Extorsión policial, primer capítulo

Las fuerzas de seguridad de la provincia consiguieron
fuertes aumentos, pero no en el salario básico. El debate por la sindicalización.
La rebelión policial de principios de diciembre anticipó el
debate salarial en medio de una escalada inflacionaria que la Nación no puede controlar.
En Santa Fe, el gobierno de Antonio Bonfatti decretó una suba de bolsillo del
44% para las fuerzas de seguridad, sin atender el reclamo de fondo: la mejora
del sueldo básico que, para las categorías más bajas, está entre los 500 y los
600 pesos (esos agentes ganaban 5.700 pesos de bolsillo hasta noviembre;
cobrarán 7.600 pesos en diciembre y 8.100 a partir de enero de 2014).

El decreto firmado por Bonfatti el 10 de diciembre puso fin
al primer acto de sedición, pero está lejos de resolver la cuestión que dio
origen al alzamiento policial que mantuvo en vilo a la población durante cuatro
días agitados, entre robos y saqueos (con la fuerte sospecha de que la propia
Policía participó en su organización) y la necesidad, cada vez más visible, de
incorporar a las fuerzas provinciales de seguridad al régimen democrático del
cual se sienten excluidas.
En los momentos más calientes del conflicto, la Comisión Directiva
de UPCN ofreció mediar entre los agentes amotinados y el gobierno. Todos los
canales de diálogo estaban rotos, por eso el principal sindicato de los
trabajadores públicos (desde donde reconocieron que la recomposición salarial
del personal policial “es una demanda lícita”) se puso a disposición de ambas
partes. Los policías no aceptaron y siguieron su medida de fuerza hasta que el
gobierno decretó el aumento y los agentes retomaron sus tareas.

El aumento fue, en promedio, del 44% de bolsillo, aunque no
se tocaron los salarios básicos. El decreto establece un pago de 2.000 pesos en
diciembre (el viernes 27) como “bono navideño” y otros 2.000 en enero (el
viernes 17 de enero) para uniformes, además del aumento de los suplementos
“Riesgo profesional” (del 30 al 120% sobre el sueldo básico) y “Dedicación
especial” (del 25 al 100%). El gobierno se comprometió también a respetar el
piso salarial de 8.100 pesos en la paritaria de febrero.
La sindicalización
Acallados los ruidos de la protesta, se reanudó el debate
por la sindicalización de la
Policía. El presidente de la Comisión de Derechos y
Garantías de la Cámara
de Diputados de la provincia, Eduardo Toniolli (Movimiento Evita), refrescó un
proyecto de de su autoría por el cual se busca reformar la ley orgánica
policial para remover los obstáculos que le impiden formar una estructura
gremial que represente a los agentes en actividad.
El diputado Toniolli había presentado en 2012 un proyecto de
ley de sindicalización de la
Policía. “Hoy tiene más vigencia que nunca”, sostuvo el
legislador. “Obviamente, hay que abrir un debate sobre la forma que va a
adquirir esa representación gremial y el canal paritario. Creemos que es
necesario este sindicato. Este proyecto estaba en el marco de una batería de
normas que apuntaban a una reforma de la Policía”, recordó Toniolli.
La diputada nacional Alicia Ciciliani retrucó: “En este
momento, sindicalizar no es la solución, sería complejizar más el problema.
Para la Policía
hay que pensar una organización sindical distinta a la tradicional. Luego de
una profunda reforma policial, podríamos pensar en una representación para
dialogar con el Estado. Ahora, jamás podríamos pensar en que tengan derecho a
huelga. El Estado y la sociedad deben darle buenas condiciones de trabajo y
buenos sueldos a la Policía
sin un sindicato que los defienda”.
Ciciliani defendió la gestión del gobernador Bonfatti y le
apuntó al Congreso Nacional: “No se discute nunca el acuerdo de seguridad democrática.
No hay preocupación política para solucionar el tema como corresponde. Desde
todos los sectores políticos hay que entender que este es un tema de Estado. La
oposición (provincial, es decir el kircherismo) quiso demostrar que en Santa Fe
el poder político no podía con la
Policía. Y lo que quedó en claro es que en Santa Fe no hay
pacto con la Policía”.
Reclamo violento
La crisis se replicó en otras jurisdicciones, con ribetes
trágicos: 16 muertes en todo el país, con situaciones muy conflictivas en
Tucumán y Entre Ríos.
La violencia que demostraron los policías a lo largo de las
últimas semanas encendió la alarma en todo el arco político. Si bien la condena
fue unánime, también quedó en evidencia que una de las principales deudas de la
democracia pasa por el control efectivo de las fuerzas de seguridad.
El propio Bonfatti se encargó de remarcar que las últimas
semanas fueron las más complicadas desde los levantamientos militares de fines
de los 80. “Se puede conversar, dialogar sobre estos temas, pero nunca con un
arma en la mano”, sostuvo el mandatario.
Publicada en Pausa #128, miércoles 18 de diciembre de 2013

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