El renacer de El Birri

Foto: Niñes del taller de fotografia del CCYS El Birri.

Un voraz incendio tomó parte del Centro Cultural. El reclamo por los años de desidia del Estado, la clave.

En la madrugada del 31 de julio, un voraz incendio se desató en la ex Estación Mitre, ahí donde funciona desde hace dos décadas el Centro Cultural y Social El Birri. La conmoción y el acompañamiento de organizaciones barriales, sociales y culturales, fue automática.

Pero aunque la suma de voluntades fue importante para sostener en los primeros días a El Birri, las responsabilidades antes y después del incendio, siguen siendo, por acción u omisión, del Estado.

El 3 de septiembre se conocieron los resultados del peritaje realizado por los Bomberos Zapadores luego del incendio. Según el informe, el fuego se originó en el exterior de la ex estación, en los andenes –tal como lo venían señalando desde el primer día les birris–, que la fuente desencadenante pudo haber sido un “fósforo, encendedor, papel encendido o brasas”, y que el fuego fue captado por las cámaras de vigilancia cerca de las 2:36 de la madrugada. Sin embargo, recuerdan desde El Birri, esa noche los bomberos arribaron recién a las 3:50.

Este informe dio fundamento a los reclamos que desde hace años vienen realizando quienes integran el centro cultural y que hacen caer las responsabilidad del siniestro en el Estado municipal comandado, en ese momento, por José Corral: “Desde hace años denunciamos que la actual gestión utiliza el andén como depósito de escombros y de los paragolpes del TC 2000. También denunciamos el femicidio de Gisela Bustamante en 2016, el encharcamiento y la problemática del dengue, que hasta hoy no han sido resueltas”, explicitaban desde el espacio y señalaban una “desidia y abandono planificado de todo el predio y, particularmente, del andén”.

Las gestiones con la Municipalidad para que la reconstrucción de El Birri comenzará inmediatamente fueron igual de difíciles que las llevadas adelante antes de este momento crucial. Falta de respuesta, reuniones suspendidas, funcionarios ausentes en los encuentros pactados y el silencio absoluto de José Corral ante lo sucedido.

Aún con esta situación, les Birris se las ingeniaron para nunca dejar de ocupar los espacios habitables del edificio y trasladar a la calle o plazas las actividades, sobre todo a las que asisten decenas de niñes de los barrios del oeste de la ciudad. 

A cinco meses del incendio, ya funciona la Sala Popular de Teatro, diversos talleres y están en marcha los preparativos para el tradicional y mágico carnaval birriano, que en esta oportunidad dará testimonio de como las lágrimas, los abrazos, las miradas perdidas de esa madrugada de julio se convirtieron en energía para motorizar la reexistencia de El Birri.

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí