Ensayos musicales

Inocencio Makena: el disco debut de una banda entregada a una mansa experimentación.


Por Juan Almará

Divididos, Tanguito, Sonido Lila y Patricia Terrero forman parte del amplio collage en el que se plasma el mundo de los santafesinos Inocencio Makena. Su primera producción (que lleva el nombre de la banda, Inocencio Makena) fue editada en junio y puede descargarse en www.inocenciomakena.com.ar.
El grupo está integrado por Maxi Pez en voz, Gunter Engelmann en bajo y programaciones, Ludmila Magno en percusión y el DJ Nico Gómez. Sin temores, se adentran en un terreno experimental que coquetea con aires litoraleños y bases electrónicas, sin dejar de lado otras búsquedas. Integrado por tres temas propios, tres covers y un texto musicalizado, el debut muestra un espíritu inquieto.

Uno por uno
Un clima de relax invade el disco (casi) de principio a fin, empezando por el hermoso paisaje de río y verde que inunda la tapa. “Amor de primavera” confirma esa hipótesis. La canción, cuya autoría pertenece a Tanguito, fue incluida originalmente en “Tango”, material póstumo del malogrado artista, editado en 1973. La calma voz de Pez se funde con la guitarra acústica, las máquinas y el ir y venir del acordeón.
“Brutal” es el segundo track. Se trata de un fragmento del ensayo “Imaginario social en los márgenes de la modernidad” de Patricia Terrero, fallecida referente de las ciencias de la comunicación. La voz de Maxi rapea entre las bases, mientras dispara frases como esta: “¿qué es lo que hoy pasa en los márgenes, en las orillas, en las hendijas de esta nueva racionalidad, de esta nueva época de modernización que pareciera indicar más bien la ‘explosión’ de lo diverso?”. El texto elegido no desentona con la indagación sonora y poética que proponen.

“Vengo del placard del otro”, es el cover de Divididos que sigue. Incorporando una cadencia milonguera ausente en el original, Inocencio Makena propone una interesante intervención.
“Labios” se llama el cuarto tema del disco y es el primero propio. Una dramática historia de desamor, rompe con la tranquilidad hasta ahí reinante. Otra vez la impostación tanguera se mezcla con las programaciones y los acordes malevos, para dar forma a un peligroso triángulo amoroso: “en ese bar / viniste hacia mi mesa / y fuiste esa noche / del postre, la cereza / oculta ibas de un infeliz / que según cree / te lleva de la nariz”. En la red social Vimeo puede encontrarse un clip de esta canción, dirigido por Maira Dalla Fontana y realizado íntegramente en la Fundación Birri.

Retomando la calma, llega “Guisantes”, de los locales Sonido Lila. La banda se adentra en el formato pop, mixturado con la delicada armonía de las calimbas.
“Sólo quiero ser” vuelve a la lírica angustiante e intensa, destilando cierto pulso rockero. La voz de Pez recuerda a Cristóbal Repetto, el joven cantante orillero que rescata el estilo originario del género. En Youtube está alojado su video, que combina fragmentos de las películas La leyenda de Aniceto y la Francisca y Aniceto. Todo un homenaje a Leonardo Favio, a quien recordamos.

La obra se cierra con la optimista “Vidas encendidas” (“la realidad hoy arde / pero sé que aún no es tarde / para enfrentar la vida / y a la muerte que tira / para cerrar heridas / con vidas encendidas”) delineada por su timbre acústico y por una marcada línea de bajo. Este tema posee un complemento audiovisual, dirigido por Valene Dilenque y filmado en Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe (también encontrable en Youtube).

En camino
Entre acordeones que dibujan escenarios litoraleños y golpes beat que remiten a contextos urbanos, los Makena desgranan historias cargadas de amor y desencuentros. Hábiles al momento de aprovechar las oportunidades de creación y difusión que brindan las nuevas tecnologías, cuentan con un futuro prometedor y es de esperar que se arriesguen a incrementar las composiciones propias.

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