Los universitarios hacen huelga porque Milei está ensañado con sus salarios

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El salario de los universitarios tiene pérdidas del poder adquisitivo muy superiores a las de los empleados públicos en general o los jubilados, para poner una comparación. Durante el gobierno de Milei ya van perdiendo casi siete sueldos por ir abajo de la inflación.

El vicepresidente de Estados Unidos y colonias afines, J.D. Vance, lo dijo con todas las letras: "Los profesores son el enemigo". Antes había dicho, también, que las universidades eran el enemigo. Las llama "instituciones hostiles". Vance es mucho más que una figura decorativa. Cultural e ideológicamente, es la representación viva del votante de ultraderecha occidental.

La Argentina de Javier Milei no se queda atrás. El ataque contra el salario universitario es directo, con muestras claras de ensañamiento. Los profesores universitarios han perdido poder adquisitivo muy por encima de los jubilados de la mínima o de los empleados públicos en general.

Desde diciembre de 2024, los aumentos que reciben los universitarios están siempre por abajo de la inflación. Durante 23 meses de la gestión Milei, sólo siete meses tuvieron aumentos apenitas por arriba de lo perdido. Y jamás se pudo recuperar el mazazo de la devaluación de Luis Caputo, en el verano de 2024, donde la diferencia entre la inflación y los aumentos salariales fue obscena

De punta a punta, a octubre de 2025 el salario de los universitarios durante el gobierno de Milei aumentó un 155% contra el 240% de la inflación. El salario público en general, según el último dato medido por el Indec, había aumentado 186% a octubre. Las jubilaciones mínimas con bono se incrementaron el 218%.

En las pérdidas de poder adquisitivo que se pueden medir en cada mes, también se ve cómo los azotes a los universitarios son más fuertes que a los empleados públicos y jubilados.

En la universidad pública, casi todos los cargos universitarios son dedicaciones simples, de 10 horas semanales, y la enormísima mayoría son Auxiliares o Jefes de Trabajos Prácticos, las categorías más bajas, más allá de las tareas reales que cubren, con mínima antigüedad.

Los famosos JTP tuvieron en octubre de 2025 un sueldo bruto de $467.841, con una dedicación semiexclusiva (20 horas) y sin antigüedad. Con el último dato disponible del IPC, ese salario de un JTP con dedicación semiexclusiva ya debería haber sido de $624.634, sólo para acompañar la inflación de la era Milei. Es una diferencia o pérdida de $156.792 en un sólo mes. Representa el 33% del ingreso de un JTP en ese mes.

La mayor diferencia fue en febrero de 2024: los docentes tendrían que haber cobrado un casi un 49% más para empatar la inflación. Medio salario en un mes se comió el gobierno libertario. Atendiendo a las diferencias porcentuales de cada mes entre lo que deberían haber cobrado y lo que efectivamente cobraron, los JTP con semiexclusiva perdieron 6,7 salarios en 23 meses.

Dicho de otra forma, los universitarios hubieran incrementado en casi siete salarios sus ingresos si sus salarios hubieran acompañado a la inflación. Ni siquiera se trata de haber ganado poder adquisitivo (es decir, tener aumentos de salarios por encima del aumento de precios). Sólo si no hubieran perdido tanto, hubieran gozado del equivalente de casi siete salarios más.

Así se ve la evolución de los salarios reales de un JTP con semiexclusiva y cómo debería haber sido de acompañar la inflación.

Los salarios universitarios no alcanzan para alquilar

Desde que llegó Javier Milei al gobierno, el peso de los costos fijos se multiplicó. Según el Indec, a octubre de 2025, la inflación general acumulada fue de casi 241%, pero el costo de “Electricidad, gas y otros combustibles” se incrementó 548%, el del transporte público un 453%, el alquiler saltó un 599% y los “Servicios de telefonía e internet” se incrementaron 338%. Son todos valores que volaron muy por encima del aumento acumulado del sueldo docente universitario, de 155%.

Cabe recordar que el sueldo universitario es fijado por el gobierno nacional y que es el gobierno nacional el que recortó los subsidios a la luz y el gas, provocando tarifazos, el que derogó la Ley de Alquileres, disparando incrementos, y el que desreguló los servicios de telefonía e internet. Puntualmente, serruchó a cero los subsidios del transporte público en el interior, generando un alza en ese costo que no se refleja del todo en estas cifras, que corresponden al Gran Buenos Aires.

Si se considera un gasto normal de 30% del ingreso para el alquiler, a noviembre de 2023, y tomando los ponderadores del Indec como ciertos para el resto de los gastos fijos, el costo fijo de vida para un docente universitario que alquila pasó de 39,2% en noviembre de 2023 a 101,9% en octubre de 2025. Literalmente, para pagar los costos fijos –y comer aire– tiene que endeudarse. Si el docente universitario no alquila, entonces los costos fijos analizados pasaron de comprometer del 9,2% al 19,7% del salario, entre noviembre de 2023 y octubre de 2025. Es decir: se duplicó el peso.

Para quienes son inquilinos, la situación es completamente insostenible. Así se ve la comparación entre la pérdida del poder adquisitivo en general (salarios universitarios versus IPC) y la pérdida de poder de pago del alquiler (salarios universitarios versus alquiler). La pérdida del poder pago de un alquiler a agosto de 2025 está en un 63,5%.

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