En el marco de Sin Patrón, un proyecto periodístico de entrevistas a protagonistas del mundo de las cooperativas y mutuales, conocemos más de la Cooperativa Alimentos para la Nueva Argentina, una "organización de organizaciones" que nuclea a cerca de 50 cooperativas y comercializa sus productos.

En el Año Internacional de las Cooperativas, se realizó en la ciudad de Santa Fe el Congreso Internacional “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, que contó con 120 stands de cooperativas, mutuales, Agencias para el Desarrollo y universidades.

La finalidad del congreso fue visibilizar el rol que ocupan las cooperativas en la promoción del progreso económico y social, y de las formas en que el Estado puede apoyar el desarrollo cooperativo.

En el marco de Sin Patrón, un proyecto periodístico de entrevistas a protagonistas del mundo de las cooperativas y mutuales, llevado a cabo por Pausa, dialogamos con Sebastián Ferro, de la Cooperativa Alimentos para la Nueva Argentina.

–Esta cooperativa articula diferentes organizaciones del sector alimentario para mejorar la distribución, la producción. Contanos sobre esa experiencia que nuclea a muchas organizaciones. ¿De qué se trata de esto de los "Alimentos para la Nueva Argentina"?

–En realidad, hay una gran sede en Rosario, pero la cooperativa abarca organizaciones de distintas provincias. Más que nada, la Región Centro: Córdoba, Entre Ríos, algo de Buenos Aires. Todo se originó con la Proveeduría de Empleados de Comercio en Rosario, que en un momento de precios altos de alimentos tuvimos la idea de ir armando la proveeduría como una ayuda para los trabajadores para mejorar el salario a través de la alimentación, que conforma gran porcentaje de los salarios de los trabajadores. Esa experiencia fue haciendo que vayamos cambiando e incorporando alimentos cooperativos, de pymes, de asociaciones civiles, reemplazando la distribución monopólica que hay de los alimentos, no sólo las grandes cadenas de supermercados, sino también las distribuidoras que llevan los alimentos a las cadenas más pequeñas, a los almacenes. Hay una especie de monopolio a donde distribuyen las grandes marcas y las pequeñas marcas, pero en general, todas marcas que en un origen fueron argentinas, pero que en definitiva están distribuidas por capitales internacionales. Nos fuimos dando cuenta que hay mucho producto cooperativo que son de mejor calidad, mejor empaquetado, más saludable que los que vienen de la industria "convencional". Entonces, se fue dando como una relación con distintas organizaciones. En un momento, cuando nos dimos cuenta, dijimos: '¿por qué no creamos una organización, una federación, o una organización de organizaciones que tenga como objetivo articular el alimento argentino?'. Ahí comenzamos reuniones con distintas organizaciones, por ejemplo, Cotar, Capyc en Devoto, Córdoba. En Córdoba, en un pueblo muy pequeño tienen una organización gigantesca cooperativa. Producen dulce de leche, potes para distintos productos. Con AMMA en Villa María, que habían adquirido el supermercado Libertad, un gran supermercado, que es rarísimo que una mutual le compre un hipermercado tan grande a una multinacional. Otras de Córdoba: Arraigo de Villa Constitución. Varias de Rosario. Apymil, los queseros de Santa Fe. El queso Canut, el queso Ricolact. Un montón de quesos que no tenían góndolas para expandir su producción, y gracias a la góndola de Empleados de Comercio, de AMECRO, fueron pudiendo expandir su producción, creciendo, incorporando trabajadores. Eso es un poco la lógica de la cooperativa que se armó: una organización de organizaciones.

–Pensaba en esto de cómo para ustedes el trabajo tuvo que ver más con el descubrimiento, ¿no? Con empezar a indagar en todas estas otras empresas. Hay un trabajo en lo que vos contás de búsqueda. De estar todo el tiempo buscando nuevas cooperativas, empresas, pymes, que produzcan para poder seguir ingresando.

–Somos fanáticos. Somos fanáticos en el sentido de que nosotros creemos que las cooperativas también guardan algo que es un plus que no tiene la producción industrial de alimentos, que es que son fanáticos de sus recetas. La cooperativa está siempre fijándose que lo que produce sea lo mejor, sea saludable, cosa que la industria no lo hace. Si le tiene que meter cualquier cosa... Nosotros el otro día hablábamos cómo con los supermercados ingresa otro tipo de alimentación, para que vos consumas una galletita que la produjeron hace cuatro meses en EEUU. Esa galletita tiene que tener conservantes, y no consumís una galletita que a lo mejor hace una cooperativa de Pérez, por ejemplo, que hace una galletita más rica que la Oreo.

–¿Qué recepción han tenido? Me imagino que después de toda esta búsqueda... Ese nexo con el consumidor. Que nosotros nos generemos el hábito de empezar a comprarle también a ese productor.

–Sí, por ejemplo, en las proveedurías que tenemos en la organización, la gente se fue acercando con distintos convenios de reciprocidad a través de la mutual. Nosotros hemos hecho convenios con los distintos sindicatos, mutuales de los sindicatos, pero también asociaciones profesionales: el Colegio de Arquitectos, la Asociación Médica. Eso ha hecho que en un principio vengan por los precios, pero después los fuimos enriqueciendo con estos productos, que la gente lo empieza a reconocer y los compra. Verdaderamente, lo que le falta: uno le puede invertir en una máquina para producir mejor, pero verdaderamente si no hay una góndola que venda al nivel que venden, es muy difícil que prosperen las organizaciones, si no, queda en una cuestión de feria. Es una cuestión fundamental. Tendría que ser una política de Estado que haya proveedurías donde se incentive la producción de alimentos. Incluso, ahora que están con el tema de la Reforma de la Constitución, una región tan importante como Santa Fe en la producción de alimentos, que haya algo, una declaración de principios que avale la promoción de producción de alimentos saludables, agroecológicos. Creo que es una buena oportunidad para que eso quede en una Constitución, más que nada pensando en los años que viene, y que va a ser un tema. Hoy hablábamos con alguien que representa a las cooperativas, a la economía social en la salud, y nos decía que el sistema está prácticamente terminado, porque no se llega nunca... Es un negocio el tema de curar a las personas, las enfermedades crónicas, y eso se tendría que trabajar en la alimentación, que es lo que producen muchas veces esas enfermedades, que es un negocio para las grandes farmacéuticas. El tema abre un mundo, que en definitiva termina en algo concretamente estratégico que es cómo se alimenta un pueblo, de qué manera se alimenta y si eso lo maneja soberanamente o no.

–Ahí introducís un poco el tema del Estado. ¿Cuál es la vinculación que han tenido a lo largo de este tiempo con el Estado? En cuanto a subsidios, a asistencia técnica, a poder presentar proyectos.

–Con los diferentes Estados hemos entablado vínculo. Muchas veces hay muy buena predisposición. Esto que estoy contando los funcionarios lo sobreentienden. A veces no es suficiente, porque el Estado puede llegar a incentivar la producción de algo. Pero después, la articulación es un techo de cristal muy duro porque está todo preparado para que no sea así. Está todo preparado para que lo manejen los grandes conglomerados de distribución de alimentos en Argentina y en el mundo. El Estado tendría que tener una política estratégica verdaderamente soberana como para que esto se desarrolle. Por ejemplo, poner mercados populares donde sea más directa la relación entre el consumidor, los trabajadores y el que produce. Eso no sería un gran desafío, pero sí sería una gran decisión política, porque va en contra de intereses que son contrarios a eso.

