La fuerza bajo estudio

Los resultados de dos informes sobre la cárcel y la Policía, del Programa
Delito y Sociedad de la UNL.
“El reclamo más constante es de recursos al interior de la
cárcel. En el caso de la prisión de mujeres funcionan solamente dos aulas
satélites, y se planteó también la necesidad de contar con recursos humanos que
se dediquen exclusivamente a tareas administrativas, o a tratar con el sistema
penitenciario” se escuchó en la sala del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la
UNL. Estaban presentes los directivos de las Unidades
Penitenciarias Nº 2 de Las Flores y Nº 4, de Mujeres, docentes de la casa y el
equipo de estudiantes y graduados de las carreras de Derecho y Sociología de la UNL, que participan del
Proyecto de Extensión de Interés Social (PEIS) Observatorio Prisión y Derechos
Humanos.
Quien hizo la afirmación fue una Luciana Ghiberto, becaria
del Observatorio, en el marco de la presentación un monitoreo de más de 70
entrevistas cualitativas: Educación en contextos de encierro. Problemas y
desafíos.
“Desde hace un tiempo, el Observatorio realiza una actividad
que consiste en visitas a las dos prisiones de la ciudad de Santa Fe sobre
temáticas específicas, rescatando la voz de las personas que viven y trabajan
allí, para poder visibilizar ciertos problemas que existen en el ejercicio de
los derechos por parte de la población privada de su libertad”, explicó Máximo
Sozzo, el coordinador del Observatorio y director de Delito y Sociedad, el
programa de extensión que le sirve como marco.
“Se reclama la importancia de declarar formalmente que la
escuela es un espacio importante dentro de la cárcel porque la escuela es un
espacio importante dentro de la cárcel porque los internos están privados de su
libertad, pero no del derecho a la educación”, recordó la joven.
El objetivo de la investigación fue analizar cómo funcionan
las distintas instancias educativas al interior de las prisiones, y qué
problemas enfrentan en la actualidad. Para ello se relevó la inscripción,
asistencia a clases, organización y convivencia en los cursos y modos de
evaluación y promoción; la disponibilidad de recursos materiales y humanos; la
superposición de las actividades pedagógicas con otras del Servicio
Penitenciario; la relación de la institución educativa con la lógica de la
prisión; y la articulación con otros actores y espacios de capacitación del sistema
penal. Otro de los ejes del informe apunta a los efectos de la reforma de la Ley 24.660, en 2011, y la
incorporación del denominado “estímulo educativo”: el avance anticipado a un
régimen progresivo de ejecución de la pena para quienes estudien.
La presentación pública del informe constituyó a su vez una
instancia de intercambio con los actores que participaron del estudio “para
promover un debate sobre cómo superar los obstáculos que se identificaron”,
comentó Sozzo.
La policía
Más de la mitad de los santafesinos ve el desempeño
policial, a nivel ciudad y en el propio barrio, como muy malo, malo o regular.
Y esa imagen de la policía empeora en el norte de la ciudad. La observación
proviene de un estudio en base a una muestra de 2800 hogares, que además indaga
sobre se experimenta el contacto con el personal policial, cuando se da. La
investigación es un desarrollo de una encuesta anterior, realizada en 2008,
también por Delito y Sociedad.
“Cuatro de cada diez encuestados considera que la policía
utiliza un uso excesivo de la fuerza. Cinco de cada diez ciudadanos piensa que
la policía no respeta los derechos de las personas” describió Sozzo para LT10,
dando a conocer los resultados. “En términos generales, los datos nos revelan
que los problemas que ya habíamos detectado en el 2008, en cuanto imagen de la
institución, siguen estando presentes. Aquí no hubo cambios en relación a la
encuesta de 2008” apreció.
Sin embargo, el docente de la UNL precisó que “sí hubo cambios en la valoración
que tienen los ciudadanos sobre los contactos con la policía”. “La interacción
entre policía y ciudadanía genera, en general, insatisfacción en los
ciudadanos. Luego del contacto, la imagen que los ciudadanos tenían sobre la
policía se vuelve más negativa. Esto cambió en relación al 2008. Hace 4 años,
la imagen de la policía mejoraba en el contacto”, ponderó.
Publicada en Pausa #120, miércoles 28 de agosto de 2013

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