En la Asamblea General de la ONU, Argentina fue uno de los tres países que rechazó una resolución que promueve a las cooperativas como herramienta de desarrollo social y económico, generando críticas del sector solidario.
No dejan una por hacer: en una decisión que sorprendió tanto en Argentina como en la comunidad internacional, la delegación argentina en la Asamblea General de las Naciones Unidas votó en contra de la resolución titulada “Las cooperativas en el desarrollo social”, que buscaba reconocer y promover globalmente el rol de las cooperativas en la economía y la cohesión social. La iniciativa fue aprobada por una amplia mayoría de 179 países, pero recibió solo tres votos negativos: Estados Unidos, Israel y Argentina.
La resolución aprobada durante el Año Internacional de las Cooperativas 2025 —una conmemoración impulsada por la ONU para resaltar la contribución de estas formas de organización al desarrollo sostenible y a la inclusión económica— insta a los Estados miembros a fortalecer el ecosistema cooperativo, facilitando acceso a capital, condiciones legales justas, inclusión financiera, generación de empleo decente y protección social.
La postura argentina generó indignación en el movimiento cooperativo nacional y en sectores productivos que ven al cooperativismo como un motor clave de la economía. Argentina es hogar de cerca de 20 mil cooperativas activas que nuclean a alrededor de 18 millones de asociados, con presencia en sectores tan diversos como servicios públicos, producción agrícola, seguros, vivienda y crédito.
La reacción del Gobierno argentino fue definida internamente como una posición contra lo que consideró consignas “colectivistas” o intervencionistas, alineándose con Estados Unidos e Israel en el rechazo. Sectores cooperativos, en cambio, ven la medida como un gesto que contradice el arraigo histórico de estas organizaciones en el país y su reconocido rol en la economía popular y el desarrollo local.
La decisión fue especialmente polémica debido a la presidencia de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), la principal organización mundial del sector, que desde 2017 está liderada por el argentino Ariel Guarco, referente del cooperativismo de servicios públicos. La ACI representa a más de mil millones de personas en todo el mundo a través de miles de federaciones y organizaciones cooperativas.
Desde el sector solidario se criticó que Argentina rechazara una resolución de carácter declarativo —sin obligaciones legales— que buscaba ampliar la visibilidad y respaldo institucional de las cooperativas. Para dirigentes y productores, el veto diplomático no solo contradice la realidad económica local, sino que también arroja dudas sobre el rol que el país pretende jugar internacionalmente en materia de desarrollo social y cooperación económica.
El impacto de la votación negativa tendrá repercusiones tanto en la política exterior argentina como en el panorama interno del cooperativismo, generando un debate entre quienes sostienen que la medida responde a una visión ideológica del Gobierno y quienes cuestionan la coherencia de una postura que va a contramano del peso de las cooperativas en la economía y sociedad del país.
Fuentes: Prensa Cooperativa / Ansol / Acción Cooperativa










