Letras frescas

Las
producciones independientes son un soplo de aire renovador. La experiencia de
María Muratore.
Por Juan
Almará
Las editoriales independientes son una realidad en nuestro
país. Mientras las grandes cadenas extranjeras apuestan a lo seguro, ellas se
juegan por ignotos nombres que hoy brindan importantes aportes al panorama
literario nacional.
En la región
Santa Fe no es ajena a esta movida. Prueba de ellos son las
iniciativas surgidas en los últimos años: Ediciones Diatriba, nacida en 2008 y
La Gota en 2009. En Julio de 2010, vio la luz María Muratore Ediciones. Allí
convergieron Luis Escobar, de la librería Palabras Andantes, Luciano Candioti,
de la Asociación Civil Juanito Laguna y Federico Coutaz. Pausa entrevistó a
Escobar y Coutaz, con el fin de conocer los orígenes y el presente de la
editorial, indagar en su metodología de trabajo, debatir el significado de la
independencia y charlar del futuro.
Érase una vez un libro
Este colectivo nació con Los pecados provinciales, una
novela histórica de Luis Candioti. Coutaz recuerda que “Candioti ya había
sacado ediciones de autor. Llega con la idea de editar la novela a la
Asociación Civil Juanito Laguna, donde se imprime con equipos propios. Proponía
que el dinero que se recaude con las ventas quede para la ONG, su interés no
terminaba en la salida del libro. Por otro lado, yo también estaba en Juanito
queriendo publicar”. Escobar agrega que él dialogaba con dicha organización
evaluando la viabilidad de lanzar una editorial en forma conjunta con su
librería. Coutaz retoma para cerrar: “a raíz de la inquietud de Luis,
terminamos convocados pensando qué posibilidades había de armar una editorial
independiente en Santa Fe. Y así arrancamos, con su contribución económica para
pagar ese primer libro. Después logramos sacar dos más de literatura”.
Y nacieron los tres primeros hijos de papel. El primero fue
la novela, cuyo escenario se sitúa en un pueblo del interior a mediados del
siglo pasado. El título diferencia los pecados capitales de los provinciales,
que en palabras de su autor “son los vicios menores del alma, que no por ser
menores dejan de ser dañinos”. El segundo es Algunas palabras de madrugada,
donde el cantante de Cabezones, Cesar Andino, narra su internación posterior al
accidente que sufrió en 2006. El tercero lo compone la recopilación de cuentos
de Coutaz, llamada Papeles en el suelo. Analía Gerbaudo expresa que en los
relatos allí presentes, “las pequeñas historias se cuentan con la suficiente
tensión como para hacer de ellas inscripciones literarias”.
Un nombre, un espíritu
El nombre de este proyecto se relaciona con su impronta
luchadora. María Muratore es el personaje central de Río de las congojas,
novela publicada en 1981 por la jujeña Libertad Demitrópulos. Luis cuenta que
“la historia trata sobre la colonización de Santa Fe la Vieja. A María Muratore
le pasan diferentes situaciones. Desde viajar escondida dentro del barco de los
españoles, a rebelarse en el Paraguay y, cuando baja en Santa Fe para la
fundación, pasarse del bando de los españoles al de los mancebos. Fue una mujer
guerrera” Recuerdan que Ricardo Piglia afirmó que Demitrópulos es la mejor
escritora argentina. A Federico no le parece exagerada la opinión del autor y
agrega que la novela “impacta, sorprende, es inclasificable. Y a la par de eso,
está olvidada y es desconocida” Escobar reflexiona sobre la particularidad de
una norteña relatando la historia de una ciudad del litoral que nunca pisó. Y
une ideas: “eso tiene que ver con lo que planteamos en la Colección Fronteras:
hablar de Santa Fe sin encerrarnos ahí. La posibilidad de narrar sobre un lugar
sin estar habitándolo”.
Atravesando fronteras
“Fronteras” es la colección que reúne publicaciones que
giran en torno a las ciencias sociales. El financiamiento para su concreción
llegó de la mano de una distinción otorgada por el Ministerio de Innovación y
Cultura de la Provincia de Santa Fe. La propuesta fue seleccionada como
Producción editorial en la convocatoria 2010/2011 de Espacio Santafesino, un
programa estímulo a las iniciativas culturales. Como primer eslabón de esta
cadena, en la edición del año pasado de la Feria del Libro de Santa Fe, fue
presentado Auroras en Provincia. Proyectos educativos y discursos pedagógicos
en la formación docente santafesina (1909-2009) cuya compilación estuvo a cargo
Bernardo Carrizo y Juan Cruz Giménez.
