Christian Basilis en Santa Fe y Hernán Casciari en teleconferencia desde España, sobre el fenómeno la revista Orsai.
En un video que puede encontrarse en Youtube (Matar al intermediario) el periodista y escritor mercedino Hernán Casciari cuenta su odisea con las grandes empresas editoriales y periodísticas. Allí, en el marco de una conferencia del TEDx Río de la Plata, relata su derrotero desde el blog Orsai, creado en la nostalgia española, hasta la revista bimestral Orsai de distribución mundial (en formato gráfico y digital), que hoy lleva adelante sin editorial ni auspicios publicitarios. En el medio, su desengaño con las multinacionales de la industria cultural. Su exposición es un alegato a favor de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y en contra de los esquemas de las empresas tradicionales.
Hoy, Orsai posee 4695 suscriptores en todo el globo. Cuando llegué a los 5000, se lanzará el proyecto mediante el cual los suscriptores decidirán qué libros serán editados. Mientras, en San Telmo ya funciona el Orsai Bar. La librería El Arca del Sur es la distribuidora oficial de la publicación en Santa Fe. Sus dueños organizaron su presentación el 18 de Mayo a las 20:30, en ATE San Luis. En ella participó físicamente Christian “Chiri” Basilis, Jefe de Redacción de la publicación. Y vía Skype, pudimos ver y escuchar a un trasnochado Hernán Casciari (en España eran las 2 AM cuando empezó el encuentro). Pausa condensó las mejores declaraciones de una larga velada, condimentada por la presencia de los lectores de Orsai, verdaderos fans de esta propuesta de culto.
Un poco de historia
“Orsai nació como un blog a finales de 2003. Lo empecé en Barcelona, muy poquito después de que me vine a España. Tenía un poco de nostalgia por comunicarme con la gente cercana y lo armé, en una época en la que no eran masivos. Le di la dirección a Chiri y a siete personas más. Y empecé a escribir unas cositas que ahora son lo que está haciendo Gasalla en el teatro (se refiere a la adaptación de la blognovela Más respeto que soy tu madre). Empecé a contar ese cuentito, a la gente le gustó, funcionó bien y produje otros textos. Y Orsai se fue nutriendo durante años de pequeños textos. En un momento me empezaron a llamar de editoriales y diarios y comencé a trabajar con ellos. Un día de 2010, cuando Chiri ya vivía en España, mandé al carajo todo eso porque tenía ganas de hacer algo que me sedujera y me resultara más grato que laburar para estas empresas. Entonces armamos la revista, de una forma que empieza a ser costumbre en estos tiempos, pero que a la vez, sigue siendo una manera novedosa de realización. Es decirle al lector ‘vamos a hacer tal cosa’ y que él nos apoye, sin la necesidad de publicidad y distribución tradicional. Arrancamos el año pasado y ahora vamos por el número 7. Orsai es una revista de crónica narrativa y literatura con gustos muy personales, para los lectores de ese blog que con el tiempo se fueron haciendo cada vez más multitudinarios. La única forma en la que un editor trabaje sin publicidad y subsidios, es que la gente lo difunda de boca en boca, diciendo ‘mira esto qué bueno que está’. Y así podemos hacer un producto con dibujantes y escritores que admiramos y que no se acerca en ningún vértice al formato tradicional de generar contenidos”.
Redacción descentralizada
“En los días de cierre, que son maratónicos, tenemos una correctora en Mercedes; otra en San José de Costa Rica; Chiri y su esposa –que es la diseñadora– en Jaúregui (provincia de Buenos Aires); Horacio Altuna en Sitges (Cataluña) y yo en Sant Celoni (también Cataluña). Estamos todos conectados al mismo tiempo. Los que más charlamos somos Christian y yo. Los demás están trabajando, recibiendo información y páginas para corregir y editar. Esta metodología la adoptamos desde hace dos números. Antes lo hacíamos todo en Sant Celoni. Al principio me costó acostumbrarme y últimamente lo estoy disfrutando mucho. Empiezan a aparecer herramientas nuevas como el Google Drive –que es alucinante para hacer corrección a seis manos– que son precisas y logran que no te des cuenta que estás trabajando desde cinco países distintos. Además de abaratarte los costos de oficina, te permiten trabajar con gente con la que te sería imposible laburar de forma física, porque está viviendo en otra parte. Hago hincapié en estos nuevos sistemas que alojan todo en la nube porque son el comienzo del fin de la transición. Es decir, poder trabajar desde tu casa y no tener que estar más en los embotellamientos de tránsito en los suburbios de las grandes ciudades. Es el principio de algo que trasciende lo laboral y va a tener que ver con el estilo de vida del futuro”.
Los problemas
“Todo lo creativo, la parte artística, lo que tenía que ver con pensar, soñar y diagramar, salió como lo esperábamos. Desde el día que empezamos a pensarlo hasta cuatro meses después, cuando se editó el primer número. Lo demás –logística, distribución, impuestos, gravámenes, cosas vinculadas a la matemática y a la seriedad– salió para el orto. Lo que no tiene que ver con lo que amamos desde los 15 años, no lo vamos a saber hacer nunca. Tiene el peso negativo de ser lo que nunca tenés ganas de dedicarte”
Literatura(s)
“Lo que cambió en los últimos diez años es la velocidad con la que el lector recibe la misma literatura de siempre. Cuando me puse a escribir Más respeto que soy tu madre era una novelita en capítulos que publicaba los lunes, miércoles y viernes, de la misma manera que ocurría en el siglo XIX. La diferencia es que yo apretaba un botón y en ese mismo momento le llegaba a los lectores. En el siglo XIX tardaba 30 días entre una cosa y la otra. Esos 30 días no tienen nada que ver con la literatura. Se relacionan con el progreso. La literatura sigue siendo la misma”.
El futuro
“No tenemos mucha capacidad neuronal para planear construcciones a largo plazo. Terminamos el número 7, vamos por el 8 y queremos llegar al 10, es lo que prometimos. Después, no tengo idea. Seguramente en octubre definiremos hacia donde queremos ir. Pero de acá a cinco años es absolutamente imposible planificar. A mi me gustaría hacer algo divertido, pero no tengo más certezas que eso”
Basillis aportó lo suyo: “Pensabamos Orsai como un proyecto de un año. No teníamos más aspiraciones que cuatro números. Cuando los terminamos, nos dimos cuenta que, además de gustarnos el laburo, generamos una relación super interesante con los lectores. Teníamos la plataforma, el entusiasmo y todo para seguirlo. El envión de la gente nos llevó a un segundo año. Si eso se mantiene, seguiremos. Y si no, no haremos nada. Todo lo que está surgiendo en el universo Orsai, desde el primer post de Hernán en adelante, fue por generación espontánea. Y queremos que sea así. No buscamos arbitrar racionalmente dentro del proyecto. Va tomando su forma de acuerdo al avance natural que tiene. Por momentos somos espectadores de lo que pasa. Y eso es lo que nos divierte de este experimento. Si nos pusiéramos a planificar, trazando metas concretas, seguro nos aburriríamos. Nos saldría mal”.
Publicado en PAUSA #94, a la venta en los kioscos de SF