La cruzada por una internet libre

ANUARIO 2012
El cierre de Megaupload, Anonymous, Wikileaks y la Primavera Árabe: la red
está caliente.

Por Libertad Vives
El futuro llegó hace rato, decía Patricio Rey. Hace apenas
unas décadas hubiera sido difícil imaginar que la lucha por la libertad de
expresión se libraría en un campo de batalla tan vasto como el cibernético.
Muy pocos habrían adivinado los alcances de WikiLeaks, el
papel de las redes sociales en la
Primavera Árabe, el combate de Hollywood contra la
“piratería”, la resistencia por el libre intercambio y las oscuras alianzas que
se tejen en nombre del derecho a expresarse.
El 14 de diciembre, en Dubai, se cerró un capítulo más de
esta guerra fría, que en el año ha registrado victorias y derrotas para ambos
bandos. Durante once días, representantes de 193 países debatieron sobre “el
futuro de internet” en la
Conferencia de la Unión Internacional
de Telecomunicaciones (UIT), el organismo de Naciones Unidas (NU) encargado de
velar por el derecho a la información. Estados Unidos, aliado a Google y a sus
hermanos anglosajones (Reino Unido, Canadá y Australia), boicotearon el nuevo
Reglamento de Telecomunicaciones Internacionales (el último data de 1988,
cuando internet estaba en pañales), argumentando la intención de algunos
gobiernos de “controlar” el acceso a internet.
La prensa mundial festejó la victoria, pocos repararon en que
la intención de la conferencia nunca fue limitar el libre flujo de información,
algo opuesto a sus principios.
Nueva guerra fría
Entre las iniciativas “preocupantes” para Estados Unidos,
figuran las de Rusia y China, que proponen mayor control sobre la asignación de
dominios y direcciones IP, y las de algunos países africanos que impulsan el
Sending Party Pays para que gigantes como Google o Facebook corran con una
parte de los gastos que provoca su tráfico de contenido. Sin embargo, estas
propuestas fueron retiradas de la mesa antes del evento.
¿Por qué EE.UU. no firmó el acuerdo? Miguel Criado, en el
sitio español El Cuarto Poder concluye: “Estados Unidos no quiere que la ONU meta las narices en
internet. A pesar de que (el acuerdo) hable de roaming, tarifas de
interconexión o (...) un número mundial de emergencias, al país que, al menos
indirectamente, controla la red (...), le da miedo que una vez abierta la
puerta (...) ya no la puedan cerrar. Y en ese camino encontraron la alianza
tácita con Google. Les ha ido muy bien con el actual modelo. Que la ITU y las operadoras sigan ahí
abajo, encargándose de la infraestructura, de los cables telefónicos y de fibra
óptica, que de los contenidos y su gobierno ya se encargan ellos”.
Resulta “raro” que Estados Unidos y Google traten de alzarse
como paladines de la libre información, cuando en la práctica han sido los
principales aliados contra ella. Bajo órdenes del gobierno estadounidense,
Google ha bloqueado innumerables sitios en sus búsquedas, y la justicia norteamericana
ha emprendido acciones legales incluso más allá de sus fronteras (Tarjeta Roja,
Taringa, The Pirate Bay, Megaupload, entre otros).
Julian Assange, uno de los personajes de 2012.
Al igual que en el caso de The Pirate Bay, Estados Unidos ha
encontrado en Suecia un socio fiel para combatir a WikiLeaks, un sitio que
lleva el libre acceso a la información a su máxima expresión. Las presiones
para extraditar a Julian Assange, refugiado desde hace seis meses en la
embajada de Ecuador en Londres, van en ese sentido.
Por un lado, EE.UU. se dice defensor de la libertad de
expresión; por el otro, ha elevado el castigo a Bradley Manning, responsable de
las filtraciones a WikiLeaks, por encima de todos los acuerdos internacionales
sobre el trato a detenidos (23 horas al día de aislamiento durante más de un
año). Por cierto, Manning fue elegido personaje del año por los lectores del
periódico británico The Guardian, quienes se “rebelaron” contra las propuestas
del rotativo.
Apenas el comienzo
El reconocimiento a Manning como a “The Protester” (el
manifestante) como personaje del año 2011 de la revista Times, son señales de
que una parte de la sociedad está tomando muy en serio su derecho a la
información y ha encontrado en las redes sociales su arma más efectiva. Así
quedó claro durante las revueltas de la Primavera Árabe, donde colectivos como el de
Anonymous jugaron un papel clave para romper el cerco informativo.
En el nuevo orden mundial, los intereses económicos han
encontrado en la web su mejor laboratorio. Sin embargo, caminan por un terreno
minado, perfecto para la resistencia digital. La lucha apenas comienza.
Publicada en Pausa #108, miércoles 19 de diciembre de 2012

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