Lo que sólo cambia de nombre

Discriminación, explotación y violencia: tres antiguas formas de dominación que las mujeres siguen sufriendo.

La discriminación y la violencia hacia las mujeres atraviesan los siglos, tomando nuevas formas para seguir instaladas. Si bien se avanzó en ciertas problemáticas que rodean al género, quedan aún muchos prejuicios por derribar.
Los datos grafican la situación de vulnerabilidad: la OMS indicó que la violencia doméstica mata más mujeres que el cáncer. La Cepal estima a que de un 30% a un 60% de las mujeres son objeto de maltrato en América Latina. La gran mayoría de estos delitos permanecen en la impunidad. El Equipo Interdisciplinario de Violencia Familiar de la provincia atendió más de 500 consultas en el año; la mayoría, casos de violencia tienen lugar en la familia, sin distinción de clase, religión o acceso cultural. “Muchas instituciones sociales tienen estructuras o formas de concebir la vida desde formas totalmente diferentes a las que tenemos. Cuando se construye para una equidad de género, se lo hace desde una perspectiva igualitaria y desde una construcción de modelos de vida desde la horizontalidad. Desde nuestra perspectiva, la violencia es una de las cuestiones principales a abordar. Dentro de eso incluimos la lucha contra la desigualdad, el machismo y los esquemas patriarcales. Pero siempre estamos comenzando y se requiere de una posibilidad de cambio importante por parte de la sociedad”, opinó Patricia Méndez Lissi, directora del Equipo, cuya forma de trabajo se sustenta “en la posibilidad de la autogestión y cambio de cada sector”. Desde la Dirección Provincial de las Mujeres, María Rosa Ameduri también reconoció que “el comportamiento de la Justicia responde a mandatos y a pautas culturales que tienen mucho que ver con cuestiones autoritarias y con una fuerte presencia del varón”.
En consonancia, Silvina Sierra junto a su pareja, Paula Heredia –caras visibles de Las Diversas, agrupación de mujeres santafesinas–, plantean la necesidad de dar a conocer la lucha lésbica y feminista. “Hacemos hincapié en el amor entre mujeres. Visibilizar no significa el exhibicionismo del cuerpo sino de la persona como ser humano, como mujer fundamentalmente, dentro toda la sociedad. Hay un gran prejuicio con respecto al feminismo: todavía hay gente que piensa que es odiar al hombre. Falta información, conciencia y también sensibilizar a la gente”, advirtieron.
Junto a representantes de varias corrientes políticas y civiles, fundaron el Espacio de Mujeres de Santa Fe, que se presentó en sociedad el 28 de septiembre, Día por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe. “Nuestra idea es estar en todas las fechas de agenda referidas a la lucha de las mujeres y hacer reclamos al Estado, con el cual todavía no tenemos contacto”, expresaron Las Diversas como objetivos.
Otro aspecto de la violencia contra la mujer, que tuvo presencia este año en los medios y en lo legislativo, es la trata de personas, uno de los tres negocios ilícitos más rentables, junto a las armas y las drogas. Se estima que 4 millones de mujeres son explotadas como prostitutas en el mundo. En Argentina hay más de 600 mujeres desaparecidas, presuntamente secuestradas para la prostitución. Nuestra provincia figura en un informe de la Organización Internacional de Migraciones como uno de los principales lugares de captación de niñas y mujeres, y de rutas por donde pasan los tratantes; la Defensoría del Pueblo recibe al menos dos denuncias por semana. Aunque parezca irreal, recién en abril la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la norma que penaliza el tráfico de personas, con penas de 3 a 15 años. Ameduri afirmó que “se hace imprescindible entender que la trata de personas es una grave violación a los derechos humanos, considerada la esclavitud del siglo XXI”.
En la provincia, un proyecto de ley presentado por la diputada Alejandra Vucasovich tiene como objetivo “la adopción de medidas destinadas a prevenir, detectar y combatir el delito de trata de personas; la protección y asistencia a las víctimas de ese delito respetando sus derechos humanos (...); el auxilio y apoyo al grupo familiar de la víctima y la cooperación entre el Estado federal, los estados provinciales, los municipios y comunas”.
Mabel Busaniche, una histórica militante santafesina por los derechos de las mujeres, hoy en la Asociación Civil Palabras, opinó que “todas las leyes son acciones positivas que a partir de la práctica se convierten, se legitiman y hacen al mundo simbólico para empezar a trabajar la temática”. No obstante, alertó que “en la prevención estamos acumulando mucho miedo en las niñas y en las adolescentes. No es desde el miedo donde vamos a prevenir. El mensaje es tener cuidado y el desafío es cómo hacer para que ese cuidado esté, dentro de un marco donde las chicas y los chicos puedan hablar, confiar, distenderse y encontrar que aquellos que estamos haciendo prevención les vamos a seguir dando una mano”.
Sin dudas las luchas femeninas ganan terreno y se visibilizan. Quedan materias pendientes: el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y la decisión política harán el resto.

Publicado en Pausa #31, 12 de diciembre de 2008.
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2 Comentarios

  1. me molesta que se trate al aborto como una lucha de las mujeres. yo soy mujer y estoy en contra del aborto. en todo caso será una lucha de personas que están a favor del mismo. personalmente me parece la solucion facil de la que en otros ambitos siempre rechazamos.

  2. Andrea: por supuesto que cada persona tiene su posición al respecto. En el artículo no se intentó afirmar tácitamente que el aborto es un tema estrictamente femenino, sino dar a conocer la lucha de distintos sectores de la ciudad preocupados por los abusos de género. Los números y estadísticas, aunque parezcan sólo eso, muestran a las claras una realidad que golpea: las mujeres seguimos viviendo bajo viejos esquemas patriarcales en pleno siglo XXI.

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