–¿Qué le dirías a quienes están pensando en quizás emprender esta cuestión del cooperativismo, de comenzar a organizase, en un momento en donde venimos charlando mucho con el resto de los entrevistados, que quizás el discurso más hegemónico va más por otro lado? Digamos, el del individualismo, el de 'sé tu propio jefe', toda esta cosa que apareció mucho en los últimos años. ¿Por qué elegir el cooperativismo o esta forma de trabajo y producción?

–Los dos o tres más grandes dirigentes de la historia argentina hablaban del cooperativismo. En un punto, siempre llegaron a la conclusión de que en definitiva hay ciertas cosas que, si no lo organiza el privado o el Estado, es bueno que la organice la autodeterminación de la gente para organizarse y hacer que ciertos sectores que no son negocio lo desarrollen agrupaciones en forma de cooperativa y economía social. A mí me parece que esto lo tienen que incentivar lo común, porque la salud, que es algo que está muy en boga y es fundamental, es difícil que la industria multinacional o corporativa tenga una mirada. En definitiva, los mismos que producen los alimentos son los mismos que producen los medicamentos, en muchos casos. Es una cuestión estratégica. A veces las cooperativas, las organizaciones, las mutuales están muy acostumbradas a tener lazos de solidaridad, pero (in)formales. Les cuesta mucho articular. Nosotros lo veíamos en las reuniones. Cuando empezamos a hablar del tema de la cooperativa, de conformarla, que nos juntábamos y después de la cuarta o quinta reunión, una cooperativa decía: 'ah, pero vos tenías tomate y yo podría fabricar puré de tomate' o 'vos tenés la leche en polvo que yo necesito para fabricar'. Una vez hicimos un viaje de ocho o nueve horas, y cuando faltaban veinte metros para llegar, uno le dice al otro 'vos tenés eso y yo lo necesito'. Tendríamos que ser conscientes de salir. Muchas veces por una cuestión de resistencia, que las condiciones son tan adversas y más en estas épocas que uno se mete para adentro para poder resistir, pero en realidad sería al revés: uno tendría que salir para afuera para poder resistir. Eso es lo que hay que comprender. La articulación tiene que ser en cosas concretas, precisas, y uno tiene que dar más de lo que tiene que recibir. Nosotros estamos más acostumbrados a dar que a esperar que nos den. Ahí se arma un vínculo donde el otro te da. Tenemos que tender a tener una visión estratégica con ciertos puntos como puede ser la salud, los alimentos, todas las áreas que tocan las cooperativas y la economía social que son fundamentales. Me parece que es eso: tener una visión, un avance político en lo estratégico de las cooperativas y las mutuales. Sí me parece que es el futuro. El futuro es cooperativa, el futuro es mutual, por esto de que el otro lado hay solo individualismo. Va a ser una pelea en donde en realidad se van a determinar los próximos 50, 60, 100 años de la región, de la Argentina y el mundo. Hay grandes cooperativas en el mundo. En Italia, el supermercado más grande es cooperativo. En Mondragón, en España, en todo el País Vasco, las cooperativas son gigantescas. Es un actor fundamental y creo que es una salida para los tiempos que se viven.

–¿Cuántas cooperativas y pequeñas pymes hay dentro?

–Cerca de cincuenta cooperativas. Hay mucha gente que son mutuales que están insertas y lo que pretenden es organizar el consumo. Están los de Capital Federal, están los Talleres de La Plata, que son unos compañeros que están armando una proveeduría. En Córdoba capital también se armaron proveedurías. También está la Mujica de Córdoba Capital, la Mediterránea. Tenemos Hierbas Serranas. El fin de semana estuvimos en Córdoba, en La Paz. Hay experiencias riquísimas. La quesera 22 de Marzo, que también está acá. Es infinita la riqueza que hay. En Entre Ríos, Cotapa; hay huevos de gallinas libres de una cooperativa. Yo no sé si podríamos armar un supermercado de todas cooperativas y mutuales, pero si articuláramos... Nos va a llevar más tiempo, lo vamos a hacer. Si hubiera una política estratégica de los Estados, sería mucho más rápido.

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