En el marco de la iniciativa provincial
se encuadran dos títulos más. Uno es Plástica santafesina. Renovaciones
estéticas en los años 60 de Ivana Splendiani, que se está dando a conocer
actualmente. El último se llama Hasta la vista con el oído. Los códigos
audio-visuales en la educación musical, de Camila Molinas y Gustavo Omega. El
objetivo es culminar la triada para abril. Una vez terminado el convenio,
planean continuar “Fronteras” con dos títulos más. Uno aborda las problemáticas
de psicoanálisis y educación, y será una co-edición con la UNL. El otro es
Memorias en montaje. Escrituras de la militancia y pensamientos sobre la
historia de Roberto Pittaluga y Alejandra Oberti, aparecido originalmente en
2006 por Ediciones El cielo por Asalto. Este lanzamiento está previsto para
finales de junio.
La dinámica de trabajo
La publicación de un libro responde a un proceso que
comienza cuando el texto llega a manos de los editores. Luis nos explica el
recorrido: “recibimos un material, lo leemos y si nos interesa, vemos en qué
colección lo ubicamos. Ahí empezamos con la corrección. Una vez que acordamos
las modificaciones, pasamos al diseño. Tenemos un diseñador que trabaja en
Juanito Laguna. Él se encarga de la diagramación, el armado interno y las
tapas. Se hacen varios modelos de portadas, se consulta con el autor y
acordamos algo que le guste a él, a nosotros y que quede dentro de la estética
de la colección. Una vez que está la impresión trabajamos la distribución. Los
primeros libros, al ser de literatura local, circularon por Santa Fe, Paraná y
en alguna ciudad de la región. Con “Fronteras” largamos una comercialización
que implica ciudad y provincia Buenos Aires y el litoral. Pero es un laburo muy
incipiente”.
Las dificultades
Tanto Luis como Federico reconocen que la editorial no es su
actividad principal. Esto deriva en la imposibilidad de una dedicación
sistemática. Y los problemas no tardan en aparecer. Coutaz afirma que “cuando
ganás un premio pensás que lo fundamental es la guita. Pero te encontrás con un
montón de quilombos que estamos aprendiendo a resolver. Se nos complicó mucho,
sobre todo con los tiempos y las formas. Pero estamos con ganas”. Escobar acota
que “trabajar sobre la marcha nos enseña a adecuarnos a nuestras posibilidades.
En este momento estamos revaluando cuales son nuestras perspectivas concretas
de editar. Hay mucha gente que quiere hacerlo. El problema es definir qué
queremos buscar y qué podemos ofrecer”.
¿Independencia o autonomía?
El 14 y 15 de abril de 2011 se realizó en Paraná una Jornada
de Editoriales Independientes, en la cual Maria Muratore Ediciones participó.
Sobre esa experiencia, Luis recuerda que “se dio un intercambio de posturas.
Hubo gente de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe”. Cree que “una de las cosas
a definir es el significado de independiente. Se puede hablar de editoriales
autónomas, en el sentido de que se autosustentan. Y dentro de ellas hay mil
proyectos diferentes. Está la que hace todo a pulmón o las que son autónomas
pero administran los fondos de autores. Eso difiere de otras que apenas pueden
subsistir libro a libro” Federico cree que “hay una fuerte cuestión de
militancia y actitud política directa. No nos surge plantearlo así, y no es que
no tengamos posturas: en un criterio de selección se juegan cuestiones
ideológicas. Para nosotros, lo político es la posibilidad de construir una
alternativa real de existencia de textos que permita la circulación del
material. Hay un contexto provincial y nacional que favorece esta cuestión”.
El balance
El responsable de Palabras Andantes expresa que “siempre
estamos en punto de partida. No logramos pasar del proyecto. Publicamos cinco
libros con tres ediciones. No es suficiente como para hacer un balance. El tema
pasa por una cuestión de aprendizaje: pensar qué cambiamos de lo que
proyectamos y cómo nos adaptamos a la realidad. Al principio era todo utópico y
ahora trabajamos con los pies en la tierra” Federico aporta las últimas y
justas declaraciones: “me acuerdo de las primeras reuniones. Uno podría
pensarlas como promesas de borracho, aunque estábamos sobrios. De eso a hoy hay
cinco libros. Y seguimos”.
Publicada en Pausa #91, miércoles 11 de abril de 2012

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