La Organización Meteorológica Mundial advirtió en su informe para la COP30 que 2025 será uno de los años más calurosos jamás registrados, con temperaturas extremas, pérdida de hielo y eventos climáticos severos en aumento.
La WMO divulgó su “State of the Climate Update for COP30”, un reporte científico clave que describe con datos actualizados la situación crítica del clima global. Según el informe, 2025 se perfila, tras 2024, como el segundo o tercer año más cálido de la historia moderna, confirmando una tendencia de 11 años consecutivos con temperaturas récord.
Entre enero y agosto de 2025, la temperatura media global se ubicó 1,42 °C ± 0,12 °C por encima de niveles preindustriales, lo que evidencia el acelerado ritmo del calentamiento global. Por su parte, las concentraciones de gases de efecto invernadero, así como el calor almacenado en los océanos —banderas habituales del cambio climático— continuaron en ascenso, superando los valores récord alcanzados en 2024.
El informe también documenta la persistente retracción del hielo marino y glaciares: la extensión del hielo en el Ártico tras el invierno fue la más baja registrada, mientras que la de la Antártida permaneció por debajo del promedio histórico durante todo el año. A su vez, la tendencia de aumento del nivel del mar sigue vigente, pese a leves fluctuaciones de corto plazo.
Pero los datos no solo sirven como cifras alarmantes: el reporte subraya las consecuencias concretas. Durante 2025 se registraron múltiples fenómenos climáticos extremos —inundaciones devastadoras, olas de calor intensas, incendios forestales— que causaron impactos directos en vidas, ecosistemas, sistemas agrícolas y medios de subsistencia en distintos rincones del planeta. Estas crisis climáticas ya están generando desplazamientos, inseguridad alimentaria y pérdidas económicas, lo que compromete el desarrollo sostenible.
La WMO publicó este informe en el marco de COP30, celebrada en Belém (Brasil), con el objetivo de aportar una base científica sólida que fundamente las negociaciones climáticas internacionales. Según el organismo, sus datos deben servir de brújula para orientar políticas públicas urgentes que mitiguen el calentamiento y promuevan la adaptación.








