitución Nacional fue central en todos los pactos preexistentes que le dan nacimiento a la Constitución.
Era imprescindible ponernos a la altura de esa historia y creo que lo hemos cumplido con esta reforma. Creo que con la nueva Constitución provincial volvimos a poner a Santa Fe a la vanguardia, ya que es muy moderna y muy acorde a los tiempos que corren.
―Y los temas vinculados al sector productivo, ¿cómo quedaron plasmados en esta Constitución?
―Era una buena constitución la de 1962, de hecho, nos sirvió hasta la actualidad, era una constitución hecha en un momento donde el desarrollismo tenía mucho predicamento en Santa Fe y en Argentina. Lo que era necesario en esos aspectos era poder actualizar o complementar algunos factores nuevos, que no existían en la sociedad en ese momento, pero su concepción sí está muy arraigada. Poder agregar la importancia de la ciencia y la técnica en el desarrollo productivo, poder agregar el rol de la industria en el desarrollo productivo, poder contemplar la necesidad de un desarrollo sostenible con el medioambiente, sostenible económicamente, socialmente y ambientalmente, incorporar a las cooperativas y a las mutuales, en algunos puntos muy concretos de la Constitución, me parece que son avances importantes.
―Ahora el desafío que viene para el Poder Legislativo, luego de terminada la Convención, es plasmar lo reformado a través de leyes y reglamentaciones.
―Hay una veintena de leyes que habrá que avanzar en su sanción, para poder consagrar todos los preceptos constitucionales. A mí me apasiona poder cumplir con una deuda de la provincia, que es una ley de coparticipación para municipios y comunas. Es uno de los mandatos que da la Constitución, creo que ahí hay un gran trabajo para hacer. Y después hay un montón de leyes que habrá que ver cómo se actualizan en función de los cambios que hubo. Creo que los cambios en la Justicia serán uno de los temas centrales, y de ahora en adelante nos espera una intensa labor al respecto.
―¿La expectativa es que se legisle todo lo que se reformó en la Convención Constituyente antes del fin de mandato?
―Claro, en gran medida las leyes tienen plazos para ser sancionadas. De no hacerlo, eso constituye una mora que genera dificultades a la hora de hacer aplicables y materializables los preceptos constitucionales. Algunas leyes tienen plazos de un año, algunas de dos, dependiendo de la urgencia.
―En toda esa labor hay una apuesta de continuidad política de la actual gestión de la provincia, ¿no?
―Esas obviamente serán definiciones políticas que también se tendrán que tomar oportunamente, pero eso quedó consagrado en la Constitución. Mucho se hablaba de que la reforma era solo para garantizar una reelección, y ese era el argumento que no permitía avanzar con las reformas de la Constitución. Creo que quedó claro que ese era un tema que había que discutir y proponer una nueva norma.
Me parece que es correcto dos periodos para un gobernador y un vicegobernador. Eso hoy ocurre no sólo con el Presidente de la Nación sino que, a partir de esta reforma, ocurre en todas las provincias del país, excepto Mendoza.
Creo que es bueno que la sociedad tenga la posibilidad de elegir por un segundo periodo a aquel gobernante que cree que hizo las cosas bien. La cláusula de reelección permite poner a consideración de la soberanía popular, y muchas veces la soberanía dijo: “bueno, un segundo mandato no te doy”. Y acá tenemos muchos ejemplos, ¿no?
Por otro lado, tanto o más importante, me parece el límite de reelecciones indefinidas que se puso. La provincia de Santa Fe tenía un sistema, donde el gobernador tenía cuatro años y no podía repetir mandato; y los senadores, diputados, intendentes, presidentes comunales y concejales, podían ser reelectos indefinidamente.
A eso había que ponerle un límite de dos periodos, que es algo que junto con lo de ficha limpia, y junto al tema de los fueros, va a contribuir mucho a hacer más transparente el sistema político, a acercarlo más a la ciudadanía. Es tomar un reclamo de la sociedad, donde no se puede hacer oídos sordos, al contrario.
Cuvertino y Provincias Unidas
―Hemos visto que impulsa proyectos que tienen que ver con cuestiones productivas, y en eso va lo de las industrias navales y la promoción del transporte fluvial. ¿Qué balance puede hacer hasta ahora de todos los proyectos que ha impulsado en legislatura?
―Sí, ese es un proyecto que estamos trabajando concretamente en este momento. Vengo del Puerto de Santa Fe, de reunirme con una empresa de salvamento y rescate en los ríos y en los mares. Es una empresa de esas que uno cree que no existe en una ciudad como la nuestra, y cuando llegas ahí, la conoces, y te encontrás que trabajan 30 empleados que son de la ciudad de Santa Fe, en su mayoría, y ves el potencial que tiene una provincia como la nuestra por tener una ribera como la del Paraná.
Bueno, ahí es donde hay un tema de agenda a largo plazo, por eso nos interesa trabajar desde mi banca en la agenda productiva de la provincia. Hay un gobierno provincial que nos habla de convertir a Santa Fe en una matriz logística nodal para Argentina.
Incluso la ciudad de Santa Fe es un punto de enclave fantástico. Acá se da el último cambio hidrológico importante del río Paraná, donde cambian la vía navegable troncal.
Además, creo que una deuda pendiente que tiene esta región es poder construir una nueva conexión vial entre Santa Fe y Paraná. Si tenemos en cuenta que, entre Santa Fe, Paraná y sus zonas circundantes se encuentra un área económica de un millón de habitantes, creo que podríamos tomar mayor dimensión del potencial, y las capacidades que tenemos en esta región, no sólo en lo portuario y en el transporte fluvial, de carga, de pasajeros, turístico, como nosotros planteamos, sino en muchos otros aspectos también.
Para nosotros es importante empujar esos temas, empujar esas agendas, ponerlas en la discusión. Creo que ese es el rol que debe asumir el Estado, mirar un poco más allá del día a día, y poder garantizarle al sector privado las condiciones de infraestructura, de tecnología, de ciencia y técnica, para que el privado haga lo que mejor sabe hacer, que es hacer crecer la economía.
Lo mismo en tema agricultura, tenemos un proyecto también en discusión en la Cámara sobre tecnología agropecuaria. También soy autor de una ley de seguridad rural, porque también hay que ocuparse de lo cotidiano.
―O sea que está profundizando una mirada a escala regional de los problemas.
―Sí, además integro la Comisión de Hidrovía, una comisión especial en el marco de la Cámara de Diputados y la Comisión de Región Centro, también en el marco de la Cámara, porque son temas centrales y estratégicos para toda esta agenda imprescindible. Estamos convencidos que, desde Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, y desde el interior de Buenos Aires, ese corredor central, está la potencia económica, productiva, que puede darle una alternativa distinta a la Argentina, para soñar con que este país crezca, se desarrolle y tenga mejores condiciones de vida. Tenemos que romper de alguna manera la historia del AMBA gobernando al resto de la Argentina. Esa es una experiencia agotada, ya sea cuando las expresiones políticas fueron la defensa de los intereses del conurbano bonaerense, como ahora con la defensa más de los intereses de la City financiera, en definitiva, son los intereses del puerto de la Ciudad de Buenos Aires, que llegan hasta esos sectores, que llegan a esta gran área metropolitana, y que se olvidan que este es un país enorme. Necesitamos en definitiva una propuesta política que pueda realmente integrar todos esos sectores y que le dé una alternativa al país. Provincias Unidas es ese espacio, y muchos gobernadores provinciales se están sumando a esta propuesta.









