Educación sexual, a marzo

La puesta en marcha de la ley recibió duras críticas de la Iglesia.

A mitad de año se reeditó el debate en torno a la implementación de la educación sexual y prevención de Sida en las escuelas, con motivo de la presentación de un manual de educación sexual impulsado desde el Ministerio de Educación de la Nación. Los preceptos fueron elaborados para que los docentes logren abordar contenidos a fin de construir una sexualidad plena, sana y responsable. La voz eclesiástica se alzó y el obispo de La Plata, Héctor Aguer, presidente de la Comisión de Educación del Episcopado y admirador de Hugo Wast, objetó los contenidos por “neomarxistas” y “reduccionistas”, sobreponiendo argumentos religiosos por sobre los científicos. Las críticas fueron realizadas al momento de asumir Alberto Sileoni como ministro de Educación.

Desde Ctera, Stella Maldonado dijo que “la información y la formación que las escuelas deben brindar a los estudiantes en materia de derechos sexuales y reproductivos debe ser científica y respetuosa de la diversidad incluyendo, por supuesto, la diversidad de creencias religiosas”. Y replicó: “causa espanto este ataque burdo a una política pública”, mientras recordaba el prontuario eclesial en la figuras de Julio Grassi y Christian Von Wernich, condenados por abuso sexual y crímenes de lesa humanidad respectivamente.

Sileoni también respondió a Aguer. Tras explicar que el material “promueve valores y no una mera genitalidad”, advirtió que el Estado “tiene la obligación de hacer cumplir la ley” de Educación Sexual en las escuelas. El titular de Educación aclaró que las críticas de Aguer se dirigen a un documento del Ministerio que no llega a las escuelas ya que se trata de un material “que se ha usado para algunas capacitaciones docentes” y contiene una serie de textos “con enfoques distintos”.

Con la educación sexual, el Estado tiene tres preocupaciones centrales: el abuso infantil, que está creciendo; el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual. Así, los contenidos promovidos por el Ministerio están enfocados principalmente a estas tres problemáticas, pero también apuntan “al respeto hacia el otro, al amor”. “Nosotros queremos centrarnos en esos temas, desde el nivel inicial hasta el nivel superior”, dijo Sileoni al remarcar que “nadie puede negar la virtuosidad del preservativo para prevenir enfermedades”.

El texto de la Ley de Educación Sexual Nº 26.150, sancionada en octubre de 2006, fue ampliamente debatido por una gran cantidad de organizaciones de derechos humanos, de salud, de defensa de los derechos de la infancia, de igualdad de género, sindicatos docentes, académicas, etcétera. Establece como educación sexual integral “la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”. Su articulado propone objetivos y acciones encaminados a garantizar derechos consagrados en la normativa vigente del país y en los pactos internacionales de Derechos Humanos suscriptos por la República Argentina e incluidos en la Reforma Constitucional de 1994.

En Santa Fe, a lo largo del año pero sobre todo en la segunda mitad, el área específica del Ministerio que trabaja sobre el tema se dedicó a capacitar a los docentes de cara al nuevo desafío: convertir el complejo tema en un contenido más para que los chicos aprendan en el aula lo que no siempre pueden aprender en la casa.

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