Una forma de pasar un duelo es recordar cuál fue la cosa buena que uno tiene en el recuerdo. Los momentos y las cosas buenas que el tipo impulsó. Que alguna vez, en los '90, en el 2001, en el 2003, parecían imposibles

Podemos nombrar algunas, unas pocas.

El cuadro de Videla y haber vuelto la política de Derechos Humanos una efectiva cuestión de Estado. La Corte Suprema más proba y mejor elegida de toda la democracia reciente. La derogación de la Ley de Flexibilización Laboral (la Ley Banelco), la apertura de las paritarias, el REPRO bancando las crisis. La férrea política exterior latinoamericana (cuando un genocida imbécil como Bush estaba en su pico). El pago de la deuda ilegítima, sí, pero también su reestructuración y su fabulosa reducción, en un porcentaje que ningún otro país logró todavía. La incorporación de 2.500.000 personas que en los '90 fueron expulsados del mercado de trabajo y que nunca, jamás, iban a poder jubilarse, junto al fin del negociado financiero más importante y usurario de la historia argentina: la apropiación del dinero de los trabajadores en las AFJP. La ley de medios. La ley de matrimonio igualitario. Llevar la inversión en educación al 6% del PBI: un reclamo histórico de la población en general, tanto como la Asignación Universal por Hijo. Haber retirado la policía de la represión de la protesta. Haber conducido el proceso por el que salimos de ese desierto de pobreza absoluta y violenta en el que nos habíamos acostumbrado a vivir y que, por momentos, parece que olvidamos que existía.

Recordemos, también, a quienes construyeron grano a grano de forma inclaudicable esa figura de psicópata demenciado, tan extendida en ciertas franjas del sentido común. Una figura, un odio visceral, que logró superar y subsumir todas las legítimas críticas que hubieron y hay sobre su acción política. Hoy esos cuervos están en silencio u ofrecen condolencias. (O en privado festejan, como supo pasar en otros tiempos aciagos).
Está bien la cortesía. Pero estemos atentos a qué se dice mañana. Porque la historia argentina sigue. Estemos atentos a cómo se habla de "las emociones", de "la vehemencia". A cómo pondrán en duda saludes mentales, fuerzas institucionales, construcciones políticas. A cómo con el cadáver se actuará sobre el poder democrático.

Un solo comentario

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí